La Jornada 22 de julio de 1998

Un encuentro de muchos asuntos y aclaraciones

Rosa Elvira Vargas Ť El arribo, con cierta demora, de Kofi Annan a la residencia oficial de Los Pinos y su entrevista con el presidente Ernesto Zedillo en el despacho de la casa Alemán, y no en la tradicional oficina donde labora el mandatario en la llamada residencia Lázaro Cárdenas, fueron apenas dos detalles distintivos de los muchos que tendría ayer el esperado encuentro entre ambos personajes.

Sin embargo, trascendido un temario abordado durante 90 minutos, no sólo se registraron nuevas formas de recepción y cortesía, sino que el propio presidente Zedillo, tras hacer a su visitante una larga exposición sobre la situación actual en Chiapas, habría lamentado que sus declaraciones sobre aquella entidad hayan sido malinterpretadas, e incluso sacadas de contexto.

Se informó que el mandatario dio detalles al visitante sobre las acciones de su gobierno en Chiapas, tanto en la búsqueda de una solución permanente al problema de marginación y pobreza, como en el ámbito político, donde -dijo Zedillo- se ha buscado siempre privilegiar el diálogo y la negociación.

Ya por la noche, en el engalanado salón de recepciones de Palacio Nacional, se dispuso la llamada mesa rusa, contrastante con las que suelen instalarse cuando se ofrecen cenas o comidas de Estado, y en torno a la cual se sentaron 52 personas, todas ellas miembros del servicio exterior mexicano y los representantes de los diversos organismos internacionales dependientes de las Naciones Unidas. Quizá producto de su trato frecuente y de su coincidencia en propósitos de la agenda internacional, a todas vistas se advierte especial empatía entre Ernesto Zedillo y el ghanés Kofi Annan.

Dos muestras: el líder de la ONU calificó de ``excelente'' su encuentro con el primer mandatario, mientras que Zedillo apuntó que ``los mexicanos vemos en Kofi Annan una razón más para seguir creyendo firmemente en las Naciones Unidas''.

En su primer encuentro, Zedillo recibió en las escalinatas de la residencia presidencial a su invitado. Estaban también la canciller Rosario Green, la subsecretaria Carmen Moreno; el representante de México ante la ONU, Manuel Tello; el doctor Alvaro de Soto y las señoras Elizabeth Lindmayer y Blanca Antonini; estos tres últimos, asesores del secretario general.

Ya en la oficina presidencial abordarían, como dijo más tarde Annan, ``toda una gama de temas''. De manera extraoficial se informó que además de Chiapas, trataron lo relativo a Asamblea Extraordinaria Contra las Drogas, realizada a iniciativa de México apenas el mes pasado, en Nueva York; la creación de una corte penal internacional; el conflicto de Irak; las reformas a la estructura interna de la ONU; el financiamiento para el desarrollo, así como las vías para fortalecer el trabajo de las agencias de Naciones Unidas que operan en el país. Se dijo que el presidente Zedillo mostró particular interés en cómo aborda Naciones Unidas el problema del trabajo infantil, y escuchó las explicaciones de su interlocutor sobre la labor que realiza la OIT para resolver este problema.

También dedicaron espacio relevante a analizar las propuestas para establecer un consejo de seguridad económica, pues hay la convicción de que la interdependencia entre las naciones obliga a diseñar nuevos mecanismos para la toma de decisiones.

A partir de ahí, convinieron en la necesidad de analizar al más alto nivel la conveniencia de definir parámetros internacionales frente a la globalización.

Kofi Annan expuso al primer mandatario su iniciativa de realizar un foro para las poblaciones indígenas, y le ofreció mantenerlo informado sobre la evolución de la misma.

Fue un ambiente, dijeron los observadores, ``sumamente cordial''. Su conversación tocó además diversas propuestas relativas al financiamiento para el desarro- llo y la participación de las economías emergentes en el nuevo escenario de globalización, al tiempo que se refirieron a la necesidad de que la ONU diseñe un programa especial de apoyo a Centroamérica.

En otro orden, Zedillo y Annan se refirieron a la situación financiera por la que atraviesa Naciones Unidas, y coincidieron en que es menester que todos los países cumplan sus compromisos para fortalecer al organismo y permitirle realizar la restructuración en que se encuentra empeñado.

Ahí mismo, y como lo haría explícito por la noche, Annan reconoció que México ha cumplido siempre con sus obligaciones financieras y que es uno de los pocos países que puntualmente envían su pago.

En la larga mesa rectangular de Palacio Nacional, sobre la que había champaña y otras bebidas, los invitados degustaron: langosta a la mayonesa de caviar, sopa de setas, pato a la uva con vainas, verduras torneadas y extrafino de chocolate.

Con horas de antelación, a un lado de la puerta central del edificio, miembros de la Asamblea Nacional de Deudores de la Banca, con su líder, Gerardo Fernández Noroña, a la cabeza, instalaron una pequeña casa de campaña y un periódico mural con recortes periodísticos, casi todos referentes al Fobaproa.

Rejas metálicas blancas fueron aislando a los manifestantes, quienes tenían por compañía, a prudente distancia, a los familiares de presos por el delito de traslado de drogas.

Al cierre de esta nota no se tenían informes de mayores incidentes, aunque el líder de la ONU salió del inmueble por la puerta que da a la calle de Moneda.