Parsimonia oficial ante la epidemia
Hermann Bellinghausen, enviado, San Cristóbal de las Casas, Chis., 19 de agosto Ť El mayor brote de paludismo en años azota las tierras tropicales de Chiapas. Después de que se le consideró oficialmente erradicado desde el sexenio salinista, el gobierno estatal reconoce mil 26 casos en lo que va del año.
Se ha declarado alerta epidemiológica en el Soconusco y en la zona norte, pero la epidemia también ataca la selva Lacandona y la región fronteriza, con frecuencia fuera del registro oficial y de cualquier otro registro. Ciertamente, el número de enfermos de paludismo y malaria es mucho mayor de lo reportado oficialmente.
Las propias autoridades, por conducto del secretario estatal de Salud, Humberto Córdova Cordero, reconocieron que ``la población de Chiapas es susceptible de contraer enfermedades por vector en 96 por ciento''. (Siendo ``enfermedades por vector'' un eufemismo de paludismo.)
Para combatir el riesgo palúdico de casi la totalidad de los chiapanecos se cuenta con un presupuesto de 15 millones de pesos y un ánimo de tecnocrática parsimonia.
En días pasados, un ``conocido hotel'' de Tuxtla Gutiérrez, según boletín oficial, fue sede de la Reunión Regional para la Evaluación de Programas Estatales y Prevención y Control del Paludismo. En ella participaron autoridades sanitarias de Chiapas, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Veracruz, entidades donde se han desatado las fiebres cuartanas y quintanas.
La reunión regional cumplió su cometido. Allí, según el citado boletín, ``se convino intensificar las acciones estratificando epidemiológicamente las localidades, según la positividad registrada en tres años consecutivos, y consolidar la incorporación progresiva del Programa Antipalúdico en los diferentes niveles orgánicos de los servicios de salud, con una participación activa de un componente muy responsable que es la sociedad en general''.
Con un aplomo tan inimitable como su prosa, las autoridades sanitarias podrán haber perdido el control epidemiológico del problema, pero no la calma.
El paludismo a La Realidad
En la reciente semana se han presentado numerosos casos de paludismo, tanto en La Realidad como en varias comunidades de esa región tojolabal. De hecho, las autoridades ejidales han efectuado reuniones para pensar cómo conseguir medicamentos y limpiar los estanques y charcos.
Las lluvias trajeron los charcos, los remansos de los arroyos y la invasión de mosquitos de las peores calañas; chaquiste, zancudo, jején y por supuesto anófeles, el vector del paludismo.
En lo que se intensifican las acciones estratificadas epidemiológicamente, María tiene cinco meses de embarazo y un paludismo activo que la trae con fiebres recurrentes que prácticamente la desploman. Su hijo en ciernes corre tanto riesgo por el plasmodium en la sangre materna como por el tratamiento con cloroquina.
Sólo en La Realidad es difícil determinar el número de enfermos de paludismo, pues también hay ahora una epidemia viral que tiene con fiebre a casi todos los niños (uno por casa, cuando menos) y a muchos jóvenes y adultos.
El Ejército, en cambio, dice no tener casos de paludismo entre sus tropas. Interrogados al respecto en el Río Euseba y Guadalupe Tepeyac, los oficiales incluso manifiestan desconocer el problema. También cabe señalar que se acaba de efectuar un cambio de tropas.
``Por fortuna no tenemos ningún caso'', dice el teniente Sebastián Izunza, a cargo del retén militar en Guadalupe Tepeyac.
Sin embargo, en las comunidades el paludismo va en ascenso, tanto las priístas como en las que están en resistencia.
Preocupante situación epidemiológica
Pese a la parquedad oficial, pues no se ha vuelto a hablar del asunto, se acepta que Chiapas ocupa el segundo lugar nacional de incidencia de paludismo. En Oaxaca, que ocupa el primer sitio, se han reportado más de 9 mil casos.
Por lo pronto, las cañadas de Ocosingo, y las zonas circunvecinas de Montes Azules, así como Palenque y Las Margaritas, presentan un panorama preocupante. Además, en las mismas regiones selváticas y fronterizas han aparecido casos de dengue, en un número no determinado.