La Jornada miércoles 12 de agosto de 1998

Luis Javier Valero Flores
Fobaproa desde Chihuahua

No asombran, indignan. Seguramente algunos de los mencionados en la lista Fobaproa dada a conocer por el PRD, habrán recibido créditos otorgados legalmente y, probablemente, enfrenten una ofensiva bancaria similar a la que sufren cientos de miles de pequeños y medianos deudores. Pero la mayoría de los beneficiarios del rescate bancario despiertan no pocas suspicacias.

La coincidencia entre pertenecer al grupo de los más poderosos, y ubicarse entre los más encumbrados del mundo de la política, se repite incesantemente.

Así les sucede a Miguel Fernández Iturriza del Grupo Argos, a Miguel Zaragoza y a Carlos Barrón, tres chihuahuenses que aparecen en las listas del Fobaproa. Los grupos Argos y Zaragoza son dos de los más importantes en la entidad.

Argos, propiedad de los Martínez Iturriza, es el embotellador de Coca Cola de Juárez, Sonora, Baja California y Sinaloa, y es una fuerte empresa constructora de Ciudad Juárez. Según el PRD, adeuda poco más de 228 millones de pesos ``que pueden haber llegado a unos 325''. El director de Finanzas del grupo empresarial desmintió la información. Reconoció que, en todo caso, ``cuando existe un atraso está sujeto al pago de un interés moratorio''.

Miguel A. Fernández Iturriza es el presidente y director general del Sistema Argos que en 1997 obtuvo ingresos por 2 mil 569 millones de pesos. Con una larga trayectoria en el panismo es el prototipo del empresario dispuesto a apoyar fuertemente las causas políticas. Sus orígenes empresariales se remontan a 1975 cuando se desempeñaba en el área de producción de la Cervecería Cuauhtémoc.

Acompañó a Luis H. Alvarez como suplente en la presidencia municipal de Chihuahua (1983-1986) y luego, después de perder las elecciones al mismo puesto en 1986, durante siete años (1987-1994), se desempeñó como encargado de las finanzas nacionales de su partido cuando Alvarez dirigió al PAN. Miembro del Comité Estatal y del Consejo Nacional, preside en éste la Comisión de Financiamiento Público. En 1997 se le nombró uno de los cien ejecutivos más importantes de México.

Ligado a los más connotados y poderosos panistas, actuó como el principal apoyo de Guillermo Luján Peña --otro importante empresario-- a la presidencia del actual Comité Estatal del PAN. En la reciente contienda interna, Fernández Iturriza coordinó la campaña del precandidato a la gubernatura, Enrique Terrazas, uno de los dueños de Cementos de Chihuahua, filial de Cementos de México (Cemex). Años atrás, en 1995, había coordinado la campaña a la presidencia municipal juarense de José Antonio Badía San Martín, miembro distinguido del DHIAC (Desarrollo Humano Integral, organización considerada como de extrema derecha) y en 1992 fue el tesorero de la campaña de Francisco Barrio.

Actualmente es consejero del Programa de Reactivación Social (Progreso), al que el gobierno estatal le entregó 8 millones y medio de pesos, a fondo perdido, para la elaboración de proyectos de desarrollo urbano e industrial. Este grupo lo integran los empresarios más cercanos a Federico Barrio Terrazas y todos están ligado a la industria inmobiliaria, la construcción y la instalación de maquiladoras.

Puras coincidencias.

A Carlos Barrón, en las investigaciones acerca de las corruptelas de Conasupo, se le mencionó como prestanombres de Raúl Salinas, y fue señalado como beneficiario de la venta de una de las plantas industrializadoras de leche, propiedad de Liconsa; su empresa, Productos Lácteos de Delicias, pertenece al corporativo Evaporadora Mexicana, fabricante, entre otros, de Leche Boreal. Pero ésa es sólo una más de las coincidencias, la otra es no menos escalofriante: cuando en 1989 fue aprehendido Amado Carrillo, El Señor de los Cielos, usaba el nombre de Juan Carlos Barrón.

Puras coincidencias. Tiempo habrá de comentar las del Grupo Zaragoza.

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