La Jornada 21 de julio de 1998

Rechazo en foro de radio y tv a regular el derecho a la información

José Gil Olmos Ť El gobierno federal no promueve ni promoverá reglamentaciones ni barreras a la libertad de expresión porque el hecho se convertiría en una ``puerta falsa'', advirtió el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa.

Al participar en el simposio internacional Libertad de Expresión y Responsabilidad Social, el funcionario señaló que los medios de comunicación y el Estado son corresponsables de una parte del ejercicio del poder, al influir en las conciencias individuales y colectivas, determinando con ello el comportamiento de la sociedad.

Aseguró que ``la libertad es la condición esencial de la expresión para comunicarse y la responsabilidad es la única garantía de que la libertad se ejerza en beneficio y no en perjuicio de la sociedad''.

Antes de su exposición, en el acto organizado por la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), empresarios, editores y comunicadores se manifestaron por impedir medidas que controlen la libertad de expresión y comunicación en México, porque ello sería el preámbulo de un estado dictatorial. No obstante, reconocieron la falta de credibilidad en los medios de información -radio, televisión y prensa- como producto de una caída en la confianza hacia los partidos políticos y los gobiernos.

Al comenzar ayer los trabajos, comunicadores y publicistas de México y Estados Unidos destacaron que la libertad de expresión es un puntal de la democracia; no obstante, hicieron notar la irresponsabilidad en algunos comunicadores y empresas que han caído en excesos.

Bill Roberts, secretario general de la North America National Broadcasters Association (NANBA), reconoció que existen ``malos periodistas'', como los que han manejado el caso de las relaciones sexuales del presidente Bill Clinton. También citó el manejo que hizo CNN sobre el uso de gases toxicos en la década de los 70 en contra de desertores en la guerra de Vietnam.

Por otra parte, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Carlos Ruiz, dijo que la libertad de expresión y la democracia en México son elementos que no se pueden separar, y que esta última no se limita a la competencia electoral. ``Sabemos que para fortalecer la democracia se deben fomentar y propiciar cauces de expresión individual y colectiva'', destacó.

El funcionario apuntó que la industria de radio y televisión debe tener un marco regulatorio para preservar la seguridad jurídica en sus concesiones. Esto es, que deben estar sujetas a reglas prestablecidas y claramente definidas.

Aclaró que las concesiones deben ser siempre procedimientos administrativos y nunca elementos de negociación política. Por ello habló de la necesidad de transparentar el procedimiento y ofrecer la mayor información posible, así como contar con un marco regulatorio que garantice la libertad de expresión y que establezca las obligaciones a los concesionarios.

Dijo que la certidumbre para los concesionarios implica la adecuación y el fortalecimiento del marco regulatorio y, asimismo, preservar la seguridad jurídica de ejercer sus concesiones, con lo cual se ofrecería un ambiente propicio para la libertad de expresión.

Por otra parte, el catedrático del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México Rafael Segovia destacó la baja credibilidad que existe en los medios de comunicación -radio, prensa y television- como producto de la caída de la confianza de la población en los partidos políticos y en el gobierno.

Tratar de controlar la libertad de expresión es peligroso, advirtió, y recordó que así es como han procedido los regímenes autoritarios. Aunque también reconoció que la falta de credibilidad en los medios es parte de la baja de credibilidad en partidos y gobiernos de los países.

Destacó que es grave la falta de confianza y que los partidos usen los medios para descalificar a sus oponentes en la lucha política, como sucedió en México en el debate que sostuvieron en 1994 los candidatos a la Presidencia de la República, Ernesto Zedillo, Cuauhtémoc Cárdenas y Diego Fernández de Cevallos.

A su vez, el historiador Enrique Krauze se pronunció contra cualquier medida que trate de regular la libertad de expresión, y consideró que es mejor enfrentar algunos ``excesos'' o ``libertinajes'' que las políticas de verdades parciales que antes se presentaban en el medio gubernamental.

Reconoció que hay que avanzar en algunos aspectos legales y no permitir que en el uso de la libertad de expresión se difundan valores de racismo. ``El mejor control es la falta de control'', sintetizó.