La Jornada 18 de agosto de 1998

Quemará la CTM 18 mil libros de historia obrera, plagados de hongos

Elizabeth Velasco C. Ť Más de 18 mil libros que contienen gran parte de la memoria histórica de varias décadas del movimiento obrero, archivos fotográficos, unos mil expedientes sin clasificar y otros documentos serán incinerados en breve por la Confederación de Trabajadores de México (CTM).

Así, mientras el edificio sede se ladea, sus oficinas son ``subutilizadas'' en ``niditos de amor'' y otros espacios del inmueble se han convertido en ``refugio'' de ladrones, el acervo nunca se recuperará.

El propio secretario general de esa central, Leonardo Rodríguez Alcaine, reveló que el acervo histórico del movimiento obrero será destruido por estar ``contaminado'' con hongos tóxicos que podrían causar daños a la salud.

``Es lamentable esta pérdida porque se trata de documentos muy valiosos, pero no hay forma de recuperarlos. Consultamos a especialistas en la materia y no se puede hacer nada'', refirió.

Entre los testimonios de valía que en breve serán irrecuperables, destacan un archivo fotográfico que contiene imágenes de los primeros movimientos huelguísticos de Cananea y Río Blanco; los años más significativos de la lucha obrera (1936-1986); aquellas grandes movilizaciones encabezadas por Vicente Lombardo Toledano, uno de los creadores de la CTM; la célebre historia de los llamados Cinco lobitos -entre ellos Fidel Velázquez y otros ex dirigentes de esa central-, los actos de celebración del Día del Trabajo que fueron encabezados por presidentes, desde Lázaro Cárdenas hasta Miguel de la Madrid, así como la memoria de los congresos nacionales de esa central.

Del acervo -aún resguardado en la biblioteca Bernardo Cobos Díaz- también se perderá toda la colección del otrora prestigiado periódico de la CTM y más de mil expedientes sin clasificar.

Rodríguez Alcaine refirió que, además de la pérdida de los documentos históricos del movimiento obrero, el edificio de la CTM, construido durante el sexenio de José López Portillo, se ``ladea'' hacia su costado izquierdo. Y es que, dijo, el tesorero de esa central, Luis Velázquez (sobrino del extinto jerarca cetemista Fidel Velázquez), no invirtió 12 millones de pesos que se requerían para nivelar los pilotes hidráulicos del inmueble ubicado a un costado del monumento a la Revolución.

A pesar del deterioro del edificio, Leonardo Rodríguez Alcaine manifestó que no es grave la inclinación y que en breve se llevarían a cabo las reparaciones correspondientes.

En charla ``informal'' con un grupo de reporteros, el líder cetemista se atrevió también a revelar que los trabajadores del estacionamiento hacen sus ``propios negocios''. Es decir, se quedan con el dinero que cobran por las entradas porque a ``veces no hay para pagarles su sueldo''. Todos se hacen de la ``vista gorda''. Los trabajadores afirman que entran pocos autos y que por ello las cuotas de estacionamiento son magras. Los directivos cetemistas no dicen nada por la falta de recursos.

En tanto, trabajadores de esa central, los cuales pidieron el anonimato, comentaron que el edificio de Vallarta 8 se ha convertido en ``refugio'' de carteristas. ``En los baños -relataron- hemos encontrado carteras vacías que son tiradas por los ladrones luego de cometer sus ilícitos.''

Pero eso no es todo. Afirmaron que algunas oficinas que están ``subutilizadas'', luego del horario de trabajo normal se convierten ``en niditos de amor, y prueba de ello es que se han encontrado condones usados''.

Incluso el ataúd de Fidel Velázquez, de fina caoba, se encuentra resguardado en una bodega del sótano cerrada bajo llave. ``Como al señor lo incineraron, su ataúd de caoba llegó una semana después del sepelio.'' Aunque presenta algunos golpes y raspaduras, debido a los diversos traslados del día del sepelio, ``se conserva en espera de que en alguna otra ocasión sea utilizado''.

En la explanada principal de la CTM, construida con la idea de congregar a cientos de trabajadores, sólo se conserva incólume el busto de Fidel Velázquez Sánchez.