La Jornada 2 de agosto de 1998

Priístas aguascalentenses se declaran ``en rebeldía'' ante ``anomalías''

Elena Gallegos, enviada, y Claudio Jairo, corresponsal, Aguascalientes, Ags., 2 de agosto Ť A las 21 horas con 38 minutos Felipe González se declaró vencedor en las elecciones de este domingo y obtuvo para el PAN la gubernatura de la entidad. Casi al mismo tiempo, el PRI ``entró en rebeldía'', cuando su representante ante el Consejo Estatal Electoral (CEE), David Pérez Callejas, se puso de pie durante la sesión de ese órgano y guardó silencio para protestar ``por las múltiples irregularidades cometidas por el PAN''.

Así, mientras González documentaba su triunfo con el resultado del cómputo del 47 por ciento de las casillas que le daba ya una ventaja de más de 27 mil votos sobre su principal contrincante, el priísta Héctor Hugo Olivares Ventura (``¡fue una masacre!'', comentó el exitoso abarrotero al conocer las cifras en su favor), el PRI se quejaba de que los panistas repartieron en las casillas, lo mismo despensas que un folleto en el que se acusaba al candidato tricolor de actos de corrupción. El mundo vuelto al revés.

Por lo pronto, AN gana por vez primera el gobierno estatal suma ya nueve triunfos de esta naturaleza en el país, lo cual le da ``un respiro'' a la directiva nacional que encabeza Felipe Calderón Hinojosa, misma que había hilado varios reveses en los comicios de este año. Además, según los últimos reportes recibidos al cierre de esta edición, el PAN retendrá esta capital y encabeza las preferencias en 11 distritos. En los otros siete, la ventaja es para el PRI.

A las cifras de González más tarde se sumaron las del CEE, y las tendencias fueron ya irreversibles. En cuanto a las otras diez alcaldías en disputa, el CEE ofreció datos que permiten adelantar que cinco serán para Acción Nacional (Jesús María, Calvillo, Tepezalá, Cosío y Asientos); cuatro para el Revolucionario Institucional (Pabellón, El Llano, Rincón de Romos y San Francisco de los Romo; en éstas dos últimas alcaldías el PAN aún tiene posibilidades), y San José de Gracia para el Partido del Trabajo.

Con los resultados de 40.6 por ciento de las casillas, en la elección para gobernador, González, del PAN, alcanzaba ya 53.1%, con 70 mil 117 votos; Olivares Ventura, del PRI, 36.4% con 48 mil 743; Alfonso Bernal Sahagún, del PRD, 6.6% con 8 mil 788, y Martha Zambrano, del PT, 1.9% con 2 mil 596.

Al principio las cifras en el CEE fluían con lentitud, pero después de la medianoche dio el grueso de la información. En el PRI había una sorda resistencia a aceptar la derrota. Su representante mantenía la protesta hasta esta madrugada, luego de hablar sólo para denunciar que las televisoras y un diario nacional habían inducido el voto en favor de AN.

En tanto, González negaba que su victoria hubiese sido producto de un arreglo en las altas esferas: ``si hubiera algún trato no estaría compitiendo. Yo me quiero deber a mi pueblo y no a componendas hechas bajo la mesa''.

Pero antes de todo ello, cuando todavía no se cerraban las casillas, en el cuartel del PRI imperaba un ambiente de triunfo. Candidatos, enviados del PRI, legisladores y reporteros compartieron barbacoa a la hora de la comida. Olivares Ventura había realizado ya un recorrido por varios comités de campaña y en todos ellos sus brigadas del voto le entregaron buenas cuentas. Eso ocurrió en Rincón de Romos en donde le dieron hasta detalles de los simpatizantes priístas que ya habían acudido a las urnas. También en Tepezalá.

Luego, él mismo condujo su camioneta hasta el municipio de Asientos, el más pobre de Aguascalientes. Eran casi las dos de la tarde. En el camino, de pasadita, se bajó a la capillita del Santo Señor del Tepozán, la cual se ha hecho famosa por lo milagroso del Cristo. Minutos más tarde se encontró con que en Asientos el comité de campaña estaba cerrado, con candado y todo, pero confiado bromeó: ``no news, good news''.

