Prevé el Senado mayor deterioro salarial en 1998
Elizabeth Velasco C. Ť A pesar de que el salario mínimo ha perdido casi 80 por ciento de su poder adquisitivo desde 1976 a la fecha y para resarcirlo se requiere un incremento de cuando menos 300 por ciento -de 30 a 120 pesos diarios-, en lo que resta del año se advierte un panorama ``adverso'' que hace prever un mayor deterioro en el ingreso de los trabajadores, señala en un estudio la Comisión de Distribución y Manejo de Bienes de Consumo y Servicios Básicos del Senado de la República.
El presidente de dicha comisión y subsecretario de Asuntos Económicos de la Confederación de Trabajadores de México, Porfirio Camarena Castro, dijo a su vez que urge recompensar con efectividad el esfuerzo de la clase trabajadora y devolverle sus estándares de bienestar, ya que de continuar la inestabilidad cambiaria, la reducción de la oferta monetaria y la contención del salario ``no podrán eliminarse los brotes de violencia que aparecen en la diversidad urbana y rural del país, y que atentan contra la paz social''.
En el estudio mencionado se señala que de acuerdo con la última Encuesta Nacional del Empleo, que ubica en 37 millones de personas la Población Económicamente Activa (PEA), 19.5 por ciento de los trabajadores ocupados (6.8 millones) perciben ingresos menores a un salario mínimo; 31.5 por ciento, entre uno y dos minisalarios; 14.5, de dos a tres, mientras que 14.6 por ciento no recibe ingresos y apenas 1.9 por ciento recibe más de 10 salarios mínimos.
Al mismo tiempo, se indica que el deterioro del salario mínimo general (SM) en las últimas dos décadas ya es mayor de 76 por ciento, y se advierte que esta pérdida ``irá en aumento'' en tanto la inflación vaya superando la meta prevista y la cotización del minisalario continúe igual en el resto de 1998.
``Actualmente la economía nacional enfrenta súbitas circunstancias que impedirán alcanzar varias de las metas propuestas. En el plano de la inflación, la expectativa de situarla en 12 por ciento ha sido rebasada por los acontecimientos, estimándose ahora entre 14.6 y 15 por ciento su incremento anual. De darse esta banda, el deterioro del SM sólo será frenado a la conclusión de este año, anulándose en consecuencia su recuperación en forma por lo menos moderada y gradual''.
Ante ello, se plantea el imperativo de revisar la fijación de los salarios mínimos y profesionales vigentes, bajo un nuevo precepto que sea diferente a la actual política de conceder aumentos al SM en función sólo de la inflación esperada y, en consecuencia, permita recuperar la pérdida del poder adquisitivo.
En el texto se subraya que desde la implantación de la política de los pactos -iniciada en diciembre de 1987- el combate a la inflación ha carecido de la efectividad necesaria para revertir la concentración del ingreso y elevar los salarios reales.
Por su parte, el senador priísta Porfirio Camarena Castro manifestó que si se aspira a un nuevo crecimiento sustentado en la justicia y equidad tiene que recompensarse, a la brevedad, el esfuerzo de la clase trabajadora y devolverle sus estándares de bienestar, mediante un incremento a sus percepciones.
Sostuvo que en términos estrictamente económicos, el fortalecimiento del SM, y en general de los salarios contractuales, tiene una importante contribución en el aumento de la demanda de bienes y servicios que adquiere el conjunto de la población asalariada. ``La expansión de la inversión y el empleo implica necesariamente fortalecer el salario y el consumo''. Es necesario, agregó, fomentar el crecimiento del producto interno bruto en términos de bienestar, y para lograrlo se tiene que fortalecer la capacidad de compra de la población, ya que sólo así podrá haber un avance en el mercado interno.