La Jornada 4 de agosto de 1998

Las anomalías, relacionadas con la empresa Cosmocolor en el ejercicio de 95

Juan Antonio Zúñiga M. y Raúl Llanos S. Ť La Contaduría Mayor de Hacienda de la Asamblea Legislativa detectó al menos 10 irregularidades en la contratación de los servicios de la empresa Cosmocolor por parte de la Dirección General de Servicios al Transporte (DGST), durante el ejercicio presupuestal de 1995, cuando estuvo al frente de ésta Fernando Peña Garavito.

Según la evaluación de las respuestas a las recomendaciones de la Cuenta Pública de 1995, las irregularidades abarcan desde el otorgamiento de contratos adjudicados directamente sin la justificación específica, hasta una especie de sobrefacturación que le significó a Cosmocolor un ingreso adicional de 954 mil 400 pesos en perjuicio de la DGST, por la diferencia entre el precio unitario de licencias, que en 1995 debió pagarse a la empresa a 22.05 pesos, y se le cubrió a 24.55 pesos por unidad.

El 12 de mayo de ese año, los nuevos contratos con Cosmocolor se realizaron mediante el procedimiento de invitación restringida, pero en el dictamen que emitió la unidad administrativa, ``no se precisa la justificación específica y/o causas de la invocación de estas disposiciones jurídicas (artículos 28, 80 y 81 de la Ley de Adquisiciones y Obras Públicas) para efectuar este tipo de adjudicación''.

Ese día se firmaron dos contratos, en uno de ellos se argumentó que la empresa ``cuenta con la experiencia acumulada en la emisión de tarjetas de circulación... se dictamina que es conveniente otorgarle el contrato'', y ya.

Además, señalan los resultados de la Cuenta Pública de 1995, en los contratos celebrados aquel 12 de mayo con Cosmocolor para la elaboración de licencias de conductor, permisos y tarjetas de circulación, ``no se establecieron las cantidades mínimas y máximas de los bienes a adquirir, ni el presupuesto mínimo y máximo que podría ejercerse''. Con ello, dice el órgano legislativo, se infringió lo establecido en el artículo 48 de la Ley de Adquisiciones y Obras Públicas.

Otra presunta irregularidad, que la Contaduría Mayor de Hacienda de la ALDF detectó, consiste en el presunto incumplimiento de la empresa para establecer e instalar un sistema de cómputo moderno en la DGST, que funcionaría como el principal centro de control de la información de los servicios prestados al público en todos los módulos.

Sin embargo, los equipos de la DGST funcionan como un módulo más, ``pues durante las pruebas realizadas fue necesario consultar vía satélite los archivos que se encuentran en el sistema de cómputo de la empresa, ubicado en sus instalaciones, lo cual representa un incumplimiento de contrato''.

En forma adicional, con las pruebas realizadas para verificar la actualización de la base de datos, se detectaron retrasos de hasta cuatro meses en los registros de control a conductores y en los de identificación de vehículos.

En el párrafo segundo de la cláusula décimo sexta de ambos contratos se establece que los equipos y el software serán propiedad de Cosmocolor, ``lo cual implica dependencia técnica y de infraestructura de la DGST''. Por lo que, frente a una eventual terminación del vínculo contractual, ``la unidad administrativa conservaría las cintas y los discos de los archivos digitales, con la consiguiente problemática para seguir prestando los servicios correspondientes''.