La Jornada 22 de julio de 1998

Denuncia la Iglesia católica guatemalteca confabulación en su contra

Cerigua, Reuters, Afp, Dpa y Ap, Guatemala, 21 de julio Ť La Iglesia católica de Guatemala denunció hoy la existencia de una confabulación en su contra, luego del atentado a tiros de que fue objeto la víspera el capellán de Ejército, sacerdote Sebastiano Cresanti, quien se encuentra en estado de gravedad.

El arzobispo metropolitano, Próspero Penados del Barrio, se refirió a una confabulación en alusión al asesinato el 26 de abril de monseñor Juan Gerardi y al hecho de que el nuevo atentado contra Cresanti ocurrió el mismo día en que llegaba a Guatemala el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan.

El gobierno y el ejército de Guatemala se apresuraron a condenar el atentado en contra de Cresanti, sacerdote italiano de 66 años de edad, quien el lunes al mediodía fue atacado por sujetos desconocidos que le hicieron cuatro disparos e impactaron en la cara, abdomen y muslo, cuando salía de la parroquia de San Juan de Borromeo.

Los ministros de Defensa, Héctor Barrios, y de Gobernación, Rodolfo Mendoza, al condenar los hechos dijeron desconocer las condiciones y móviles del atentado, aunque ya se iniciaron las investiga- ciones del caso. Mendoza comentó que parecía un caso ``extraño'' porque se dio en un lugar desolado y parecía asalto, pero no lo robaron.

A su vez, Barrios manifestó que como titular de la Defensa condenaba el suceso y esperaba que no se volvieran a repetir este tipo de hechos. Además, externó su interés por que se recupere pronto Cresanti, de quien dijo que los militares lo conocían bien porque ``ha sido incansable llevando misa y la palabra de Dios a todos los soldados''.

Un parte médico señaló que el prelado fue sometido a una intervención quirúrgica que duró siete horas, y que su salud es de ``pronóstico reservado'' para las próximas 48 horas. Su condición es estable, pero grave.

Voceros de la Conferencia Episcopal calificaron el ataque de ``misterioso'', pero dijeron que el atentado sin duda fue planificado, porque presenta gran similitud con el sufrido por Gerardi, quien murió al ser atacado a golpes al momento de llegar a su casa.

La víspera, el sacerdote italiano fue visitado en el hospital por el presidente Alvaro Arzú y el jefe del Estado Mayor del ejército, general Marco Tulio Espinoza Contreras, mientras la Policía Nacional Civil anunciaba que se hacía cargo de las pesquisas.

Por su parte Kofi Annan, al cumplir una visita de dos días al país centroamericano se comprometió con la Iglesia católica guatemalteca a pedir al gobierno de Arzú que agilice las investigaciones del crimen de Gerardi, caso en torno al cual no ha habido resultados.

El arzobispo Penados del Barrio informó de ese compromiso luego de entrevistarse con Annan, quien también se reunió con las altas autoridades gubernamentales y con los líderes de la antigua guerrilla de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), ahora convertida en partido político legal.