248, los muertos en Colombia: Samper
Afp, Reuters y Ap, Santafé de Bogotá, 5 de agosto Ť La ofensiva lanzada por la guerrilla colombiana desde el lunes pasado, considerada la más violenta de las últimas tres décadas, dejaba hasta esta noche un saldo de 248 muertos entre insurgentes, militares y policías, informó hoy el saliente presidente Ernesto Samper.
El número suministrado por el mandatario es, sin embargo, inferior al mencionado por los alcaldes de los municipios de Uribe y Miraflores, donde dos bases militares con 182 hombres fueron arrasadas.
El número de uniformados capturados por los comandos insurgentes sobrepasaría también el centenar.
Un comunicado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dijo que ésta es una protesta ``contra un gobierno corrupto y antipopular'', que utilizó engañosamente la bandera de la paz y ``le incumplió a todo el mundo''.
Pero en una conferencia de prensa en el palacio de gobierno, Samper dijo que los ataques son ``una asonada contra Colombia'', y que fueron tan feroces'' que violaron todos los derechos humanos''.
También el mandatario asumió la defensa del ejército, cuestionado por su capacidad para contener a la guerrilla.
``Es fácil echarle la culpa de los actos terroristas, (pero) no hay ningún ejército en el mundo con la capacidad de prever actos como los de las últimas horas'', sostuvo.
Samper advirtió además que el gobierno no canjeará a más de 200 militares y policías en poder de la guerrilla por presos políticos de los rebeldes.
Aunque hasta el momento el Ministerio de Defensa no ha dado un balance definitivo de víctimas, ya que los ataques de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) continuaban en remotas zonas del país, el primer mandatario dijo que entre los muertos figuraban 180 guerrilleros y 68 militares y policías, además de que hasta el momento había también 87 heridos y 46 desaparecidos.
``Estamos en guerra y la paz no es fácil'', había admitido previamente el presidente electo Andrés Pastrana, ``pero esperamos que exista buena voluntad de la guerrilla para hacer la paz... Como presidente me gustaría ver otros gestos'', añadió el político conservador, quien asume la presidencia el próximo viernes.
Su designado ministro de Defensa, Rodrigo Lloreda, se declaró ``desconcertado'' por la escalada insurgente, pero estimó que ésta no debilita los acuerdos de paz en curso.
En tanto, la ofensiva fue calificada como ``una catástrofe militar y nacional'' por el general Rafael Hernández López, comandante de una recién creada unidad de élite de las fuerzas armadas para combatir a la guerrilla.
Los ataques más cruentos fueron perpetrados contra una base de la policía antinarcóticos en la localidad de Miraflores, departamento del Gaviare, donde murieron 30 uniformados, 50 resultaron heridos y 110 fueron capturados, y contra la población de La Uribe, donde perdieron la vida 46 soldados, luego que unos 500 guerrilleros de las FARC atacaron la base militar, el cuartel de policía y la alcaldía.
``El que no está muerto, está herido o fue secuestrado; aquí no queda nadie'', aseguró Leonardo Gallego, director de la división antinarcóticos de Miraflores, una población selvática ubicada al sureste del país y a 350 kilómetros de Santafé de Bogotá, considerada la capital cocalera de este país sudamericano.
Según Gallego, el ataque contra la base de Miraflores, que duró más de 24 horas entre el lunes y el martes, fue dirigido por Jorge Briceño, quien se reunió el pasado 9 de julio con el presidente electo Pastrana.
Hasta este miércoles, las tropas aún no habían podido llegar al lugar debido a las fuertes lluvias registradas en la región.
La policía, sin embargo, negó categóricamente que 12 agentes de la DEA, la oficina estadunidense antidrogas, se encontraran en esa base atacada por cientos de guerrilleros, como informó la prensa.
Además, las FARC atacaron el poblado de Pavarandó, departamento de Antioquia, donde según un balance oficial murieron nueve militares y un civil, mientras 15 uniformados fueron declarados desaparecidos, además de que siete militares y dos poli- cías murieron en el municipio de San Carlos, del mismo departamento.
Los insurgentes atacaron también el puesto de policía de Silvia, departamento del Cauca, en tanto que otros uniformados murieron en ataques en Cúcuta, Medellín, Córdoba y Mistrató.
Los ataques guerrilleros ya suman 46, principalmente contra blancos militares y policiales localizados en una veintena de poblaciones de 17 de los 32 departamentos del país, según las autoridades.
En tanto, un atentado contra un cuartel militar se frustró en Santafé de Bogotá, cuando fueron desactivados cilindros con explosivos químicos en un automóvil con más de cien kilos de dinamita frente a la cuarta brigada del ejército.
En Medellín, la segunda ciudad del país, la explosión de una granada en un parque hirió a 17 personas.
Las principales bajas guerrilleras se habrían registrado en fallidos ataques contra las bases petroleras de Mary, La Linda y Toroyacó, en los departamentos de Cauca y Putumayo, informó el coronel Aldemar Perdomo, comandante militar en el suroeste del país.
Muestra de poderío
La ofensiva, según analistas, no es una simple ``despedida'' al gobierno de Samper, sino que está destinada a que la guerrilla llegue fortalecida a las negociaciones que deben comenzar en los próximos 90 días con el nuevo gobierno.
Para el experto guatemalteco Manuel Conde Orellana, asesor en temas de paz para el gobierno de Antioquia, los rebeldes quieren ``mostrar su capacidad operativa''.
Las FARC, asegura el general Manuel Bonnet, hacen gala de ``un poder que no tienen para llegar pisando fuerte a las próximas negociaciones de paz''.
También está en marcha la preparación de una convención nacional en la cual el gobierno y la sociedad civil negociarán con el ELN, tras 34 años de lucha armada.
Reacciones
Mientras que el gobierno de Venezuela declaró este miércoles en estado de ``alerta máxima'' su frontera con Colombia ante la arremetida guerrillera, el Departamento de Estado estadunidense condenó la escalada insurgente ``sin sentido''.
``Esperamos el día cuando las acciones de la guerrilla correspondan a sus promesas de compromiso de paz'', sostuvo la declaración divulgada por la embajada de Estados Unidos en Santafé de Bogotá.
De su lado, un subcomité de la Cámara de Representantes estadunidense pidió a la guerrilla y a los grupos paramilitares declarar un cese al fuego inmediato y buscar una salida negociada.
Durante una audiencia en la que comparecieron académicos y activistas de derechos humanos, el presidente del subcomité de Asuntos del Hemisferio Occidental, Elton Gallegly, hizo notar la ``incapacidad'' del ejército colombiano para contener a los rebeldes y a los paramilitares.