AstilleroŤJulio Hernández López
La llegada del 2000 ha sido vista en el mundo entero con una mezcla de superstición, temor y esperanza. Mecanismo convencional para la medición del tiempo, el calendario parece obligar a los humanos a establecerse artificiales obligaciones de recuento y prospectiva. Así sucede cada fin de año y ahora, de cara al cambio de la numeración del mil al dos mil, se han multiplicado rituales y preparativos.
En México, el gobierno federal ha optado por una fórmula en la que mezcla optimismo con temeridad. En medio de una crisis frente a la que no se ofrecen salidas inteligentes, con una sociedad ansiosa de escuchar las tesis y propuestas sensatas que anuncien el principio de la recomposición, el gobierno ha preferido anunciar, con pompa digna de mejor causa, un comité para la celebración del tercer milenio...
El presidente Zedillo convocó a la nación entera a participar en esta fiesta programada e, inclusive, hacer de la última noche de diciembre de 1999 una gran fiesta cívica, cultural y popular en la Plaza de la Constitución de la capital del país.
Para los mexicanos, sin embargo, el 2000 no es una fecha con el mismo significado que en el resto del mundo. Para los habitantes de esta sufrida república, el 2000 tiene un significado político y social que va más allá de las alegrías previamente convocadas.
En el 2000 se dará la más fiera batalla entre las fuerzas políticas que, buscando unas el cambio político y otras el continuismo de un régimen gastado, habrán de estar entonces, cuando termine 1999, en un estado de beligerancia contenida o desatada. En 1994, se debe recordar, la lucha política generó dos asesinatos.
Hoy mismo, ya, la nación está inmersa en un estado de ánimo difícil. Los mexicanos están temerosos de que la economía se descomponga peligrosamente, de que la inseguridad pública continúe creciendo, de que la irritación social estalle, de que la mano fuerte supla las debilidades civiles, de que la lucha de partidos sea insuficiente... de tantas cosas.
Y frente a ese cuadro de desastre, frente a esa desazón colectiva, los mexicanos hemos recibido una invitación oficial para celebrar con júbilo desbordado (pan y circo) el caer de una hoja de calendario.
(Por lo demás, Nikito Nipongo ha enviado a esta columna el siguiente comentario: ``Una cantidad de dos mil se acabala con la unidad 2000. Por tanto, dos mil años (dos milenios) terminarán al concluir el año 2000. Consecuentemente, 1999 es el penúltimo año del siglo 20 y del segundo milenio. Pero esto no lo entiende, por lo visto, el ciudadano Zedillo''.)
La quintacolumna del madracismo
En Tabasco ha comenzado a difundirse la versión de que parte importante del operativo electoral mediante el cual el madracismo ganó las elecciones locales de octubre de 1997 fue la compra del padrón perredista para, a partir de ese listado, corromper, presionar e intimidar a los votantes para que sufragaran en favor del PRI.
La mención de tal supuesto en las páginas del diario La Verdad del Sureste, bajo la firma de Ignacio Rodríguez Castro, provocó que Armando Padilla Herrera, quien era secretario de Acción Electoral del PRD estatal en aquella ocasión, presentase una denuncia en contra de ese columnista por difamación y calumnia.
El escrito que motivó la denuncia dice: ``Sería aventurado, y quizá injusto, acusar al buen amigo Padilla Herrera o a su gente de que vendieron el padrón de la militancia perredista'', pero lo indudablemente cierto es que, desde una ``casona de Tamulté'', operó una estrategia que, con el listado del sol azteca a la vista, torció el sentido del voto opositor mediante ``cañonazos de 50, 100, 200, 500 y mil pesos''.
Los responsables de tales maniobras, añadió Rodríguez Castro, fueron Floricel Medina Pereznieto, hombre de gran confianza de Roberto Madrazo y actual contralor del gobierno estatal; Ulises Ruiz, el operador electoral que ahora está encargado de la organización de los actos de precampaña presidencial del gobernador tabasqueño, y Manuel Andrade Díaz, coordinador del Congreso estatal y delfín madracista para la sucesión estatal.
El inconforme con la mención, Padilla Herrera, aceptó una regiduría plurinominal en el ayuntamiento de El Centro (que comprende esencialmente Villahermosa) a pesar de que el PRD decidió rechazar todos los cargos provenientes del fraude electoral madracista. No es el único caso en que un directivo perredista de aquella ocasión fortalece las sospechas en cuanto a su posible colaboración con el madracismo. El entonces presidente estatal del PRD, Rafael López Cruz, quien condujo desastrosamente a su partido mientras era arrollado por el PRI (es decir, por el gobierno estatal), también acaba de denunciar al actual dirigente en el estado, Octavio Romero Oropeza, por haber hecho declaraciones en una estación radiodifusora en las cuales decía que a aquél lo movían con dinero gubernamental.
Es la estrategia madracista: dividir, confundir, cooptar, enfrentar.
Astillas: Hoy habrá, en Neza, un acto masivo en apoyo a la precandidatura de Valentín González Bautista, actual presidente municipal, a la gubernatura del estado de México por parte del PRD. Antes, el senador Higinio Gómez realizó una reunión para los mismos fines en El Toreo de Cuatro Caminos. Otro precandidato perredista, el ex presidente estatal del PRI, Mauricio Valdés, no hace actos masivos pero sí muchas declaraciones. Por el PRI, el único que anda en abierta precampaña es Humberto Lira Mora, con una amplia carrera administrativa, partidista y política en la entidad y a nivel federal. Carlos Rojas, otro de los priístas mencionados, guarda silencio, pero en Toluca hay quienes aseguran que pronto se deslindará de la presunta búsqueda de la citada candidatura gubernamental pues, según eso, su siguiente cargo será escalafonario. Es decir, que pasará de la secretaría general del PRI al cargo superior... Un lector de Tepic ha hecho llegar a esta columna recortes periodísticos en los que se da cuenta de la respuesta que el diputado local priísta Octavio Campa Bonilla dio a las críticas que al sistema político, y a los legisladores, hizo el sacerdote católico Joel López Minjares en aquellas tierras nayaritas. Dijo el diputado Campa Bonilla, en buena demostración de que la escuela oratoria del gobernador Rigoberto Ochoa Zaragoza ha prendido bien: ``Ese padre es un pitoduro terrible. No ha dejado muchachas embarazadas porque es vivo el cabrón, pero yo garantizo que no tiene menos de diez viejas. Yo no le presentaría una novia que trajera, porque me la puede volar, es cabrón el cura ese, es cabrón''... Marcelo Bielsa, El Loco, que fue entrenador del América, está metido en un brete en Barcelona. Nombrado entrenador del Español, y a punto de comenzar el torneo en la nación peninsular, recibió la invitación para hacerse cargo de la selección de Argentina y prepararla para el próximo mundial. Desde luego, el Español se niega a soltar a Bielsa, sobre todo porque a su gusto se contrataron jugadores como, por ejemplo, el mexicano Germán Villa. Si se destraba el litigio, y finalmente Bielsa deja el futbol hispano y va al argentino, es posible que Villa deba regresar a su patria. Bielsa, por cierto, es un ejemplo del deportista profesional con preocupaciones sociales y culturales. En el pasado campeonato mundial de balompié, Marcelo escribió en El país algunos artículos con limpia prosa y claridad mental...
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