Astillero Ť Julio Hernández López
Distante, despoblada, casi en el olvido, Baja California Sur vive una fuerte e interesante pelea por la candidatura priísta a la gubernatura.
Sin una verdadera oposición al frente, el Revolucionario Institucional podría tener allí, por desatención e insensibilidad, una nueva escisión, acaso tan peligrosa para los intereses tricolores como la de Ricardo Monreal en Zacatecas.
Con un poco más de 400 mil habitantes en toda la entidad, la batalla interpriísta se da entre los bandos del continuismo y del cambio.
Son cuatro los precandidatos oficialmente considerados como tales por el comité nacional priísta: Antonio Manríquez, Antonio Valdivia, Leonel Cota y Mario Vargas. Excepto Cota, los otros tres son actualmente senadores.
Presunto precandidato oficial
Al primero, Manríquez, se le ha etiquetado como beneficiario de la maquinaria oficial, gubernamental y priísta. Abogado de profesión, ha sido diputado federal, secretario general de Gobierno y presidente estatal del PRI. Actualmente es senador y preside la comisión de pesca de esa Cámara.
Su eventual candidatura se entendería como un indicio de que se mantendría en lo general el esquema de corrupción y abulia que ha caracterizado al gobierno de Guillermo Mercado Romero.
Frente a esa posibilidad de preservación del cuadro de aguzada crisis económica, social y moral que vive la entidad, se han levantado dos figuras: el general brigadier José Antonio Valdivia, quien actualmente es senador y preside la Comisión de Marina de su cámara, y Leonel Cota, presidente del ayuntamiento de La Paz.
Ambos opositores a la presunta intención de continuismo tienen un respaldo ciudadano importante e innegable. En torno a sus figuras ronda la idea de renunciar al PRI si no hay una elección interna verdadera, sin injerencia del gobierno estatal ni línea en favor de un precandidato. Las posibilidades de que esa amenaza se convierta en realidad son altas. El PAN y el PRD están virtualmente a la espera de que se resuelva el conflicto priísta interno para decidir si postulan candidatos propios, sin posibilidades serias de ganar, o adoptan a uno de los inconformes del tricolor.
Un general en campaña
El general Valdivia ha sido diputado federal y dos veces senador. Tiene una circunstancia familiar que no es obviable: fue yerno del ex gobernador Alberto Alvarado Arámburu, asesinado el año anterior en un asalto cuando viajaba en su automóvil en una avenida del sur de la ciudad de México.
Valdivia no busca una postulación por la vía del corporativismo ni atenido a su condición castrense. Por el contrario, ha emprendido una abierta y vigorosa campaña de proselitismo en la que, hablando con mucha claridad, ha subrayado su distancia del grupo político actualmente en el poder y de las pretensiones de dejar a alguien que le cuide las espaldas.
En días recientes ha recibido una adhesión significativa: Adan Enrique Ruffo Velarde, primo del ex gobernador de Baja California Ernesto Ruffo. Ruffo Velarde estaría en favor de la candidatura priísta de Valdivia. El primero fue presidente municipal de La Paz por el PAN y formó parte de una corriente, ahora alicaída, que en 1993 pareció pintar de azul para mucho tiempo a la porción sureña de esa península, cuando ganaron los tres más importantes municipios de los cinco de la entidad y ocho de las 15 diputaciones de mayoría.
Un alcalde con fuerza
El presidente municipal de La Paz, Leonel Cota, ha sido secretario general de ese mismo ayuntamiento, diputado federal, oficial mayor del gobierno estatal y presidente del comité priísta del citado municipio.
Cota se ha labrado una buena imagen, caracterizada por el trabajo de base y la actitud crítica. Recuperó el ayuntamiento de La Paz para el PRI y, desde allí, ha tejido redes de apoyo a su búsqueda de la candidatura tricolor a la gubernatura.
Un gran currículum sin base social
El cuarto aspirante oficial es el también senador Mario Vargas. El tiene la carrera política más completa de todos. Ha ocupado los principales cargos políticos de su entidad, excepto el de gobernador. Presidente municipal de Mulegé, diputado local, líder del Congreso, secretario general de Gobierno, diputado federal, presidente del PRI estatal y ahora senador.
Pero no tiene, o hasta ahora no ha demostrado, un apoyo popular verdadero. Su presencia en la fiera batalla que se libra en BCS es entendida más como una posibilidad de mediación frente a la polarización de los otros tres que como una candidatura a ganar en la refriega directa.
Consulta abierta: ¿verdadera o simulada?
Los tres precandidatos principales llevan ya medio año en abierta campaña de proselitismo. Como en una lucha libre sin réferi, ha habido de todo. Según los opositores de Manríquez, éste ha abusado del acarreo y del uso de recursos públicos para su promoción. A estos, a su vez, los acusan de tener presencia popular ficticia y de chantajear al PRI con postularse por otro partido si no lo son por el tricolor.
Tan avanzadas van las tareas que los tres precandidatos mencionados han realizado actos masivos en los que pusieron su máxima capacidad de convocatoria. Valdivia, el 17 de mayo; Manríquez, el 5 de junio, y Cota el 16 de julio. Cada cual da las cifras que le parecen más demostrativas de su fuerza y, a su vez, sus adversarios descalifican la composición y el origen de los asistentes.
Desatendidos, poco importantes para la agenda nacional, los priístas sudbajacalifornianos tuvieron al fin, la semana recién pasada, una reunión con Mariano Palacios Alcocer, en la que se les anunció que la postulación de candidato se dará mediante una consulta abierta. Como en Chihuahua, se alegraron algunos; como en Tamaulipas, temieron otros.
Y es que en ese punto estará la definición del futuro del priísmo de BCS y de la actitud que asuman Valdivia y Cota. Ambos creen que el gobierno estatal está dispuesto a volcar sus recursos económicos y políticos en favor de Manríquez. Además, consideran que la estructura partidista está completamente en manos del gobernador Mercado Romero y, por tanto, del precandidato favorito.
A mitad del pasado julio se renovó la directiva estatal del PRI, y en lugar de Jesús Flores Romero quedó como presidente Mario Rebolledo, quien era delegado estatal del ISSSTE. Valdivia y Cota lo descalificaron de inmediato, por entenderlo cargado en favor de Manríquez.
Pero el reciente nombramiento del delegado nacional priísta fortaleció las sospechas de que la estructura tricolor se preparaba para recorrer caminos ajenos a los de la apertura democrática. Fue políticamente exhumado Norberto Mora Plancarte, un michoacano de larga historia, entre cuyas características más conocidas están tanto el apego a la tradición de obediencia implacable de las órdenes superiores como el conocimiento de las antiguas artes de transmutación del plomo en oro.
Por lo pronto, el general Valdivia ha exigido que la consulta abierta se organice sin la intervención decisoria de la estructura formal priísta ni del gobernador y sus operadores políticos. Cota mantiene una postura similar.
Datos electorales
El 7 de febrero se elegirá en BCS al gobernador, al Congreso local y a los cinco ayuntamientos. Los registros legales de las candidaturas serán en noviembre. Los procesos internos de los partidos han comenzado ya. El PRI lanzará su convocatoria en la última decena del presente mes. El PAN hará su convención electoral el 4 de octubre. Mercado Romero, el actual gobernador, fue postulado el 2 de octubre que, por deplorables razones, los sudbajacalifornianos dicen que no se olvida. Esta será la quinta elección de gobernador, pues antes fue territorio federal con gobernador designado.
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