Revela la DEA el modus operandi de la federación mexicana del narco
David Aponte Ť La oficina de la DEA en la embajada de Estados Unidos puso al descubierto el modus operandi de la denominada Federación Mexicana del Narcotráfico, organización criminal que ``tiene la capacidad de utilizar todos y cada uno de los 3 mil 200 kilómetros que abarca la frontera México-Estados Unidos para conducir sus actividades ilícitas''.
El grupo de narcotraficantes, encabezado por los hermanos Arellano Félix, está integrado por ``patrones, dirigentes de división, porteros y sindicatos de familias'', y representa la más poderosa amenaza en el combate a las drogas, de acuerdo con un documento de la agencia estadunidense.
En la nueva estructura de la mafia mexicana aparecen algunos nombres de los herederos de los cárteles de la droga, las estrategias y las actividades de cada una de las divisiones de la federación.
La oficina de la DEA en la representación diplomática estadunidense detalla que los narcotraficantes establecieron la organización a principios de la década de los 70, con ``contrabandistas emprendedores del estado de Sinaloa''. Con el tiempo, el grupo aumentó su poder y, en la actualidad, amenaza la lucha contra el narcotráfico en toda la franja fronteriza, indica.
Con datos de inteligencia recabados en nuestro país, desglosa la estructura: patrones, dirigentes de división, porteros y sindicatos de familia. En la primera escala coloca a los hermanos Arellano Félix y a Juan José Esparragoza Moreno (uno de los lugartenientes del oficialmente muerto Amado Carrillo Fuentes, El señor de los cielos).
``Los patrones, considerados los fundadores de sangre azul de la federación, tienen una presencia internacional muy marcada y están involucrados en múltiples actividades relacionadas con el narcotráfico. Ellos son los narcotraficantes más poderosos de México. Debido a su habilidad para corromper gobernantes e individuos, los patrones no solamente controlan una cantidad sustancial de la producción de narcóticos en México, sino el movimiento de múltiples envíos de miles de kilogramos de cocaína a Estados Unidos'', explica.
El documento menciona que los dirigentes de división sólo tienen presencia nacional y están especializados en el movimiento de droga en el territorio mexicano, bajo las órdenes de los patrones. Sin embargo, también trabajan de manera independiente. El éxito de los miembros de esta escala radica en la aceptación de alianzas con individuos y grupos ajenos a la federación. Entre los nombres de los jefes de esta jerarquía, señala a Miguel Soto Peña y Miguel Caro Quintero.
``Los porteros componen el segmento más vulnerable por ser la fracción dedicada a cruzar la frontera con los cargamentos de narcóticos. La captura de estos individuos, residentes en la frontera México-Estados Unidos, es un componente esencial para el freno del narcotráfico mexicano. Los porteros controlan el movimiento de cargamentos provenientes de México y Colombia, destinados a la distribución en Estados Unidos'', continúa.
En la última escala de la organización criminal, ilustra que los sindicatos de familia o pasadores (como son conocidos en el argot de los narcotraficantes) concentran el trabajo manual en las calles. Los integrantes de los sindicatos de familia resultan presa fácil de los arrestos policiacos. Consecuentemente, la mayoría de estos empleados de la federación está en la cárcel. No obstante, la detención de los sujetos tiene poco impacto en los componentes principales de la organización, acepta.
A manera de colofón del documento, elaborado con la colaboración del Centro de Inteligencia de El Paso, la oficina de la DEA en nuestro país añade que ``en coordinación con otras agencias gubernamentales estadunidenses apoya al gobierno mexicano a conducir operaciones en contra del narcotráfico y el lavado de dinero por parte de narcotraficantes de gran escala y sus organizaciones.
``La DEA proporciona apoyo a las autoridades policiacas nacionales para que éstas puedan fortalecer sus capacidades institucionales para poder efectuar investigaciones conducentes a enjuiciar y embargar los bienes de los principales narcotraficantes en México'', concluye.
Las autoridades mexicanas encargadas de la lucha antinarcóticos negaron la posible existencia de la federación, cuando algunos medios de comunicación dieron a conocer los primeros reportes de la DEA relativos a su existencia.