La Jornada 16 de agosto de 1998

Deja Durango el ombudsman de la niñez, amenazado

Emmanuel Salazar, corresponsal, y Triunfo Elizalde Ť Un año después de la violación y posterior suicidio de Yéssica Yadira Díaz Cázares, la impunidad prevalece en Durango, pese a la indignación y protestas ciudadanas.

En los hechos, algunos funcionarios abandonaron sus puestos y los inculpados huyeron del estado.

El ombudsman de la niñez, Benjamín Santamaría Ochoa, salió ayer de la ciudad de Durango en busca de protección, debido al allanamiento de sus oficinas y continuas amenazas de muerte.

Santamaría no logró leer su primer informe de actividades, en el que plantearía retomar el caso Yéssica Yadira porque considera que no se ha cumplido con la recomendación 75/97 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), emitida hace un año.

Con la salida de Santamaría de la entidad, quedó pendiente la creación de un Centro de Atención a Víctimas de Ataques, pese a que fue aprobada por el Congreso del estado.

La propuesta generó polémica porque en algunos artículos de la iniciativa para la creación de ese organismo se incluían regulaciones a la libertad de expresión, por lo que el Ejecutivo estatal promovió una enmienda.

Al igual que Santamaría, la familia de Yéssica Yadira decidió en febrero de este año salir de Durango. Pese a que se no se tiene información del lugar al que se dirigieron, el hecho sólo fue comentado por el secretario general de Gobierno, Alfredo Bracho Barbosa.

(Des) Encuentro con Silerio Esparza

El gobernador de Durango, Maximiliano Silerio Esparza, quien ocupaba uno de los primeros asientos del vuelo 151 de Aeroméxico simuló dormir cuando Benjamín Santamaría abordó el avión.

Terco, El rey mono -como Santamaría se autocalifica en el mundo artístico infantil- por medio de una azafata pidió permiso para saludar al gobernador duranguense. Este aceptó que se acercara hasta su lugar.

``Señor gobernador, quiero informarle que este es el último vuelo que hago de Durango a la ciudad de México... debido al triste incidente que viví esta mañana''.

Silerio Esparza, sin pronunciar palabra, ``simplemente se me quedó viendo, como si no entendiera de qué le hablaba... yo tampoco le expliqué'', dijo el ombudsman de la niñez.

Los comentarios anteriores fueron hechos a La Jornada, por Benjamín Santamaría, quien ratificó la denuncia que hiciera el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, sobre las amenazas de que fue objeto la mañana de anteayer.

Corrigió: ``no fui amenazado a través de la ventana, sino en forma directa por un hombre chaparrón, de bigote, cara redonda y calvo, vestido de oscuro, quien tocó la ventana que estaba abierta, y cuando corrí la cortina me dijo: no nos gusta lo que haces. Tienes que suspender la publicación de tu informe y del libro que estás escribiendo, y este es el último aviso para que te vayas, por que ya sabes que no nos gustan los fuereños''.

Agentes del gobierno estatal, posibles perseguidores

Santamaría se pregunta cómo es que supieron que está a punto de publicar un libro, de casi 300 páginas, intitulado La truculenta historia del amo y señor del pavoroso reino de la I.

Luego deduce: ``bueno, como allanaron las oficinas y entraron en la computadora pudieron ver lo que estoy haciendo''.

-¿Quiénes supone son sus perseguidores y por qué su interés en sacarlo de la ciudad de Durango?

-Supongo que son agentes del gobierno estatal, pero no puedo señalar a ninguna dependencia en concreto, porque carezco de elementos probatorios para hacerlo. Según comentarios que he recibido de gente amiga, cercana a Ismael (Hernández Dheraz) dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y de (Sergio) Guerrero Mier, gobernador electo de Durango, no soy de su agrado porque se me considera miembro del Partido del Trabajo (PT), instituto político que en los últimos tres años tuvo bajo su dominio la presidencia municipal, y por mi lucha a favor de causas como la de Yéssica (Yadira Díaz Cázares) y otros asuntos que no fueron del agrado del gobierno''.

-¿Qué le respondió Silerio Esparza en el avión?

-Nada, simplemente nada. Se mostró como si le hablara de algo relacionado con otro planeta, como si los sucesos de Durango ya no sean de su competencia y sólo esperara el momento de entregar el mando al gobernador electo...

``Me fui a mi lugar, y al llegar al aeropuerto de la ciudad de México, cuando bajé del avión, el gobernador ya había desaparecido.''

Como dato curioso de su llegada a la capital del país, El rey mono comenta que ``los del Prodh me habían ofrecido estar allí, para brindarme alguna protección, por si las dudas, pero no había nadie''.

-¿Lo dejaron solo a pesar de las amenazas?

-La verdad, sí, pero ya estando aquí me siento más tranquilo. En cambio, allá, luego de la amenaza verbal y del allanamiento de mis oficinas, tuve que pedir protección al procurador general de Justicia, Ismael Mejorada Olague, quien ordenó que de manera discreta me cuidaran dos agentes judiciales, los que me acompañaron hasta el aeropuerto de la ciudad de Durango.