La Jornada 12 de agosto de 1998

Declararon a dos menores culpables de cinco asesinatos en Arkansas

Afp, Reuters y Ap, Jonesboro, 11 de agosto Ť Dos adolescentes fueron hallados culpables hoy del asesinato de una maestra y cuatro estudiantes durante un tiroteo ocurrido en marzo pasado en esta ciudad estadunidense, mientras un juez en Chicago decidió que dos menores de edad, de siete y ocho años, respectivamente, que confesaron haber matado y agredido sexualmente a una niña de 11, deberán estar bajo observación psiquiátrica antes de decidir qué hacer con ellos.

Mitchell Johnson, quien hoy cumplió 14 años, y Andrew Golden de 12, fueron encontrados culpables hoy de cinco cargos de asesinato y diez de violencia. Ambos jóvenes dispararon contra decenas de sus compañeros de escuela y maestros después de hacerlos salir del inmueble engañados con una falsa alarma de incendio, el 24 de marzo pasado.

La tragedia acaparó la atención de los estadunidenses por la violencia que enfrentan las escuelas del país: un total de 11 estudiantes y dos maestros fueron asesinados y otras 41 personas resultaron heridas en cinco ataques armados ocurridos en los últimos diez meses. A raíz del ataque en Jonesboro, Arkansas, una maestra y cuatro niñas, de entre 11 y 12 años, murieron.

Cuando fueron detenidos Johnson y Golden, los jóvenes vestían ropa de camuflage y les fueron decomisadas diez pistolas y 3 mil municiones. La policía sostuvo que el ataque fue muy bien planeado.

Los dos muchachos fueron presentados este martes esposados. Johnson se declaró culpable hoy, y los abogados de Golden alegaron la locura de su cliente de 12 años en el momento del ataque, pero el juez Ralph Wilson rechazó ese argumento y declaró culpables a los dos adolescentes. El magistrado ordenó su reclusión en una prisión juvenil hasta cumplir los 18 años.

Los jóvenes, determinó el magistrado, serán sometidos a una evaluación después de un periodo de dos años, y a partir de entonces serán reevaluados hasta que cumplan los 18 años, y en ese momento podrán ser liberados o transferidos a una prisión de adultos hasta que cumplan la mayoría de edad (21).

Sin embargo, las autoridades de Arkansas han señalado que el estado no cuenta con instalaciones para detener a los adolescentes después de los 18, por lo que el gobernador Miike Huckabee anunció el sábado que construirá un nuevo centro de detención o adaptará otro ya existente para albergar a los dos jóvenes hasta que cumplan 21 años. La policía ha advertido que está recibiendo cartas y amenazas telefónicas contra los dos adolescentes.

El juez del caso se enfrentó a un dilema, pues según las leyes de Arkansas los dos acusados son demasiado jóvenes para ser juzgados como adultos, y no pueden permanecer en prisión después de cumplir los 21 años de edad.

Cargado para alcanzar el banquillo

Similar problema enfrenta el juez Gerald Winiecky, en Chicago, que tiene a su cargo el caso contra dos niños de siete y ocho años que confesaron haber matado y agredido sexualmente a Ryan Harris, de 11 años, el 28 de julio.

Los niños, cuya identidad no ha sido proporcionada, confesaron haber asesinado con una piedra a Harris, tras haber intentado robarle una bicicleta. Los menores fueron detenidos el domingo y han pasado estas noches en un hospital pisquiátrico, dada la carencia de instalaciones apropiadas para delincuentes tan pequeños.

La ley de Illinois prohíbe que los menores de diez años sean enviados a centros de detención. Hasta el momento, estos muchachos son las dos personas más jóvenes acusadas de asesinato en Estados Unidos.

En 1984, un niño de cinco años golpeó a su primo de 18 meses en Chicago con una piedra. El bebé murió dos días después, pero las autoridades decidieron no procesar al infante.

El juez Winiecky decidió este martes que los niños asesinos deberán pasar dos días en observación psiquiátrica, antes de saber qué hacer con ellos.

Pero el caso ha suscitado un debate en Chicago sobre la percepción que estos menores tienen de la muerte y de su acción, y sobre la manera en que hay que castigarlos.

Algunos especialistas sostienen que estos menores ``no entienden que `muerte' significa `se fue para siempre''.

Según las televisoras estatales, los dos niños son tan chicos, que el mayor tuvo que ser alzado en brazos para poder sentarse en el banquillo de los acusados, y cuando se enteraron de que no volverían a su casa, comenzaron a llorar.