Luis Linares Zapata
Alto riesgo

La publicación de una primera pero reveladora lista de beneficiados por el Fobaproa inducirá al gobierno a revisar la estrategia de alto riesgo que bosquejó en la última reunión de las autoridades con los coordinadores parlamentarios. La confrontación, que desde ese entonces parecía inevitable en torno a la información detallada de los créditos otorgados, hoy se mueve sobre un piso por demás fangoso. El as bajo la manga que el oficialismo parecía tener, un factible acuerdo con el PAN, no se ve como una posibilidad asequible. El triunfo del panismo en Aguascalientes los fortifica y anula las posibilidades de una ignominiosa concertacesión.

El secretario Gurría (SHCP) soltó la neta agazapada: el pleito es por retener información sensible para que no sea usada contra el gobierno, algunos funcionarios y sus grandes aliados. Su razón se verá contrastada con la divulgación perredista pero, en el fondo, quizá su sospecha tenga bases firmes, es decir, que ojalá y todo lo que se averigüe se vaya a usar en contra de aquéllos que faltaron a la justicia o cometieron graves errores.

La duda estriba entonces en saber si podrá prevalecer el capricho y la negativa tajante dejada sobre la mesa por la SHCP. Al final del callejón se encuentran realidades impasables. Una es el pleito constitucional que casi inevitablemente será emprendido para exigir los datos complementarios y, mientras el desenlace de ello se cristaliza, habría que considerar las demás. Aquéllas que apuntan hacia los tiempos electorales y la confianza pero, sobre todo, hacia la salud de una precaria economía que ya camina con suficientes rumores y desequilibrios.

Al prolongar la discusión sobre Fobaproa, sus intríngulis, se va permeando la conciencia ciudadana a una velocidad nada aconsejable para especular con ella. Cada día que transcurre más mexicanos se sensibilizan del tema y crece también la ya asentada certeza de contubernios encubiertos y la ineficacia del grupo en el poder. El resultado es un creciente rechazo a trasladar tales pasivos contingentes del Fobaproa en deuda pública sin antes, al menos, recortar las ilegalidades e injusticias que ahí pueden encontrar cómoda cobertura.

Para evitar insistir por el camino de alto riesgo, el gobierno tiene que proceder a negociar la entrega de los datos precisos que se le vienen requiriendo y dar la pelea por las decisiones adoptadas. Para ello se tienen que desprender del autoritarismo rampante que hasta el presente los acompaña. No les ha dado el resultado que buscaban y no se los dará en el futuro. Tratar de seguir operando con tanta discrecionalidad y pretender ningunear al Legislativo y la fuerza de los partidos no es una táctica aconsejable. La ruta de la eficiencia pasa por un ámbito público bien informado, el trabajo consensual de la sociedad y el aliento a la participación de sus organismos.

El reciente trámite dado al asunto del Worl Trade Center es un signo por demás ejemplar de lo que no se debe hacer ahora. Sacar del escrutinio, aprovechando el dominio del aparato administrativo (Fobaproa-Bancomex), una operación de esa envergadura y vastas ramificaciones, es querer tapar el sol con varios millones de dólares que van quedando en tal danza. Tomar una deuda registrada en 490 mdd por sólo el 30 por ciento y darse por pagados con parte de los bienes que amparaban los créditos originales, es darle carpetazo al largo proceso de incumplimiento por parte de Gutsa. Un centro de convenciones y los metros de oficinas disponibles con sus estacionamientos no pueden garantizar, siquiera, los 120 millones que dicen valer, menos aún los demás intereses acumulados que quedaron varados en el Fobaproa y que pagaremos todos los mexicanos. Mientras, la compañía que hizo el estropicio se aleja de la trifulca de los tribunales y se queda con 35 ó 40 mil metros cuadrados de zona hotelera y comercial. Pero lo mejor es que conserva el manejo de la empresa. Lo más redituable. Es de llorar el esquema y la intransigencia de los funcionarios comprometidos en esa transacción que alcanza límites intolerables. Mejor denle marcha atrás. El costo será mayor señores. Al tiempo.