``¿Dos candidatos a la Presidencia?''
José Gil Olmos y José Galán Ť La pregunta fue lanzada a bocajarro y con la mirada puesta en la elección presidencial del 2000. De inmediato, Francisco Labastida Ochoa atajó presumibles aspiraciones, bajo la mirada escrutadora de Cuauhtémoc Cárdenas.
--¿Estamos viendo a dos candidatos a la Presidencia?
--Estamos viendo a dos funcionarios públicos, al señor jefe de gobierno del Distrito Federal y al secretario de Gobernación, que están tratando de cumplir a plena cabalidad su responsabilidad. Perdón, Cuauhtémoc, por hablar por los dos, dijo el político sinaloense.
--Estoy de acuerdo, contestó secamente Cárdenas.
--¿Pero no es un acto político relevante, independientemente de la firma del convenio? --cuestionó el reportero en corto al ex gobernador de Michoacán.
--Es un acto de coordinación de seguridad pública, es un acto normal --replicó el perredista.
En medio del barullo formado frente a la antigua sede del gobierno capitalino, Cárdenas y Labastida contestaban las preguntas y suspicacias de los reporteros. Ambos tratando de ahuyentar futurismos políticos. Cada uno por su lado.
Señor (Cárdenas), ¿el PRD se juega su proyecto político para el año 2000 en razón del éxito o del fracaso en el combate a la seguridad pública?
--No, el PRD afortunadamente está muy sólido en su implantación en todo el país y seguramente ganará la elección del 2000, independientemente de lo que hagamos aquí.
--¿Se confía que gane el 2000?
--Así estamos pensando.
Señor, ¿usted será el candidato o será otra persona?
--Ese es otro asunto, eso seguramente a finales de año entrante ustedes sabrán quién es el candidato del PRD.
--¿Pero su aspiración...?
--Servir al país y avanzar en el mejoramiento del Distrito Federal.
Mientras Cárdenas respondía, Labastida abordaba la camioneta blindada en la que se transporta cotidianamente. Al secretario de Gobernación se le había interrogado no sólo de sus presuntas aspiraciones a ocupar la silla presidencial, a lo que contestó con una versión de la frase consabida: ``nosotros estamos trabajando en nuestra responsabilidad'', sino también del Fobaproa, a lo que respondió con sonrisas y silencios.
El encuentro entre ambos personajes ya se esperaba, sobre todo porque Labastida había firmado la mayoría de los 27 convenios de seguridad pública con los gobernadores de los entidades federativas. Pero con el jefe del gobierno de la ciudad de México había mayor expectación, sobre todo a través del cristal del futurismo político.
La decisión de que Labastida fuera a la sede del gobierno capitalino a firmar el convenio surgió hace dos semanas a propuesta del sinaloense. En una comida celebrada hace un par de semanas, a la que asistieron los funcionarios de ambas partes relacionados con la seguridad pública -- Samuel del Villar, Mayolo Medina, Rodolfo Debernardi y Roberto Zavala Chavarría--, el secretario de Gobernación dijo a Cárdenas que prefería que se firmara en las instalaciones capitalinas y no en Bucareli, como una deferencia política que el jefe del gobierno del Distrito Federal aceptó.
Así, la cita entre ambos políticos, que se conocen desde hace varios años, desde que Cárdenas era gobernador de Michoacán y Labastida secretario de Energía, se cumplió ayer por la mañana. Desde el incio, cualquier hecho fue tomado como signo político de cara a las próximas elecciones presidenciales.
Labastida fue recibido por el secretario particular de Cárdenas, Armando López, quien lo condujo a las oficinas donde su jefe lo esperaba. Varios minutos tardaron los personajes encerrados, y al filo de las ll de la mañana se presentaron en el patio del vetusto edificio. El evento tenía su importancia por si mismo.
Cada uno felicitó al otro a su manera. Al terminar Cárdenas el secretario de Gobernación le dio un abrazo y un saludo. Al concluir Labastida, el jefe del gobierno capitalino le dio la mano secamente, como es su característica. Así marcaban diferentes estilos de manifestarse en el escenario político.
Al final del acto, hombro a hombro salieron en medio de los empellones de los reporteros que trataban de tomar la foto y lanzaron la pregunta:
¿Estamos viendo a dos candidatos a la Presidencia?
Las reformas constitucionales propuestas
Reformas a los artículos 16 y 19 constitucionales, y del artículo 122 del código de procedimientos penales, Codeprope, del Distrito Federal, para acabar con la confusión establecida en 1993-94, por la que se otorga impunidad a delincuencia altamente peligrosa ``al confundir los requerimientos para emitir una orden de aprehensión e iniciar proceso penal, con los necesarios para concluirlo con una sentencia condenatoria''.
La reforma del artículo 268 del Codeprope, ``para suprimir la antiética definición de delitos graves que se aprobó en 1994, que consideró, como leves, delitos de servidores públicos y de defraudación que tantos estragos han ocasionado al patrimonio público y privado de los mexicanos''.
Reforma al artículo 418 del Codeprope, ``para poner fin a la fuente de impunidad y corrupción establecida en 1994, que ha representado la supresión de la apelación del Ministerio Público en el juicio sumario y restablecer el equilibrio procesal entre los intereses del inculpado y las víctimas, y de la sociedad''.
Reformas a los artículos 5 y 10 de la Ley de Amparo, ``para establecer el control de la constitucionalidad sobre las resoluciones del Tribunal Superior de Justicia adversas al interés social y a las víctimas, estableciendo el equilibrio de sus intereses con los del inculpado''.
La adición del artículo 135 bis del Codeprope, y 50 de la Ley Orgánica del Poder Judicial Federal, ``para acabar con la fuente de impunidad que se da por el atraso del sistema vigente de probanzas en el proceso penal, modernizándolo de acuerdo con los requerimentos de un estado de derecho, especialmente para combatir la delincuencia organizada en el fuero común con elementos probatorios idóneos
La reforma del artículo 36 del Codeprope para eliminar ``una fuente de impunidad y corrupción que se estimula al imponerse de hecho una prescripción anticipada de 60 días para los delitos cuya comisión no se pruebe plenamente antes de iniciar el proceso. (José Galán y José Gil Olmos)