Es de sabios saber escuchar

La comunicación

Marco Antonio Sánchez Ramos

Los bebés comienzan su comunicación verbal con el ma y el pa, para seguir con el gu-gu da-da y todos los papás somos felices y le presumimos a cuanta persona se nos ponga enfrente que nuestro hijo ya empieza a hablar.

De repente, los niños nos sorprenden con un sczbplá y nos quedamos soñando con la idea de que tengan la habilidad de hablar eslovaco o alemán, y en efecto así es.

Todos nacemos con la potencialidad de hablar las lenguas y los dialectos que existen en el planeta, y una muestra de eso es la sobreproducción de sílabas que expresamos en las primeras etapas de desarrollo y que vamos perdiendo poco a poco cuando éstas no son usadas dentro de la estructura de un idioma en particular.

No sólo los humanos tenemos sobreproducción de sílabas, también los canarios presentan esta característica al principio de su desarrollo. Los estudiosos de la conducta, a quienes se les conoce como etólogos, nos dicen que en las aves canoras como el canario se presenta una estructura similar al lenguaje de los humanos, la cual consiste en un repertorio de notas, sílabas, palabras y frases que cada uno de los individuos debe aprender paulatinamente hasta llegar a tener un canto en la etapa adulta.

Escuchar y comparar

En las primeras fases de desarrollo, los pájaros y los humanos emiten sonidos, gritos y las primeras letras o notas y sílabas; sin embargo, las palabras y las frases aparecen después de un periodo en el cual cada individuo oye a los miembros de su misma especie.

En esta etapa los humanos nos ponemos enfrente de nuestros hijos y les empezamos a decir pacientemente: o-so, ca-sa, ma-má, pa-pá, y ellos hacen bizcos, salivan en exceso y nos ofrecen unas trompetillas. Los pájaros, mientras tanto, mandan a sus críos a las guarderías, donde se encuentra un tutor experimentado en el arte de instruir a los polluelos para emitir correctamente sus primeros gorgoritos.

Los primeros intentos de nuestros hijos y los polluelos respecto a este tipo de comunicación son, por lo general, fallidos, pero la emisión de sonidos les permite a ambos escucharse y comparar con lo que están emitiendo los adultos; esta comparación ayuda a ambas especies a ir estructurando poco a poco su sistema de comunicación.

Los niños y los polluelos sordos emiten exclusivamente las sílabas que tienen programadas genéticamente, y este repertorio natural puede degenerar si no existe alguna forma de que el individuo se oiga.

La imitación

Cuando los bebés entran en la etapa de imitación, su sistema de comparación entre el sonido que emiten, lo que escuchan y lo que les enseña el adulto se va afinando cada vez más, dando lugar a que aquellas sílabas que se pronunciaban casi sin ton ni son se empiecen a estructurar para darles significados diversos.

En el caso de los pájaros, es en esta etapa de imitación en la que los tutores deben estar más pegados con sus pupilos para evitar que el sonido de otras aves interfiera en su educación, ya que puede suceder que los pequeños pájaros introduzcan en su repertorio algunas sílabas y frases extrañas que transformen su canto y lo conviertan en dialecto.

Si este cambio no es tan pronunciado, el individuo no tendrá problemas de comunicación con miembros de su misma especie, pero si es drástico, como aquel canario de mi abuela que aprendió a cantar bajo la tutoría de un despertador, la comunicación se deteriorará y perderá su significado biológico.

Lenguaje personal

Después de que los niños imitan a los adultos diciendo, bola, oso, leche, panza, etc., un buen día nos podemos quedar perplejos cuando nos dicen: ``Mi tío tiene la panza de bola, como los osos''. Así nos damos cuenta que este pequeño ser ha entrado en la etapa de creatividad, en la cual expresa lo que pacientemente escuchó durante largos meses, estructurando a cada paso su lenguaje y condimentándolo con toques de su personalidad.

En los pájaros, a esta etapa se le conoce como fase de improvisación, y corresponde al momento en el que los tutores pierden su trabajo porque sus pupilos se gradúan como pájaros cantores y empiezan a combinar las frases que ya aprendieron para ponerle adornos a su comunicación.

Usos (y costumbres)

El canto en las aves tiene un significado muy particular y está relacionado con la atracción de las hembras de su especie para fines reproductivos. Las hembras escogen los cantos más elaborados que les indican que son emitidos por machos bien alimentados, grandes y, sobre todo, experimentados. Por eso es de esperar que los recién egresados de la academia de canto no tengan las mismas oportunidades de conseguir pareja que los que llevan varias épocas de reproducción, afinando y ampliando su repertorio con el fin de conseguir a una hembra para aparearse y no quedarse chiflando en la loma.

Es cierto que en los humanos, el lenguaje elaborado puede ser una fina y seductora red que tejen algunos hombres y mujeres para conseguir a su pareja porque, como bien lo decía mi abuela, ``cuando las palabras logran tocar el corazón, las manos ya no andan tan lejos''.

Pero, al contrario de los canarios, la comunicación en los humanos no sólo se da para estas delicias, también es utilizada para discutir, proyectar y compartir las ideas con todos aquellos que saben escuchar y desean aprender.

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