En las elecciones realizadas ayer en tres estados de la República: Aguascalientes, Oaxaca y Veracruz, imperó, a grandes rasgos, el apego a derecho, el clima pacífico y la eficiencia en los respectivos recuentos de sufragios. Como consecuencia, por la noche los medios electrónicos pudieron dar a conocer tendencias de votación que, salvo en el caso de la entidad oaxaqueña, no fueron impugnadas a fondo. Debe reconocerse que este ejercicio rutinario y armónico de los mecanismos electorales, que era una aspiración nacional no satisfecha, empieza a formar parte de los usos políticos del país, y cabe felicitarse por ello.

Con todo, la reconfortante rutina de estos procesos comiciales no elimina los factores sorpresivos que se presentaron en las elecciones de ayer. El primero es, sin duda, el alto margen de ventaja que Acción Nacional llevaba en Aguascalientes, entidad en que las encuestas pronosticaban, en su mayoría, un cerrado empate entre el PAN y el PRI. Otro elemento novedoso --siempre de acuerdo con las encuestas de salida de urna-- es el alto porcentaje logrado en Oaxaca por el Partido de la Revolución Democrática. Aunque parecía configurarse un apretado triunfo del candidato priísta al gobierno estatal, José Murat, el partido del sol azteca se consolida como una segunda y muy sólida fuerza electoral en esa entidad.

Respecto de Veracruz, las tendencias mostradas por las encuestas a boca de urna resultan muy semejantes a los sondeos realizados en las semanas previas a los comicios, un hecho que reafirma el avance de la normalización democrática.

En términos generales, los tres principales partidos del país han salido fortalecidos de los seis procesos comiciales estatales efectuados en los últimos treinta días. Por principio de cuentas, el Revolucionario Institucional ganaría cuatro de las seis gubernaturas en juego: Chihuahua, Durango, Oaxaca y Veracruz, con lo cual contrarresta en parte la debacle que sufrió el 6 de julio de 1997; Acción Nacional, que el 5 de julio de este año perdió el gobierno de Chihuahua, habría ganado el de Aguascalientes; y también el mes pasado el PRD conquistó en Zacatecas su segunda gubernatura.

En relación con los comicios de ayer, cabe esperar que en las próximas horas los números oficiales fluyan de manera satisfactoria y que, en los próximos meses, los favorecidos por la voluntad popular asuman sin turbulencias los cargos para los que fueron elegidos y empiecen a cumplir, a la brevedad, sus promesas de campaña.