La Jornada martes 18 de agosto de 1998

Marco Rascón
Los bajos fondos del Fobaproa

¿Se imagina usted a cuánto ascenderían las cooperaciones al PRI de los banqueros y empresarios, si se aprueba el paquete financiero de Zedillo-Gurría-Labastida? ¿Qué pasa si se cumple en México el viejo sueño de Al Capone que quería convertir sus negocios ilegales en legales? ¿Por qué aceptar que la quiebra de los corruptos es un problema de seguridad nacional? ¿Es por eso que dicen que somos un país de corruptos, ya que éstos son parte ``de la patria''?

Si en febrero de 1993, Salinas pasó la charola por 25 millones de dólares a los beneficiarios de la privatización bancaria y estatal, ¿cuánto pagarían ahora los beneficiarios del Fobaproa al ser liberados de sus deudas? La detención de Gerardo de Prevoisin reafirma que existe un círculo vicioso de protección y reproducción de intereses políticos y económicos en el manejo de la política financiera, la cual en beneficio de una patria muy especial, que pertenece sólo a una minoría, debe conservarse en secreto. La discusión sobre el Fobaproa, evidentemente tiene una consecuencia futura, pues la decisión de facturar los fondos aplicados para apuntalar a banqueros y empresarios, es la antesala de la decisión final que tomen los mexicanos: continuar bajo el mismo esquema político y económico, o la reforma entera del país.

De Prevoisin aportó a la campaña del PRI en 1994, 8 millones de dólares, más lo que dieron Cabal Peniche y otros. ¿A cuánto ascendería la cuota de aprobarse el paquete financiero?

Nadie puede negar que en los últimos años, una de las ofertas principales de los candidatos del PRI ha sido la ``estabilidad financiera'' sui generis que garantiza auge y bienestar para unos cuantos, y la crisis y la miseria para la mayoría de los mexicanos.

Si revisáramos los paquetes financieros que los presidentes y los Congresos con mayoría absoluta priísta han aprobado para mantener esta estabilidad, nos daríamos cuenta que el círculo vicioso lleva varias vueltas. Desde la nacionalización de la deuda en 1982, el Programa Inmediato de Reordenación Económica (PIRE), implantado por Miguel de la Madrid; el Pacto para la Estabilidad Económica y el Crecimiento (PECE), el Ficorca, y ahora el Fobaproa, todos han sido paquetes de reajuste a favor del mismo grupo oligárquico y en contra de la mayoría. Trabajadores, comerciantes, empresarios, sistema educativo, de salud, alimentación, vivienda, salarios, empleos, todo se ha sacrificado por mantener intacto el mismo ciclo de ineficiencia-corrupción-protección política que hemos vivido. Esa es la explicación estructural de las devaluaciones, las cuales se han dado lo mismo en el estatismo que en el neoliberalismo, ya que en ambas versiones capitalistas se ha protegido a una cúpula oligárquica que detenta el poder político y económico.

Para que avancemos de manera profunda y verdadera, los mexicanos debemos abandonar y desechar la fantasía de una recuperación por la vía que propone Zedillo, Hacienda y el Banco de México. La propuesta del PRD para consultar al pueblo de México sobre las vías del rescate financiero y el fraude estructural, apunta efectivamente a romper el círculo vicioso y a una reestructuración del sistema financiero que beneficie al país y no a un grupo, el cual a cambio de sus beneficios particulares ha estancado el desarrollo equilibrado de México por más de 20 años.

El Fobaproa es un lugar donde se juntan los bajos fondos del país. La defensa de este instrumento no sólo es financiera, sino y sobre todo, política e ideológica. Las fallas de su justificación constituyen el límite del discurso de una oligarquía, que desde el estatismo y el neoliberalismo, ha impuesto sus intereses y condiciones al país.

Los miembros y beneficiarios de los bajos fondos del Fobaproa han sido camaleónicos para mimetizarse y utilizar el proteccionismo y luego la globalización para beneficiarse ellos primeramente.

¿Que es electoral? Claro que sí, pues hoy el PRD con su convocatoria a la consulta, sólo está poniendo la primera piedra de lo que tendrá que ser decisión de todos: o se quedan o se van, tanto en lo económico, como en lo financiero.

La defensa del Fondo Bancario de Protección al Ahorro va contra la esencia misma del neoliberalismo, la globalización y las leyes del mercado. ¿Por qué el país entero debe pagar las inconsecuencias de la banda Gurría-Ortiz-Labastida? ¿Por qué cumplir el sueño de Al Capone en México?