No sería así. Tres horas más tarde comenzó para él la pesadilla.

Unos minutos después de la hora marcada para el cierre de las casillas, las seis de la tarde,Televisa dio a conocer los resultados de la encuesta de salida que efectuó para la televisora la empresa Consulta, cuya sede se encuentra precisamente aquí, en Aguascalientes, y que daba al PAN un margen de 9 puntos sobre el PRI (50 a 41). Una hora más tarde, Televisión Azteca dio a conocer la suya en la que también AN estaba adelante, sólo que con un margen más amplio (55 a 37), lo que desató la ira del priísmo.

A la sala de prensa que el PRI montó para la cobertura electoral llegaron un buen número de dirigentes y legisladores: el delegado Manuel Medellín, los senadores Sami David David y Oscar López Velarde, el diputado Eduardo Bernal y el subsecretario de Elecciones, Alfredo Femat Flores, entre otros. Este último descalificó los resultados de los sondeos dados a conocer por las televisoras y divulgó el de la empresa Index Data, según el cual Olivares Ventura llevaba tres puntos de ventaja sobre Felipe González.

Lo cierto es que en los rostros se dibujaba la derrota y la gente sólo aguardó a que ésta se oficializara en voz de Luciano Tlachi Lima, presidente del Consejo Estatal Electoral. Ya en la Plaza de la Patria (antigua Plaza de Armas), en cuyo centro se había instalado una casilla especial, la gente se alborotaba frente a la cartulina que exhibía los resultados de la urna ahí instalada y en la que el panismo arrolló al priísmo por 70 votos a 31.

``Ora sí les dimos en la torre... El PRI nació nomás para chingarnos'', se desgañitaba un viejo vestido de jeans y guayabera azul, al tiempo que arengaba a los paseantes, ``a festejar, los priístas ora sí tragaron camote''. Un reportero le quiso amargar el rato: ``no se confíe, esta nada más es una casilla, dicen que en las otras va ganado el PRI''. Entonces del grupo que a esas alturas se había reunido alrededor del viejo, saltó una mujer de vestido floreado, brava como el picante: ``¡Qué pendejos si votaron por esos cabrones!''.

Justo enfrente de la Plaza de la Patria, por avenida Madero, a bordo de una destartalada camioneta, un puñado de jóvenes despistados festinaron la victoria de su partido: el PRI. Ondeaban banderines tricolores y hacían sonar el claxón. Eran las ocho y media de la noche y la serenata (el paseo por la plaza) estaba en todo su apogeo, así que los jóvenes concitaron algunas simpatías y muchas mentadas. Se hicieron de palabras con varios transeúntes y siguieron, jubilosos, coreando consignas a favor del PRI, cuando en seso que ¡aparece la policía municipal!

En segundos, un policleto se les trepó a la camioneta (se les conoce como estaquitas), otros más obligaron al conductor a detenerse y -aclamados por la gente- 16 más y dos patrullas, los rodearon. Primero, les alegaron que estaban violando la ley electoral. Los muchachos les dijeron que no porque las casillas habían cerrado dos horas atrás. Luego, los uniformados los acusaron de pasarse un alto, sólo que en el trayecto no hay semáforos y, finalmente, de andar por ahí recordándoles la madre.

-¡Sííí deténgalos -apoyaban a los de la ley, hombres y mujeres descompuestos-, ya no queremos al PRI, no queremos que nos conviertan en un Chiapas!

Y lo que terminó armándose fue un desmadre. El tráfico se bloqueó con tanto policía. Uno de los policletos azuzaba a sus compañeros: ``si se resisten hay que sacarlos a putazos'' y los despistados priístas se empecinaban en no bajarse de la camionetita. ``Esos polis del Mosco (así le llaman al actual alcalde panista Alfredo Reyes) nomás andan persiguiendo a los opositores'', se quejaban los priístas. Al fin, con tanto escándalo dejaron ir a los muchachos.

