La Jornada 22 de agosto de 1998

Amplio rechazo a la pena de muerte

Víctor Guerra, Antonio González, Alfonso Gavito y Luis Boffil, corresponsales Ť Al continuar la polémica en torno a la posibilidad de que se aplique la pena de muerte en México, tanto políticos --militantes del PRI y el PAN-- como jerarcas de la Iglesia católica de diversos estados se manifestaron en contra de tal castigo.

Al ser interrogado por reporteros en Mazatlán sobre la reciente aprehensión del secuestrador Daniel Arizmendi, el candidato del PRI a la gubernatura de Sinaloa, Juan S. Millán, rechazó cualquier intento de aplicar la pena capital y subrayó que ``nadie tiene derecho a privar de la vida a otra persona, aun cuando compartamos la indignación por muchos de los casos ocurridos''.

Añadió que para dar seguridad a la sociedad y combatir a la violencia, ésta debería ser prevenida ``con educación, cultura, ocupación laboral y una acción tendiente a la disponibilidad de espacios de recreación deportiva''.

Asimismo, el gobernador de San Luis Potosí, Fernando Silva Nieto, rechazó la pena de muerte, al considerar que tal medida es contraria a ``la naturaleza humana'' y que ``como sociedad civilizada debemos tener la capacidad para resolver nuestros problemas de desarticulación por la vía de una buena educación, una buena prevención y una mejor readaptación'', señaló.

Por su parte, el presidente municipal de la capital potosina, el panista Alejandro Zapata, dijo que esa sanción es ``un acto de venganza de la sociedad'', y que ``se ha demostrado que en los países donde se aplica la pena de muerte no disminuyen los índices de criminalidad, por el contrario, aumentan''.

Rechazo del clero a la pena de muerte

El obispo de La Paz, Baja California Sur, Braulio Rafael León, sostuvo que ``en estos momentos no existen en México condiciones judiciales ni sociales para implantar la pena de muerte''.

Si bien el responsable de la única diócesis bajacaliforniana concuerda con la aplicación de ``penas más severas a quienes cometan delitos graves'', puntualizó que ``los problemas delictivos que se viven en el país no se acabarán sacrificando a los delincuentes''.

A su vez, el arzobispo de Mérida, Yucatán, Emilio Carlos Berlié, también se manifestó contra la aplicación de la pena capital, aunque consideró que ``emplearla dependerá de las autoridades correspondientes'', y agregó que ``hay que tener misericordia''.

En este contexto, el Arzobispado de México consideró innecesario debatir sobre el establecimiento de la pena de muerte en el país, porque ``en estos momentos son otros temas los que deberían ocupar la atención de la opinión pública''.

No obstante, recordó que la aplicación de esta sentencia no ``desalienta, sustancial o significativamente la criminalidad de los países en donde se permite. Por el contrario, puede estimular frivolidad legal para defender o acusar a quienes resultan merecedores de tal determinación judicial''.

Para debatir sobre el punto, señaló como indispensable la revisión y actualización de ``nuestro deficiente sistema de procuración e impartición de justicia, con el fin de que el delito sea prevenido y, en su caso, combatido con efectividad''.

La curia metropolitana llamó a dejar de lado ``el clima de linchamiento moral'' que ``no permite la verdadera prevención o rehabilitación de los criminales''. (Alma E. Muñoz)