VIGILANCIA AL POPO
Gabriela Fonseca Ť Científicos del Laboratorio Nacional de Los Alamos para las Ciencias de la Tierra y el Ambiente utilizan el Popocatépetl, entre otros volcanes, en el desarrollo de un instrumento capaz de detectar, a la distancia, los gases presentes en sus exhalaciones.
Expertos vulcanólogos consideran que este método, aunado a la medición de otros parámetros como el aumento en la sismicidad y las deformaciones de terreno, que ya forman parte del monitoreo estándar, podría contribuir a predecir una erupción volcánica.
El doctor Claus Siebe, del Instituto de Geofísica de la UNAM, quien ha colaborado con el Comité Técnico Científico Asesor del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), señaló que los citados científicos están usando el Popocatépetl como una suerte de ``laboratorio natural'', debido a que constantemente emite gases.
Señaló que la nube visible que sale del volcán, y que los científicos llaman ``pluma'', está compuesta mayormente por vapor de agua, pero también contiene otros gases relacionados más directamente con el magma que hay en su interior.
Actualmente se utiliza un instrumento denominado espectrómetro Cospec para medir las concentraciones de dióxido de azufre en emisiones volcánicas, las cuales están relacionadas con la actividad magmática. El Cospec se utiliza desde hace unos 25 años como un método estándar de monitoreo de volcanes.
Pero en los últimos diez años se ha desarrollado otra herramienta que por medios ópticos es capaz de identificar no sólo el dióxido de azufre sino otros gases que forman parte de las emisiones volcánicas. Se trata del Ftir, por la abreviatura de su nombre en inglés (Fourier Transform Infrared), mediante el cual los vulcanólogos obtienen más pistas sobre la actividad interna de un volcán.
El físico Steve Love y el geólogo Fraser Goff, de Los Alamos, se han encargado de utilizar ese utensilio para detectar los gases que emite el Popocatépetl, en colaboración con la química Dale Counce, del mismo instituto, quien utiliza el Cospec para hacer la lectura de la concentración de dióxido de azufre.
Love y Counce explicaron que el Ftir es muy sensible al tetrafluoruro de silicón, el cual, según se ha observado, está directamente relacionado con la temperatura interior del volcán, pues sus proporciones aumentan considerablemente antes de una explosión volcánica y descienden cuando ésta ha terminado.
Dijeron que otra ventaja de los métodos ópticos para determinar los contenidos de las emisiones del volcán es que son más seguros para los estudiosos, quienes normalmente toman de manera directa muestras de gases y aguas, pero este procedimiento exige que se ascienda al cráter, lo cual es muy riesgoso cuando hay actividad, como en el caso del Popocatépetl.
Agregaron que es probable que el método óptico citado sea más confiable para analizar los componentes de las emisiones volcánicas que la toma de muestras de vapores volcánicos, pues hay sustancias inestables que pueden variar durante el proceso de condensación.