La Jornada 22 de agosto de 1998

Líderes republicanos apoyan a la Casa Blanca; histeria en los medios

Reuters, Ap y Afp, Washington, 21 de agosto Ť Los 75 misiles crucero lanzados el jueves contra presuntas instalaciones terroristas en Sudán y Afganistán causaron daños entre ``moderados y severos'', pero el principal objetivo de la operación fue impedir nuevos atentados y la Casa Blanca advirtió que volverá a actuar ``unilateralmente cuando tengamos que hacerlo para proteger a nuestros ciudadanos''.

Barcos de guerra estadunidenses anclados en el Mar Rojo y el mar Arábigo dispararon unos 75 misiles crucero contra lo que Washington llamó instalaciones ``relacionadas con el terrorismo'': una supuesta fábrica de armas químicas cercana a Jartum y campos de entrenamiento paramilitares en Afganistán, cercanos a la frontera con Pakistán.

Los blancos eran presuntas células terroristas financiadas por el disidente saudiárabe Osama Bin Laden, a quien Estados Unidos responsabiliza de financiar sendos atentados con bomba contra las embajadas en Kenia y Tanzania, que causaron la muerte a más de 200 personas, entre ellas 12 estadunidenses.

El presidente Bill Clinton, quien debió interrumpir 24 horas sus vacaciones para hacer frente a la crisis, viajó este viernes a Martha«s Vineyard, para reiniciar su descanso tras recibir una evaluación de los daños causados por los ataques.

De acuerdo con el asesor de seguridad nacional, Samuel Berger, los ataques misilísticos infligieron ``daños entre severos y moderados'' a los sitios elegidos.

``Sabemos --dijo-- que la llamada compañía farmacéutica en Sudán fue destruida... con respecto a los campos terroristas en Afganistán estos ataques perjudicaron significativamente la capacidad de usar esos campos como instalaciones de entrenamiento para terroristas''.

Berger indicó que Clinton está dispuesto a usar la fuerza otra vez, si fuera necesario, y al preguntarle al jefe del Pentágono, William Cohen, si Washington contempla realizar nuevas acciones bélicas, el funcionario respondió: ``Esa es siempre una posi- bilidad, ya que tenemos planes de contingencia que estamos desarrollando y podría haber más en un futuro''.

La secretaria de Estado, Madeleine Albright, destacó el mensaje simbólico enviado a los terroristas en lugar de destacar los logros militares de la operación: ``Si nuestras embajadas son atacadas y nuestra gente muere y civiles inocentes mueren y quedan mutilados... Estados Unidos actuará unilateralmente para llegar a la base de los que perpetraron estos horribles actos'', declaró a NBC.

En el mismo sentido se pronunció el subsecretario de Estado, Thomas Pickering, quien subrayó que el principal objetivo del ataque fue impedir nuevos ataques terroristas, pero admitió que esa acción unilateral podría ocasionar represalias porque ``en la vida no hay seguridad perfecta''.

``No esperamos que estos ataques pongan fin por sí mismos al peligro, pero son importantes porque demuestran claramente que nuestro cometido en este tipo de situaciones es a largo plazo'', añadió Pickering, y advirtió que en caso de que ocurran más atentados terroristas ``actuaremos unilateralmente cuando tengamos que hacerlo para proteger a nuestros ciudadanos, pero invitamos a otros países a que se sumen a nosotros en esta batalla''.

Clinton y los jefes militares advirtieron desde el jueves a los estadunidenses que los ataques contra Sudán y Afganistán fueron planeados durante más de una semana, pero que ``será una larga guerra.

Estados Unidos es y seguirá siendo blanco de los terroristas'', dijo el presidente.

Y este viernes, las medidas de seguridad en todo el territorio estadunidense fueron reforzadas para prevenir ataques de represalia, las medidas de alerta en varias embajadas se incrementaron y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) alertó a las policías estatales y locales y les advirtió que la operación contra Sudán y Afganistán podría ``elevar el riesgo de ataques contra intereses'' estadunidenses en todo el mundo.

Los aeropuertos del país redoblaron las medidas de seguridad y aumentó el número de patrullas y agentes policiales que operan dentro de las terminales aéreas, mientras se pidió a las compañías aéreas estadunidenses y a los pilotos no sobrevolar ni Afganistán ni Sudán.

Las medidas de seguridad también se incrementaron en la capital del país.

El apoyo interno a los ataques fue fuerte, pero muchos sugirieron que Clinton decidió realizarlos en este momento para distraer la atención de su crisis personal.

La prensa también brindó su respaldo al mandatario, pero el diario The New York Times indicó que el presidente ``debe convencer al país que de los ataques no fueron realizados en ese momento para reparar su vapuleada presidencia'', aunque justificó la acción bélica al destacar que Estados Unidos tenía ``todo el derecho'' de atacar a presuntos terroristas.

Expertos en estudios islámicos y expertos en terrorismo coincidieron en que los bombardeos estadunidenses incrementarán los atentados estadunidenses por parte de milicias integristas.

``Estamos en el umbral de una era desagradable que verá un incremento en el terrorismo sin que pueda hacerse nada al respecto'', opinó Hussein Amin, catedrático de estudios islámicos de la Universidad Americana de El Cairo.

Una fuente diplomática occidental en Kabul señaló que durante la década pasada ``Estados Unidos entregó ciegamente sumas de dinero a todos los grupos que afirmaban luchar contra el Ejército Rojo soviético, sin tener en cuenta su ideología o antecedentes''.

Agregó que entre los que recibieron ese dinero estaba Bin Laden, quien ``enroló a miles de integristas en su causa''.