PANORAMA
Urge combatir la desnutrición infantil
Cerca de 12 millones de niños menores de 5 años mueren anualmente en todo el mundo víctimas de enfermedades susceptibles de prevención, especialmente en países considerados en desarrollo, donde 55 por ciento fallece por causas relacionadas directa o indirectamente con la desnutrición, se señala en el documento Estado mundial de la infancia 1998, elaborado por el Unicef.
Es un problema que no tiene precedentes en la historia de las enfermedades desde la época de la peste negra; sin embargo, no se trata de una enfermedad infecciosa. Lamentablemente, se presta más atención a los altibajos de los mercados bursátiles en el mundo que al potencial destructivo de la desnutrición o que a los igualmente importantes beneficios que entraña la nutrición racional.
Hay pruebas cada vez más contundentes de que el mejoramiento nutricional, mediante la ingestión de cantidades adecuadas de vitamina A y yodo -por ofrecer tan sólo un ejemplo muy sencillo de realizar-, puede beneficiar profundamente a poblaciones enteras.
El poder destructivo de la desnutrición se hace sentir en los millones que logran sobrevivir y padecen discapacidades; sufren una mayor propensión a contraer enfermedades durante el resto de sus vidas o quedan mermados en sus facultades intelectuales. Los niños desnutridos, se afirma en el documento del organismo internacional, tienen una mayor tendencia a morir como consecuencia de las enfermedades comunes de la niñez, a diferencia de quienes reciben una nutrición adecuada.
Las investigaciones demuestran que existe una estrecha relación entre la desnutrición a edad temprana -incluso durante el periodo de crecimiento del feto- y el posterior desarrollo de enfermedades crónicas como las de coronarias, la diabetes, alta presión arterial y otras.
En general, las enfermedades suelen ser consecuencia de la desnutrición, y ésta a su vez es con frecuencia resultado de las enfermedades.