La Jornada 22 de julio de 1998

Enfrentamos la peor situación de la década, dice el sector agropecuario

Angélica Enciso L. Ť El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) informó que de 1991 a 1997 el crédito destinado al sector ha sido el más bajo en comparación con el que recibieron los sectores apoyados por la banca, ya que sólo se le ha otorgado 4 por ciento del total que otorgan estas instituciones, mientras que a rubros como servicios e industria se destina más de 20 por ciento.

Al concluir los trabajos de la 15 asamblea general ordinaria del CNA, César de Anda Molina, presidente de la organización en Jalisco, indicó que después de la crisis de 1994 cayó el crédito para toda la economía, pero el sector más afectado fue el agropecuario.

Agregó que en toda la década ha llegado menos crédito al sector agropecuario y que con la crisis éste se redujo uno por ciento al año.

Destacó que la banca de desarrollo ha sido un factor fundamental, ya que en este momento canaliza 40 por ciento del crédito de que dispone a productores agropecuarios, e informó que de 1995 a 1998 la caída en los recursos crediticios para el sector ha sido dramática, ya que la banca comercial prácticamente desapareció y lo que hizo fue tratar de recuperar los créditos anteriores.

En relación con la cartera vencida agropecuaria, señaló que en la banca múltiple representa 25 por ciento, en la de desarrollo asciende a 47 por ciento, y que los sectores industriales y vivienda están en 12 por ciento, en promedio, en el sistema bancario en general.

El agropecuario, agregó, ha sido considerado como un sector que no ha cumplido sus compromisos, pero muchas empresas han sido exitosas y han elevado su productividad, lo que les ha permitido hacer frente a sus créditos. Sin embargo, apuntó, sí existen ``grandes diferencias entre los pequeños productores y los grandes''.

Señaló que el sector agropecuario, a pesar de ser de alto riesgo y de tener más problemas que el resto de la economía, es viable, por lo que se deben enfocar esfuerzos a rubros como la producción de alimentos con valor agregado, en lo cual hay grandes perspectivas de crecimiento.

El empresario consideró que para que haya un crecimiento en el agro es necesario un nuevo marco jurídico, ya que éste es un aspecto fundamental de la economía mexicana que debe tener estabilidad.

Admitió que el campo ha crecido menos que la media y requiere más que estabilidad económica, esto, dijo, porque están sujetos a la volatilidad de precios y tan sólo en este momento los precios de los granos básicos en el mercado internacional presentan tendencia a la baja.

Precisó a los productores que no esperen una reducción de las tasas de interés, pero que ya se ha actuado en distintos frentes para favorecerlos, como ha sido la liberación de precios, la recomposición del subsidio y la globalización económica.

Señaló que se requiere un financiamiento sano, para lo cual se ha considerado el establecimiento de parafinancieras que incentiven la actividad económica agropecuaria y otorguen recursos frescos a los productores.

Por su parte, Mariano Ruiz Funes, del grupo GEA, quien realizó un análisis para el organismo acerca de los aspectos financieros, dijo que los productores deben utilizar recursos que les permitan reducir la volatilidad y el riesgo, como lo son las coberturas de precios y los seguros agropecuarios.

Consideró que se deben adecuar los esquemas de garantías del Fideicomiso Instituido en Relación a la Agricultura (FIRA), así como los mecanismos para que los productores realmente tengan acceso a esos recursos.

Además, dijo Ruiz Funes, sería bueno rehabilitar las uniones de crédito y acceder a los bancos extranjeros como otra opción de financiamiento para las parafinancieras que podrían operar en distintas regiones del país.