La Jornada 5 de agosto de 1998

Rindieron en el Senado homenaje póstumo a José Angel Conchello

Andrea Becerril Ť En pleno, integrantes de las fuerzas políticas del país rindieron ayer un homenaje póstumo a José Angel Conchello, al hombre ``respetado y querido incluso por sus adversarios y por el propio gobierno de la República, del que fue gran enjuiciador'', como lo definió desde la tribuna de la Cámara baja el coordinador de los senadores del PAN, Gabriel Jiménez Remus.

La sesión solemne en la sede senatorial congregó a la dirigencia nacional del PAN, con Felipe Calderón a la cabeza, legisladores del PRI y el PRD, funcionarios del gobierno del Distrito Federal y amigos y colaboradores del senador fallecido un día antes.

El féretro de caoba brillante, rodeado por la bandera blanquiazul del PAN, llegó al recinto de Xicoténcatl a las 11:16 horas para ser colocado en el centro del salón de sesiones, frente a dos enormes ramos de crisantemos y gladiolas blancas.

De inmediato cubrieron con una bandera nacional el ataúd, mientras que la familia de Conchello se acomodó en el lugar de los invitados, junto a Calderón, el secretario de Desarrollo Social, Esteban Moctezuma, y el subsecretario de Gobernación, Jesús Salazar Toledano, quien asistió en representación de Francisco Labastida Ochoa.

``Su muerte es una pérdida para el Senado, para el PAN y para México'', expresó el presidente de la Comisión Permanente, Genovevo Figueroa. Pidió luego un minuto de silencio en memoria de Conchello.

Ejemplo permanente

Después dio la palabra a Jiménez Remus, que no ocultaba el pesar y el dolor. ``Resulta muy difícil superar esta emoción, el ver entrar el cuerpo inerte de José Angel'', expuso, y tuvo que hacer un intervalo de varios segundos para continuar con el discurso fúnebre para ``el maestro Conchello'', como se le llamaba con cariño y espontaneidad en el PAN.

``Yo creo que la voz de José Angel seguirá escuchándose en el Congreso de la Unión. Seguirá siendo leído en los periódicos y en las revistas que tanto amó''. Todos los legisladores, manifestó, tienen en el senador fallecido ``un ejemplo permanente de generosidad, de dedicación; un hombre increíblemente informado, que usaba esa información para beneficio de México''.

Jiménez Remus continuaba con su discurso con la voz entrecortada: ``José Angel tenía ángel. Era un hombre que provocaba debate nacional en cualquier opinión que emitiera en la prensa o en la tribuna. Era un hombre respetado y querido, incluso por sus propios adversarios y por el propio gobierno de la República, del que fue gran enjuiciador. Fue un hombre valiente, audaz y generoso en toda su actuación''.

Recordó sus batallas por la defensa de la soberanía nacional, el uso racional y humano de los recursos naturales, y la dignidad y derecho de los trabajadores. ``Desde su ya lejana presidencia en Acción Nacional fue un eficaz defensor del derecho de los mexicanos en elegir a sus autoridades, el respeto del voto en un régimen objetivo y revisablemente democrático''.

Bombero honorario

Se dirigió luego a la viuda de Conchello y a sus hijos, a los senadores, diputados y funcionarios presentes: ``Con toda esperanza puedo decir que José Angel murió con menos angustias, porque cumplió con todos sus deberes a tope''.

Dijo que un día antes se enterneció en el velorio de Conchello cuando vio entrar a un grupo de bomberos que lo nombraron integrante honorario de ese gremio, ya que siempre encabezó las causas justas y las causas de los modestos.

Jiménez Remus continuó su intervención en medio de un silencio solemne. ``Mi partido pierde a un gran hombre, los senadores vamos a extrañar hasta el término de la legislatura la ausencia de José Angel. El Congreso de la Unión pierde a un hombre audaz y profundamente patriota. Descanse en paz mi amigo y senador Conchello''.

Cinco guardias de honor

Había lágrimas en los rostros de los familiares, que emocionados atestiguaban las cinco guardias de honor para Conchello. La primera la encabezaron Felipe Calderón y otros integrantes de la cúpula panista. Luego siguieron los senadores del PAN, por lo menos una veintena.

Los legisladores del PRI montaron la tercera guardia de honor, también numerosa, encabezada por Fernando Solana y Carlos Jiménez Macías, pues algunos senadores, como el tabasqueño Humberto Mayans, regresaron de manera expresa para participar en el homenaje.

Las fracciones parlamentarias del PRD llevaron a cabo la última guardia. Los senadores Carlos Payán y Enrique González Pedrero comentaron al final que Conchello se merecía una muestra de afecto y respaldo como la que recibió ayer en el Senado, ``por su honradez y patriotismo''. Rosario Robles, la secretaría general de gobierno del Distrito Federal, acompañada por Leonel Godoy, dijo al delegado en Venustiano Carranza, Ramón Sosamontes Herreramoro, que no podían dejar de acompañar al amigo.

La ceremonia tuvo una duración de poco más de media hora, pero con gran calidez, según comentarios finales de sus colaboradores, cuando el ataúd con los restos de José Angel Conchello salió del Senado con rumbo al cementerio, donde fueron cremados.