Presenta Aura el Instituto de Cultura del DF; llama a un gran acto público
Renato Ravelo Ť ``La fiesta del milenio comenzó con la decisión de los habitantes de la ciudad de elegir libremente sus autoridades; hoy la preparamos con los múltiples actos de recuperación de las calles, donde los ciudadanos y las autoridades demostraremos que somos capaces de vencer la violencia y la amenaza de guerra, que somos más y que queremos entrar al próximo milenio celebrando nuestra convivencia plural'', planteó en su discurso de presentación Alejandro Aura, director del Instituto de Cultura de la Ciudad de México (ICCM), ante el jefe del gobierno capitalino, Cuauhtémoc Cárdenas, la noche de este martes.
La fiesta a la que hizo alusión Aura no es sólo una imagen literaria, es una convocatoria: ``el fin del milenio es una fecha que nos toca compartir, es la oportunidad de reflexionar sobre nuestros actos en la historia, sobre nuestro presente y futuro. En breve covocaremos a toda la ciudad a organizar una gran celebración pública, un rito colectivo de renovación y esperanza que ponga en movimiento nuestra riqueza y diversidad cultural: teatro, baile, conjuntos musicales, literatura, crónica, artesanía, diseño, imaginación abierta a todas las formas posibles de manifestación artística para realizar una gran fiesta''.
En su presentación del Instituto de Cultura, reconocido oficialmente desde hace un mes, Aura habló de los jóvenes: ``la guerra contra la cultura de los jóvenes ha terminado en esta ciudad; el respeto a sus formas de expresión es el origen de una serie de actividades que están realizando, con el programa Las siete tocadas capitales, músicos, estudiantes y la Dirección de Programas para la Juventud en coordinación con el instituto. El primer concierto se efectuó en Iztacalco con la asistencia de más de 15 mil jóvenes que bailaron durante diez horas y se retiraron a sus casas sin incidentes''.
Ciudad de fin de milenio, urbe de jóvenes, Aura anunció otra faceta: ``en marzo pasado se firmó, entre el jefe de gobierno, el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), y los escritores José Saramago, Carlos Fuentes y Carlos Monsiváis, entre otros, el convenio con el Parlamento Internacional de Escritores que adhiere a la ciudad de México a la red de ciudades refugios para escritores perseguidos en sus países por el ejercicio de su profesión''. Para este objetivo, dijo que se destinó una casa que están acondicionando con habitaciones para recibir a los perseguidos y sus familias.
Aura destacó al inicio de su discurso que el instituto es resultado de una amplia consulta a la ciudadanía, y reconoció que ``para buena parte de la población el término cultura y todo lo que se relacione con él se identifica con algo probablemente grato, pero oneroso; quizá inútil o hasta peligroso e imposible de alcanzar, algo que sólo puede pertenecer a los iniciados, a los privilegiados por el orden social''.
Infraestructura con equidad
En su diagnóstico subrayó que la infraestructura, en su mayoría bajo el manejo de la autoridad federal, no está distribuida con equidad: ``el gobierno de la ciudad, a través de este instituto, asume la obligación de promover el acceso a los bienes de la cultura, dotando a la sociedad, en la medida de lo posible, de las herramientas de ingreso y apreciación de las artes y de las manifestaciones culturales que le son y que no le son familiares, con objeto de ampliar el horizonte de su comprensión y su aprovechamiento''.
Aura habló sobre las condiciones deplorables en las que el instituto recibió el Teatro de la Ciudad, así como de la falta de infraestructura de las casas de cultura que dependen de las delegaciones y carecen de una normatividad compartida. ``Devolver la dignidad a la infraestructura cultural de la ciudad y procurar los medios para su operación es una responsabilidad del instituto''.
Para el Teatro de la Ciudad y sus primeros trabajos de remodelación se destinaron 12 millones de pesos.
Para enfrentar la tendencia a la concentración de los foros y casas de cultura en la zona sur de la ciudad, explicó que se creará el Foro de Arte Alternativo Oriente (El faro de oriente) en Iztapalapa, en el que se desarrollarán talleres del proceso completo de realización radiofónica, de producción plástica escénica, de cultura botánica y de artes gráficas.
Se abrirá el Centro Cultural Tezozomoc, en Azcapotzalco, con una sala de conciertos, un teatro, un espacio de expresiones escénicas alternativas y muros para exposiciones plásticas.
Museos, música y promoción
Aura recordó el convenio firmado con el CNCA para recuperar el Conjunto Cultural Ollin Yoliztli, espacio en el que además de continuar con los cursos que se imparten, se buscará convertirlo en un ``centro de irradiación hacia otros puntos de la ciudad de instructores de talleres artísticos, teatro, música, danza, humor escénico, construcción y conservación de instrumentos musicales''.
Para el Museo de la Ciudad de México, explicó Aura, se proyecta recuperar su vocación y sus acervos, así como extender su influencia a toda la urbe: ``la magna exposición Una ciudad y cinco continentes tendrá esta sede a partir de noviembre próximo y se establecerá como salón anual''.
Respecto del trabajo de la Filarmónica de la Ciudad de México, ``el Instituto de Cultura ha dado los pasos necesarios para tratar de recuperar la confianza de esta organización y dotarla de las herramientas necesarias para su pleno desarrollo: una estructura administrativa transparente, el director artístico y la base de operaciones''. En igual sentido se trabaja con la Orquesta Típica de la Ciudad de México.
Entre los aspectos que destacan en la promoción cultural propuesta por el instituto se incluye El carro de esplendor, que consiste en un programa de compañías móviles que promocionan actividades culturales en actos de teatro callejero por plazas de toda la ciudad. En esta misma área de la dramaturgia se desarrolla el programa Teatro en atril, en el que se ofrece la lectura de las obras a cargo de actores profesionales en forma gratuita o a precios bajos. Asimismo, un programa de información cultural para toda la ciudad, el cual se encuentra en su primera etapa de acopio de datos.
Alejandro Aura destacó, en su discurso de presentación del Instituto de Cultura, la labor que se efectúa con el programa del Libro Club de la Ciudad de México, que planea tener 200 bibliotecas domésticas dotadas de un acervo de 500 a 600 títulos clásicos de literatura, que ofrecerán en préstamo gratuito los libros a los vecinos.
Este programa espera contar para el próximo año con mil clubes de libros y cuenta con el apoyo del CNCA, del Fondo de Cultura Económica, así como de Porrúa, Era y Editores Mexicanos. A la fecha se han repartido 20 mil ejemplares.