Astillero Ť Julio Hernández López
El torbellino de cambios políticos que ha vivido nuestra nación en los años recientes impidió apreciar a plenitud la interesante evolución política de José Angel Conchello.
Apasionado y combativo, Conchello transitó, siempre dentro del Partido Acción Nacional (al que llegó a presidir a nivel nacional), desde la franja conservadora e individualista de su propia organización política hasta una postura liberal y crecientemente identificada con las preocupaciones de corte social.
Del neopanismo al pensamiento social cristiano
Ganador a pulso del respeto de sus correligionarios, Conchello fue en su momento repudiado por panistas tradicionales que lo entendieron como uno de los representantes del llamado neopanismo, que entró en conflicto con los presuntos albaceas del legado ideológico de los fundadores del partido blanquiazul.
El neopanismo fue en su momento, en la década de los años 70, un movimiento nacido en las filas empresariales, proclive a los valores del sistema estadunidense y dado más al pragmatismo que a los principios. Sin ser norteño, como la mayoría de esos llamados neopanistas, Conchello fue entendido como uno de sus representantes. Es decir, su posicionamiento público estaba en la franja extrema de la derecha panista.
Con el tiempo, sin embargo, Conchello fue avanzando hacia una postura poco coincidente con los intereses dominantes de su partido. En su etapa como senador, que fue la última de su vida (segada ayer en un percance automovilístico que, como el de Manuel J. Clouthier, aparece oficialmente como accidente pero que también generará dudas), Conchello fue asumiendo posturas defensoras de la soberanía nacional (como en el rechazo al Tratado de Libre Comercio y en el caso de la llamada dona petrolera del Golfo de México), el sistema de seguridad social (en particular contra las maniobras para privatizar el IMSS) y el ahorro de los mexicanos (en el asunto de las Afore). Inclusive, en un matiz antaño impensable en las filas panistas, fue uno de quienes atendieron denuncias de conflictos obreros.
Privilegios empresariales o lucha social
Su muerte hace recordar no sólo los méritos cívicos y partidistas que le correspondan sino, sobre todo, arroja un importantísimo haz de luz sobre el comportamiento de los panistas frente a los conflictos individuales y sociales: empresarios deseosos de conservar sus intereses y privilegios o ciudadanos activamente denunciantes de abusos y componendas de los poderes económico y político.
La reflexión a la que lleva la muerte de Conchello llega en un momento crucial como es el del desmadejamiento público del embrollo del Fobaproa. La denuncia pública de las complicidades entre los grandes empresarios y el gobierno para, valiéndose del erario, enriquecerse más, lleva a un acelerado proceso de definiciones públicas: no se puede mantener una actitud imprecisa frente a un saqueo descarado como el que se pretende hacer al convertir el Fobaproa en deuda pública.
Pobrecitas víctimas: las llenaron de dinero
En ese proceso de definiciones públicas ha saltado ya un prominente panista: ni más ni menos que el puntero en la búsqueda de la Presidencia de la República, don Vicente Fox. Su postura frente a la lista de millonarios favorecidos por el Fobaproa es impresionantemente diáfana: ha dicho que los beneficiados son, en realidad, víctimas, y que la culpa no es de ellos, sino de ``los verdaderos responsables del desastre que son Zedillo y Salinas''.
Para el empresario Fox, quien llegó a ser representante para Latinoamérica de la Coca Cola, los mexicanos que se han enriquecido insultantemente haciendo negocios con el dinero público, mientras decenas de millones se hunden en la miseria extrema, son unos pobres damnificados a los que bien se haría con allegarles algunos centavos, acaso mediante colecta pública.
Al asomar la cola de zorro que pretende hacer pasar como de cordero, el guanajuatense confesó que, en realidad, él mismo es una más de las víctimas de esa perversidad del sistema.
Días atrás, Fox-zorro negaba con grandilocuencia su involucramiento en el fango del Fobaproa. Ahora ya se considera una víctima más, como los Hank, Raymundo Gómez Flores, Juan Diego Gutiérrez Cortina, Eduardo Legorreta (El Bayo), los Vázquez Raña, Angel Isidoro Rodríguez (El Divino), Carlos Cabal Peniche, David Peñalosa, Isaac Saba Raffoull, José Luis Ballesteros, Anuar Name Yapur, Jorge Lankenau Rocha y otros más que fueron dañados por las políticas salinista y zedillista volviéndolos más ricos de lo que ya eran.
Pensamiento clasista de Fox
La postura de Fox demuestra que a la franja dominante del panismo lo que le preocupan son los intereses empresariales individuales y no una concepción social de la economía. Fox defiende a sus pares, y dice que ``sólo los que no han trabajado, los que no han luchado por seguir adelante pueden hacer lo que hace López Obrador, atacar a la pequeña industria, a la mediana industria''.
Se equivoca terriblemente el aspirante presidencial, y revela con una crudeza increíble una postura de clase que desdeña el esfuerzo de los obreros (que son decenas de millones) y entiende sólo como importante el esfuerzo y el trabajo de los empresarios (que son decenas de miles incluyendo a los pequeños y medianos, y que son un puñado en el caso de los señalados por el PRD). El que gana salario mínimo no cuenta para el análisis del productor de botas vaqueras: tengo una empresa, luego existo, sería su divisa.
En estos momentos de definición, cuando las colas asoman y muestran su verdadera textura, es cuando más se lamenta la muerte de un hombre como José Angel Conchello. El mejor homenaje de sus compañeros de partido, más allá de guardias fúnebres y coronas florales, sería recuperar su postura de defensa de la soberanía nacional y de rechazo a las componendas entre los poderes político y económico.
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