¿Cuáles son la 10 mejores películas del mundo? Para responder a esta pregunta que estremece a los cinéfilos de nuestro planeta azul, Sight and Sound (revista mensual editada por British Film Institute) ofreció --en el otoño de 1982-- cuatro listados. Uno, hacía referencia a las cintas que fueron valorizadas en 1952 por dos centenas de críticos, ubicados en diversos países. En aquel encadenamiento, el primer filme del mundo fue Ladrón de bicicletas (1949), del neorrealista italiano Vitorio de Sica. El décimo eslabón correspondió a Las reglas del juego (1939), de Jean Renoir, el maestro del realismo poético francés.
La segunda lista fue formulada una década después, en 1962, únicamente recogió dos cintas de la etapa muda, Greed (1924), de Erick von Stroheim, y El acorazado Potemkin (1925), de S.M. Eisenstein.
En cambio, valorizó con extrema exageración las obras capitales del cine italiano de la posguerra: La aventura (1960), de Antonioni, segundo lugar; Ladrón de bicicletas descendió al séptimo; y La tierra tiembla (1948), de Luchino Visconti, noveno sitio.
En aquel 62, apareció por primera vez entre las diez mejores una película japonesa Ugetsu Monogatari (1953), de Mizoguchi. El espacio de honor lo ocupó un filme que hasta esos días había pasado inadvertido, y que indiscutiblemente viene es una de las grandes obras de nuestro siglo, Ciudadano Kane (1941), de Orson Welles.
Cerró la cadena de las diez L'Atalante (1934), del cineasta francés Jean Vigo.
En 1972 se realizó la tercera clasificación. Allí aparecen dos trabajos de Ingmar Bergman: Fresas salvajes (1957) y Persona (1967), y por vez primera una obra del cómico estadunidense y director de cine mudo, Buster Keaton (El mecánico de la General, 1926). Aparece también nominada 81/2, de Federico Fellini. Ese año encabezó de nueva cuenta la selección Ciudadano Kane y la clausura otro trabajo de Welles, The Magnificent Amberson (1942).
En los lugares intermedios repetían las obras de Renoir (segundo), Eisenstein (tercero), Antonioni (quinto), Dreyer (cuya Pasión de Juana de Arco, 1928, sólo había sido considerada en la lista inicial, séptimo) y Mizoguchi (noveno). La cuarta evaluación, de 1982, provocó entre los cinéfilos una conmoción cuando los críticos otorgaron el cuarto puesto a Cantando bajo la lluvia (1952), de Donen y Kelly. Sin embargo, la integración en el listado de Los siete samurais (1954), de Akira Kurosawa, y de Vértigo (1958), de Alfred Hitchcock, vino a salvarlos de la unánime condena. En aquel segundo año de la octava década, únicamente sobrevivieron en la lista dos cintas mudas, la del soviético Eisenstein y la del estadunidense Keaton.
La evaluación termina de integrarse con trabajos de Welles, Renoir, Fellini, Antonioni y las obras de cuatro excelentes creadores posmodernos: Kubrick (2001, odisea del espacio); Tarkovski (Andrei Roublev), Truffaut (Jules et Jim), y Reed (El tercer hombre). Hace apenas seis años --1992-- Sight and Sound consultó a 250 críticos (entre ellos a José Luis García Agraz) acerca de cuáles eran en aquel momento las diez mejores películas. El primero y el segundo lugar correspondieron a Welles y a Renoir. Sin embargo a partir del tercer puesto dieron pie a inesperados cambios: Tokio Story (1953), del japonés Ozu; Vértigo y The Searchers, cuarto y quinto; L'Atalante (versión reconstruida) y Pather Panchali (1955), del hindú Stayajit Ray, sexto y séptimo; después dos filmes mudos, El acorazado Potemkin y La pasión de Juana de Arco. En el décimo espacio 2001..., de Kubrick.
Los cineastas prefirieron, después de Welles, a Scorsese (Raging Bull, 1980) y a Fellini (81/2 y La strada) para ocupar segundo, tercero y cuarto puestos; a Vigo para el quinto; a Chaplin (Modern Time, 1936) para el sexto; a Coppola (The Godfather, 1972) y a Hitchcock (Vértigo), séptimo y octavo; el noveno lo compartieron por igual dos obras de Kurosawa (Los siete samurais y Rashomon), una de Dreyer (Juana de Arco) y otra de Coppola (The Godfather parte II). Evidentemente, el décimo espacio quedó vacío.
La siguiente evaluación ocurrirá el próximo siglo (año 2002). Esté usted pendiente.