¡Gané pese a los mapaches!

Cuando las tendencias comenzaron a confirmarse, los reporteros hablaron al celular de Felipe González. Feliz, contestaba todas las llamadas: ``A pesar de los mapaches -fue su primera frase ya como triunfador--salimos adelante. ¡Es una masacre! ¡Ni en las casillas que están junto a sus casas ganaron!

A esas horas, González estaba reunido sólo con su familia: su esposa, sus cuatro hijos, su mamá y sus ocho hermanos, ``quién le va a ganar a una familia así'', decía entre carcajadas para agregar ``nos sacamos la rifa del tigre pero le vamos a entrar con mucho, mucho trabajo, a chambear no hay más que chambear''. Al saber que el PRI había desmentido los resultados dados a conocer por las televisoras respondió molesto ``no puedo creer que mientan de esa manera... Le digo que no ganaron ni en las casillas que están cerca de su casa''.

La conferencia de prensa que ofreció González se efectuó en un salón del Hotel Fiesta. Ahí, agradeció a Dios haberle permitido ser parte de la transición de la entidad y haber encabezado ``esta revolución pacífica y social''. Aseguró que actuará sin revanchismos ``porque no me siento ni ofendido ni atacado'' y auguró que a partir de este lunes ``sólo quedará un partido: Aguascalientes''. Dijo en la euforia: ``¡volveremos a ser un solo pueblo!''

Prometió buscar los puntos de coincidencia con sus competidores. Todo en bien de la sociedad, ``porque ganar las elecciones no significa para mí obtener un trofeo y llevármelo a mi casa sino adquirir un responsabilidad''. Señaló que sólo con trabajo obtendrá la gobernabilidad necesaria y aseguró que no se atacará a nadie ni por ideología ni por creencia, ``aquí nadie perdió.. ¡ganamos todos!''

Y al agradecer a los representantes de los medios la cobertura, el empresario aclaró que incluía a los que lo criticaron ``porque gracias a ellos remendamos el camino, ¡ya ven a los que no lo hicieron como les fue!'', cerró burlón con un guiño en abierta alusión al PRI.

Se le preguntó con insistencia si no se sentía abandonado por el CEN de su partido ya que mientras en Chihuahua hubo un buen número de enviados, aquí brillaron por su ausencia. González, obviamente, lo rechazó y salió con bromas del aprieto.

-¿A quién le ganó, a Otto Granados o a Héctor Hugo Olivares?

-¡A todos!

Los priístas, que habían ofrecido una conferencia de prensa a las 23 horas, no se volvieron a aparecer y sólo mandaron decir que sería hasta mañana cuando respondieran las preguntas de los medios. En diciembre, Otto Granados Roldán entregará la gubernatura al panista Felipe González.


Juan Manuel Venegas Ť Con apenas siete meses de haber ingresado al PAN y con sus derechos como militante aún limitados en cuanto a voz y a voto -debido a que es sólo miembro adherente-, Felipe González dice que gobernará Aguascalientes alejado de la política y de los políticos tradicionales.

No aspira, dice el empresario que gana 200 mil pesos al mes, a ser un político, sino ``un líder de los aguascalentenses'' que sabrá aglutinar a todos los sectores de la sociedad; será el suyo, asegura, un gobierno ciudadanizado que no tomará alguna decisión si primero ``no consulta y encuentra las coincidencias de cada sector''.

No hará grilla al interior del PAN, comenta, y dice que su único compromiso con los panistas es hacer un buen gobierno, una buena administración. ``Eso le dará capital político a Acción Nacional y yo sólo espero que dentro de seis años no se arrepientan de haberme hecho su candidato''.

Para Felipe González, que será el primer gobernador de Acción Nacional en Aguascalientes, está claro que la propia ciudadanía está ``harta'' del PRI y de los ``políticos corruptos'' que han salido ``de ese partido''.

``Yo no tengo otra cosa que ofrecer más que cumplir con un proyecto social en el que destaca cumplir con las exigencias de justicia social; son muchos los grupos que así lo están pidiendo a gritos. Hoy en México lo que se requiere en cada estado es que se fundamenten gobiernos desde el punto de vista social, que le devuelvan la nobleza al quehacer público y administrativo''.

