Mi relación con Lewinsky, engaño y fracaso personal: Clinton
David Brooks, corresponsal, Washington, 17 de agosto Ť Bill Clinton, primer presidente en funciones en la historia sometido a un proceso judicial en el que tuvo que declarar bajo juramento sobre su conducta personal, admitió hoy en un mensaje tranmitido en cadena nacional: ``en verdad sí tuve una relación con la señorita Lewinsky que fue inapropiada'' en la Casa Blanca.
Horas después de concluir su interrogatorio secreto ante el gran jurado, el presidente se disculpó ante el pueblo estadunidense por haber negado que tuvo una relación sexual con la ex becaria de la Casa Blanca, Mónica Lewinsky, y pidió que se concluya este asunto y vuelva la atención a los asuntos prioritarios del país.
Este mensaje, calculado sobre la base de que Clinton goza de un nivel de aprobación entre los estadunidenses de 65, pese a que dos tercios creían desde un principio que tuvo una relación ilícita en la Casa Blanca, es una apuesta de que en el ámbito político superara sus dificultades legales. Según informaron desde el domingo asesores anónimos del mandatario, Clinton intentó evadir consecuencias legales, al rendir declaraciones en las que negó toda aseveración de que cometió perjurio cuando anteriormente declaró también bajo juramento, en enero, que nunca sostuvo una ``relación sexual'' con Lewinsky.
Para protegerse de esta acusación, maniobró en torno a definiciones legales sobre el idioma particular para argumentar que sus respuestas anteriores técnicamente no contradicen la versión de hoy. Clinton rechazó también cualquier intento de instar a otros a mentir sobre la relación. Este sería el cargo más peligroso para el mandatario, pues constituiría el delito de ``obstrucción de justicia''.
Esta noche, a poco más de tres horas de concluir su testimonio, Clinton ofreció una especie de acto de contrición ante el pueblo estadunidense. Pidió perdón a los ciudadanos, e implícitamente criticó el carácter y duración de la indagación, a cargo del fiscal Kenneth Starr, así como la invasión de su vida privada, en un discurso brevísimo televisado desde el Salón de Mapas de la Casa Blanca, mismo lugar en el que rindió su testimonio, transmitido al gran jurado por circuito cerrado de video.
El presidente dijo que su relación ``inapropiada'' constituyó ``un lapso crítico en mi juicio y un fracaso personal de mi parte, por lo cual yo soy única y completamente responsable''.
Agregó en su confesión: ``engañé a la gente, incluyendo a mi esposa. Lo lamento profundamente''. Clinton dijo que el motivo de este engaño fue protegerse a sí mismo y a su familia, y defenderse en un contexto en donde había motivos políticos en su contra. El presidente declaró: ``este asunto ahora está entre yo, las dos personas que amo más, mi esposa y mi hija, y Dios'' y es algo que ``tengo que corregir'', y reiteró: ``Esto es privado''. Criticó el hecho de que la investigación de Starr procediera del escándalo financiero Whitewater, en el que está implicada también la primera dama, hasta llegar a involucrar a sus colegas, amigos y su vida personal. ``Esto ha durado demasiado, costado demasiado, y dañado a demasiada gente inocente''. Concluyó que es tiempo de detener la destrucción personal.
El interrogatorio
A las 12:59 locales, Clinton dio inicio a su declaración en compañía de su abogado David Kendall, y durante mas de cuatro horas respondió a preguntas de los fiscales bajo la supervisión del fiscal independiente Kenneth Starr frente a una cámara de circuito cerrado.
Su imagen fue trasmitida en vivo a los 23 miembros del gran jurado en una sala de las Cortes Federales, a unas 15 cuadras de la Casa Blanca. El proceso fue llevado en secreto, y los detalles filtrados, como una acalorada discusión entre el presidente y Starr, no fueron confirmados por ninguna de las partes. Por su lado, estrategas políticos de la Casa Blanca dedicaron la tarde a exhortar a demócratas influyentes y otros aliados a apoyar el presidente y convencerlos de que el testimonio marcó el final del asunto y el momento de ocuparse del negocio de gobernar el país.
Kendall salió brevemente de la residencia oficial minutos después de que partieron Starr y su equipo, y dijo: ``esperamos que esto finalmente cerrará'' la investigación de ``mas de 4 años y de más de 40 millones de dólares que culminó en una investigación de la vida personal del Presidente''.
Clinton se preparó para este interrogatorio durante todo el fin de semana con sus abogados personales, en sesiones que sólo interrumpió para ir a misa en compañía de su esposa Hillary. Por su parte, el equipo de Starr llegó armado con siete meses de investigación sobre el caso, decenas de entrevistas con testigos --entre los que figuraron asesores presidenciales, agentes del servicio secreto, la secretaria particular de Clinton y las declaraciones que rindió Lewinsky luego de que el fiscal le prometió inmunidad total.
También contaron con los resultados del análisis del vestido manchado, según Lewinsky, con el semen de Clinton, así como documentos sobre las visitas de la ex becaria a la Casa Blanca. Según reveló hoy el New York Times, Starr también contaba con declaraciones de la secretaria particular de Clinton según las cuales el mandatario estuvo solo con Lewinsky en la Casa Blanca en varias ocasiones.
Los detalles del interrogatorio se conocerán poco a poco. Supuestamente el mandatario respondió preguntas muy específicas, como qué tipo de contacto físico tuvo con la joven. Pero las últimas encuestas han revelado que a los estaduni- denses no les interesan estas cosas.
Clinton partirá mañana junto con su familia a la isla de Martha's Vineyard para sus vacaciones, pero en este día histórico aún nadie sabe cuán importante fue este escándalo para el pueblo estadunidense.
El reverendo demócrata Jesse Jackson, quien se reunió con Clinton y su familia el domingo, declaró hoy que pese a ``la humillación'' sufrida por la primera dama, luego de que su esposo confesó una nueva infidelidad, ``su matrimonio sobrevivirá''. Jackson señaló que en su reunión con los Clinton discutió ``cuestiones relativas a la fe'', y reiteró que a pesar del escándalo los esposos ``se aman''.