La Jornada miércoles 12 de agosto de 1998

Arnaldo Córdova
¿Qué hizo el PRD?

El porqué algunos andan tan enojados con la dirigencia del PRD y, en especial, con Andrés Manuel López Obrador, es muy comprensible, pero suena bastante destemplado y se antoja, por lo menos, exagerado. Cuando el presidente del PRD presentó en público su ya famosa lista de beneficiados con las operaciones del Fondo Bancario de Protección al Ahorro, los empresarios y los secretarios de Gobernación y de Hacienda, tronaron contra él, y el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Eduardo Bours, incluso, amenazó con entablar juicio penal en contra del PRD.

¿De qué no se acusó a López Obrador? Hasta ``traidor a la patria'' lo llamaron. Lo acusaron de difundir secretos bancarios, de provocar la caída de la Bolsa, la devaluación del peso, la inversión extranjera directa que tan bien iba, la consternación entre los inversionistas nacionales que tan confiados estaban el día anterior y una fuga inesperada de capitales. Se dijo también que el PRD había perdido la poca simpatía que tenía en el sector patronal y que ese partido volvía a las andadas de la rijosidad y la confrontación. Yo no me esperaba tanto poder de López Obrador.

¿De dónde venía la información? Fue algo que muy pocos se preocuparon por indagar. Sin embargo, aparte los mismos perredistas (aunque con las acostumbradas contradicciones y ligerezas en que suelen caer), un par de diputados del PAN dijeron que toda la información que había dado López Obrador estaba contenida en los expedientes del Fobaproa que han sido enviados por las agencias del gobierno a la Cámara de Diputados y que ellos mismos habían consultado.

López Obrador, por lo demás, dio a conocer su lista después de un aviso de dos semanas de anticipación y, lo dejó muy claro, como respuesta a la negativa del gobierno a dar a la Cámara de Diputados mayor información. Con eso no violó ninguna ley ni está ``confrontando'' a nadie. Yo quisiera, de veras, ver si Bours y sus colegas son tan valientes como para presentar una querella penal en contra del PRD. Los dirigentes de este partido son escuchados sólo cuando conviene. Pero vale recordar que han dicho muchas veces que sólo aprobarán el paquete financiero cuando cuenten con toda la información que, por otro lado, todos deberíamos ya tener. Claro que mucho depende de la aprobación del paquete financiero, pero muy limpio y transparente, cosa que a muchos parece no importar nada.

Varios grandes conocedores del derecho han puesto más que en claro que el famoso secreto bancario tiene sus límites y no es absoluto (ni siquiera en Suiza, en donde han desnudado a Raúl Salinas de Gortari). Hay intereses jurídicos frente a los cuales ese secreto no vale. Lo decisivo, por lo demás, es que no se trata sólo de cuentas privadas, sino de dinero de las arcas públicas cuyos movimientos la Cámara de Diputados debe conocer y controlar. El asno al que se le ocurrió que así el gobierno podría retener información y negarse a pasarla a la Cámara se está exponiendo a uno de los mayores problemas a los que un gobierno puede enfrentarse: el conflicto de poderes que debe resolver la Suprema Corte de Justicia y que acostumbra llamarse controversia constitucional.

Si no hay porquerías que ocultar, para nadie resulta explicable que el gobierno trate de reservarse información sobre un problema tan grave como el del Fobaproa que a toda la ciudadanía (que a final de cuentas va a pagar) interesa conocer. Excepto en tiempos de guerra, que no es el caso y de acuerdo con la Constitución, el gobierno no puede ocultar información alguna que el Congreso le solicite. En este caso, el Congreso no viola, no puede violar, ninguna ley ni precepto alguno de la Carta Magna, porque se establece un caso de excepción que se justifica en la superioridad perenne del interés público sobre el privado.

Todavía no acabo de entender por qué el gobierno, los empresarios y los inversionistas, los priístas y los dirigentes patronales pretenden que el paquete financiero de Zedillo se apruebe ya y luego se vea caso por caso las responsabilidades individuales de los grandes deudores que, por lo que se sabe, acumulan el 80 por ciento del total de la deuda que ampara el Fobaproa. Creo incluso que el gobierno cometió una gran estupidez política al solicitar del Congreso que los pasivos de ese fondo se convirtieran en ``deuda pública''. Como se dijo desde Hacienda, de hecho, la deuda es ya pública, pues se ha garantizado, sin que ninguno de nosotros pueda hacer nada al respecto, con fondos públicos. ¿Por qué nos metieron en este gran brete? Vaya usted a saber.

Por lo que se ha visto, el PRD sólo es reo del delito de exigir que el gobierno no oculte información que los diputados deben tener para decidir su voto. Quisiera saber cuántos de sus acusadores conocen lo que los perredistas quieren conocer y, con ellos, creo, todos los mexicanos que nos interesamos en estas gravísimas cuestiones.