Opinión de 50.3% de consultados; pobres, los más afectados: UAM
Humberto Ortiz Moreno Ť Desempleo, crisis, pobreza y bajos salarios, producto de los problemas económicos, así como sobrepoblación y ambulantaje, son las principales causas directas de la creciente criminalidad en el Distrito Federal, pero también la corrupción, el mal gobierno y la ausencia de valores en las autoridades, según el resultado de un sondeo realizado por el Grupo de Encuestas por Muestreo de la UAM-Xochimilco y la empresa Mercadologics, S.A de C.V.
Levantado entre mil 660 ciudadanos, el sondeo de opinión sobre ``El problema de la inseguridad en la ciudad de México y soluciones y propuestas por los ciudadanos'', señala que las delegaciones con mayor incidencia delictiva son Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Coyoacán, Cuauhtémoc, Alvaro Obregón, Tlalpan y Venustiano Carranza.
Erigiéndose en la primera agencia de investigación de estudios de opinión pública, cuya información será procesada y analizada por un grupo de investigadores en estadística, ciencias sociales, política, psicología social, economía y mercadotecnia, el GEM-UAM y Mercadologics encontraron que 53 por ciento de los encuestados contestó afirmativamente cuando le preguntaron si había sido víctima de un hecho delictivo.
El cuestionario, aplicado en 64 puntos de afluencia en las 16 delegaciones políticas, expone que los niveles socieconómicos más bajos han sido afectados con mayor frecuencia por los criminales. Las clases media baja y media alta presentan ``valores muy cercanos, tal vez porque la diferencia real entre ambas está desapareciendo como resultado de la actual crisis económica...''.
María de Lourdes Fournier, del GEM, y Jorge Guerrero Mothelet, director general de Mercadologics, anunciaron que estos datos serán entregados al jefe de gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, y al Senado de la República.
Con una confiabilidad estadística de 95 por ciento, los encuestadores hicieron sus preguntas sobre los problemas de inseguridad en lo que va del año y 53 por ciento de las personas contestó que ha sido víctima, lo mismo que amigos o familiares, de un hecho delictivo. El 22 por ciento de ese total lo constituye el propio sujeto del interrogatorio.
En primer lugar de delitos está el robo a transeúnte que, según 22.4 por ciento de los cuestionados, es el que afecta a los segmentos de menores ingresos, y luego el asalto a transporte, con 20.1 por ciento.
El sondeo precisa que 61.2 por ciento de los encuestados confesó que no denunció el delito que sufrió, principalmente por las trabas administrativas que manifestó 29.8%, pues ``no hacen caso las autoridades'' a la querella o ``no se hace nada después de presentada''.
El segundo grupo en importancia argumentó la falta de trámites, visto también como una mala actuación de la autoridad, ya que los ciudadanos los consideran una pérdida de tiempo que una solución a su problema. Y el temor fue también un punto muy importante, añade el documento, pues los ciudadanos mencionaron razones como el miedo a sufrir algún daño físico por represalias de los delincuentes que, ``por causas un tanto casuales'', se enteran que fueron acusados.
Sin embargo, cuando sí fue puesta la denuncia, la experiencia de los 436 denunciantes objeto de la investigación ``resulta preocupante y desalentadora: 56 por ciento la calificó de negativa o muy negativa.
``En cierto sentido, esto da la razón a quienes se abstienen de denunciar los delitos de que son víctimas. Es evidente que cuando las víctimas no toman medidas para que se castique a los delincuentes, de manera involuntaria se transforman en uno más de los puntos de apoyo de los elementos negativos de la sociedad''. Y es que los encuestados informaron en varios casos ``que esperamos que sean excepcionales'', que después de haber sufrido algún ilícito ``pasaron por una verdadera cadena de malos tratos y problemas en búsqueda de solución y justicia...''. Esto contribuye, además, a incrementar la ventaja de los criminales, señalan los analistas.
Sobre las causas de la delincuencia, 50.3 por ciento de los encuestados opina que es el desempleo y 36.6 la corrupción; 32.5 por ciento piensa que es el mal gobierno; 26 por ciento cree que es la crisis económica; 18.7 dice que la pobreza; 17.4 afirma que son los bajos salarios, y 17.2 por ciento observa que es por la crisis o falta de valores.
Las propuestas de solución de los mil 660 ciudadanos interrogados son muy simples: mejor vigilancia, con más patrullas; preparación de los policías, y otorgar mejores salarios a los elementos de seguridad.
Pero también se registraron recomendaciones violentas en 11.7 por ciento de los cuestionados, llegando incluso a sugerencias tan radicales como ``matar a los policías corruptos para acabar con la corrupción, ``entendiéndose por esto la liga entre algunos malos elementos con los delincuentes...''. Y además hubo quienes propusieron organizarse entre los propios ciudadanos para autodefenderse.
No faltó en la encuesta quienes optaron mejor por ``encomendarnos a Dios...''.
Para los investigadores, frente a este panorama sólo queda preguntarse ``si habrá remedio para la ciudad y si desearíamos contribuir a encontrarlo...''.