De 51 años de edad, él mismo dice que si como ciudadano ``no estuviera hasta la coronilla de esos políticos que nos han venido gobernando, mejor me hubiera quedado en mis negocios, ¡pero esto ya no puede seguir así, hoy los ciudadanos tenemos que hacer todo lo posible porque haya un buen gobierno!''

De personalidad entrona y hasta agresiva cuando trata de enfatizar alguno de sus comentarios, González no se complica o pretende no hacerlo. Sus respuestas son cortas, como si tuviese bien estudiado lo que quiere decir. Un buen gobierno, comenta, es ``fácil'' de llevarlo a cabo:

``Simplemente no hay que perder la sensibilidad de lo que está pasando en tu estado o en tu país; no perder la sensibilidad para saber qué es lo que está pidiendo o reclamando la sociedad; además, no hay que perder nunca la comunicación con ella. Un gobernador no se debe encerrar en palacio de gobierno; la campaña no termina el día de las elecciones, hay que mantenerla para seguir en contacto con la población'', dijo en la entrevista con La Jornada.

Desde hoy, asegura, en su gestión sus interlocutores serán las organizaciones sociales, los líderes de opinión y, por supuesto, los partidos políticos ``con los que espero tener una extraordinaria relación, respetuosa y de absoluta transparencia. Yo no me complico, sé la importancia de todos los grupos y de todos los partidos y todos ellos tendrán la representatividad que merecen''.

Y a propósito de la transparencia en el quehacer administrativo, el virtual gobernador González adelantó que desaparecerá la Contraloría estatal y que será el Congreso del estado, a través de la Contaduría Mayor de Hacienda, el que permanentemente fiscalizará los gastos del gobierno para que``no andemos con escandalitos o escandalotes cada año; de eso ya nos hartó el PRI y sus gobiernos''.

Sin revanchismos

Con todo y sus comentarios sobre ``lo negativo'' de los gobiernos priístas, Felipe González asegura que, una vez al frente de la administración estatal, no iniciará persecución alguna en contra de funcionarios o colaboradores de Otto Granados Roldán, gobernador saliente.

``Yo vengo a conciliar; no es mi propósito pelear. Hasta ahora como ciudadano he sabido ser responsable y espero que ya en el gobierno no haya ningún rompimiento con la administración saliente. Otto Granados estuvo en campaña: como buen gobernador priísta, apoyó siempre a su candidato. El todavía gobernador fue para mi un adversario; descaradamente soltó una campaña en contra del PAN y de mi persona, pero eso no significa que yo esté pensando en revanchas o en facturas que cobrar''.

Capital político para los panistas

En la entrevista, González se asume como un ``buen amigo del gobernador de Guanajuato, Vicente Fox Quesada, a quien dice admirar y respetar por el buen gobierno que ha sabido llevar en tierras guanajuatenses''.

Pero enseguida se deslinda políticamente del precandidato presidencial panista: ``ni me ayudó en mi campaña, ni tampoco voy a hacer de Aguascalientes un bastión de apoyo a Fox Quesada. Quien diga lo contrario es porque quiere desprestigiarme de antemano. Yo me preparé para ser gobernador de los aguascalentenses, para atender sus demandas, no para proyectarme o proyectar a otra persona políticamente. Como mexicano y como panista que soy ahora, en el 2000 yo quiero ver programas de gobierno, no figuras ni discursos; ya veré porque programa me inclino''.

-¿Y con el PAN, cuál es su compromiso en los próximos dos años?

-Yo voy a impulsar un gobierno ciudadanizado, yo no quiero ser político sino un líder de los aguascalentenses. Yo no voy a hacer nada en contra de los ciudadanos que votaron por mí, nada a sus espaldas. Voy a hacer política como líder (sic) y a buscar la gobernabilidad teniendo contacto con todas las fuerzas y grupos de la entidad. Creo que logrando eso aportaré un buen capital político a Acción Nacional...''