La Jornada lunes 3 de agosto de 1998

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

Como resultado natural del prolongado mantenimiento de las noticias de esa región en un primer plano, y también como consecuencia inducida de un deseo gubernamental de desplazar ese tema del interés público mayoritario, hay mexicanos que parecen hastiados del conflicto chiapaneco.

Pudiera suponerse, inclusive, que hay mexicanos predispuestos a incluir de por vida el tema del sureste en su menú existencial, como si fuese ya un elemento problemático pero no grave ni peligroso, más bien manejable.

Los peligros que de forma permanente enfrenta nuestra nación a causa de la herida abierta que es Chiapas, han sido ilustrados con amplitud en Guatemala, en un ejemplo que tiene la mayor cercanía física con la zona mexicana de conflicto y que nos permite ver los horrores extremos a los que pueden llegar las divisiones internas y la guerra civil.

El domingo 26 de abril fue asesinado en su domicilio, parte de la parroquia de San Sebastián, el obispo auxiliar de la diócesis de Guatemala, monseñor Juan Gerardi Conedera, de 75 años de edad.

Cincuenta y cuatro horas antes de su muerte, el religioso había dado a conocer los cuatro tomos de una investigación de años de duración que se denominó Guatemala: nunca más, en la que se analiza y documenta el impacto de la violencia en la sociedad de esa nación durante los 36 años de guerra civil que vivió.

El trabajo fue producto del proyecto interdiocesano llamado Recuperación de la Memoria Histórica y consta de más de 6 mil 500 testimonios. En el mural del horror vivido en la pequeña nación centroamericana aparecen los siguientes datos: hubo 37 mil hechos de violencia que afectaron a 55 mil víctimas; alrededor de 200 mil niños y niñas quedaron huérfanos y 86 mil fueron víctimas indirectas: 40 mil mujeres enviudaron, 50 mil desaparecieron y hubo un millón de refugiados.

Pero, más allá de esos datos estadísticos está la pesadilla de la represión política selectiva, de la tortura, de la desaparición y de las atrocidades contra los guerrilleros y sus familiares. La guerra desplegada en Guatemala fue fundamentalmente contra la población civil, bajo la idea de quitar el agua al pez, es decir, de socavar la base social de apoyo a los movimientos insurgentes.

El terror de la tortura, los mecanismos institucionales del horror, fueron adjudicados por la investigación interdiocesana en 84.53 por ciento de los casos a las fuerzas militares y paramilitares del Estado, mientras 7.8 por ciento fue atribuido a la guerrilla.

Con la idea de concentrarse militarmente en la población, y no en los guerrilleros, las fuerzas armadas guatemaltecas arrasaron aldeas y comunidades y desencadenaron masacres. ``El objetivo era sembrar el terror entre la gente. Los soldados perseguían a los simpatizantes de la guerrilla en las montañas donde se escondían, los aterrorizaban y sitiaban, luego de quemar sus casas y destruir las cosechas. Así los forzaban a rendirse y concentrarse en campamentos especiales'', dice el informe. Además del papel del propio gobierno, en el relato se analizan los grados de responsabilidad de sectores directivos del Ejército, de los empresarios locales, de Estados Unidos y de otros sectores sociales privilegiados.

El obispo Gerardi fue asesinado 54 horas después de dar a conocer este informe. A tres meses de distancia, su muerte no ha sido aún aclarada, y luego del encarcelamiento de un indigente como presunto responsable, ahora la investigación se ha dirigido contra el cura con quien compartía la residencia parroquial.

Quienes se dicen cansados del tema chiapaneco, y quienes con frivolidad pretenden darlo por parte de la rutina mexicana, bien harían en enterarse del saldo trágico de procesos similares que se han producido a pocos kilómetros de la actual zona chiapaneca de conflicto.

Y desde ahora evitar que mañana tengamos que redactar nuestro propio informe: México, nunca más...

Juntos, pero no revueltos

En el estado de Guanajuato se ha detectado una primitiva maniobra con la que se pretende beneficiar al diario denominado México Hoy.

Sea por indicaciones de algún directivo de la ciudad de México, o por iniciativa de operadores locales, lo cierto es que el diario que la familia Cantón Zatina recién ha abierto en la capital del país ha aparecido encartado en ejemplares de La Jornada, como si se tratase de un suplemento, o acaso alguna publicación filial o con la que se tuviese alguna simpatía o cercanía.

Nada de eso hay, y a pesar de que basta con una elemental revisión de textos e historias para entenderlo, es conveniente puntualizarlo: el periodismo que realiza La Jornada es diametralmente distinto del que practica la familia Cantón Zetina y, en el caso que nos ocupa, del citado México Hoy.

Entre otros elementos distintivos del periodismo de la citada familia tabasqueña está la fuerte vinculación con Roberto Madrazo Pintado, al extremo de que la aparición en la capital del país del México Hoy (en Villahermosa existe el Tabasco Hoy) es entendida como la avanzada periodística del proyecto que busca la candidatura presidencial priísta para el 2000.

Esa sustancial vinculación política lleva de manera natural a asociar el naciente proyecto periodístico con los capitales que demostradamente han sido sostén complicitario del madracismo. Cuando alguien se pregunta respecto al origen capitalista del nuevo diario capitalino, invariablemente se topa con elucubraciones que llevan a los mismos terrenos financieros en los que se ha movido el proyecto político de Roberto Madrazo.

Encartar un diario recién nacido en La Jornada puede parecer simplemente una treta vergonzosa, una triquiñuela a la que acaso no deban dedicarse ningunas líneas. Pero en realidad es una muestra, menor pero inequívoca, de una vocación por el engaño.

(El año pasado, cuando se eligieron diputados locales y presidencias municipales, el Tabasco Hoy organizó grupos de presuntos observadores electorales, no reconocidos por las autoridades, pero amparados en la ``libertad de expresión'', que con su identificación de ``Testigos de la Democracia'' avalada por el diario de los Cantón Zetina, acabaron convirtiéndose en distribuidores, a pie de casilla, de libelos contra los adversarios de Madrazo Pintado, en inductores del voto a favor del PRI, y en amenazantes censores de quienes suponían podrían sufragar por la oposición. En esos comicios en los que el madracismo arrasó en cargos, que no en porcentaje de votos, mediante métodos dignos del peor momento del jurásico priísta, el Tabasco Hoy demostró la concepción del periodismo que ahora ha trasladado al Distrito Federal con la esperanza de que el proyecto Peje Lagarto Tricolor nos convierta en el 2000 a todos los mexicanos en súbditos de los intereses económicos --¿qué tal Carlos Cabal Peniche para secretario de Hacienda?-- y políticos del madracismo.)

Astillas: Hoy habrá en Ginebra una reunión más en la que el tema de Chiapas estará sobre la mesa. La titular del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, recibirá al grupo de observadores extranjeros que meses atrás estuvo en México y que conocieron la variada gama de presiones y represiones con las que el gobierno mexicano trata a quienes del exterior, preocupados por las crecientes versiones de violaciones a los derechos humanos, desean conocer la realidad chiapaneca. La señora Robinson ha recibido en las semanas recientes una cascada de información relacionada con Chiapas, de tal manera que nadie debe asombrarse al saber el gran deseo que tiene de visitar el sureste mexicano...

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