La Jornada 14 de julio de 1998

Inexperiencia y fraudes de banqueros, causa de las crisis, dice directivo del FMI

Laura Gómez, Antonio Castellanos y César Martínez Ť El costo del rescate bancario debe pagarlo toda la sociedad, pero los sectores que más se beneficien del saneamiento financiero, como los usuarios de sus servicios, deben cargar con la mayor parte, dijo Paulo Leme, director de Mercados Emergentes de la correduría Goldman Sachs, consultado luego de participar en un seminario en el Centro de Investigación y Desarrollo Económico (CIDE).

En tanto, Alejandro Hernández, director de la división de Economía del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), resumió como consenso de los participantes de la reunión que las crisis bancarias son frecuentes y comunes y que seguirán ocurriendo, porque son un riesgo inherente a la actividad financiera y no pueden evitarse, sólo tratar de reducir los riesgos al mínimo.

Por separado, tanto Leme como el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Vicente Yáñez Solloa, se opusieron a una nueva nacionalización de la banca, como lo proponen algunos dirigentes opositores.

Tomás Baliño, director asistente del Fondo Monetario Internacional (FMI), señaló que las crisis financieras se deben a la falta de experiencia de los banqueros, los fraudes, los préstamos a empresas vinculadas, la concentración sectorial de cartera, créditos dirigidos o inadecuada regulación o supervisión bancaria, y que para reducir su magnitud se debe cambiar el sistema financiero.

Quienes generaron la crisis financiera con su ``imprudencia'' deben participar en el pago de los costos, pero ``inevitablemente'' una parte deberá cargarse a toda la sociedad, opinó José García-Cantera, director de Mercados de Capital para América Latina de Salomon Smith Barney.

Para Paulo Leme, los costos de la crisis deben distribuirse entre los accionistas de los bancos nacionales y extranjeros, los depositantes, el fisco y, por último, los contribuyentes, pero la mayor parte debería pagarla el sector más beneficiado por el rescate.

Sin embargo, para lograr este objetivo se deben aumentar impuestos a la renta y a las empresas, lo que podría incrementar la evasión fiscal, lo que derivaría en un menor crecimiento económico, advirtió.

Mientras, Christian Larrain, consultor chileno, expuso que una de las enseñanzas de la experiencia en su país es que los costos de la crisis bancaria deben pagarlos quienes la provocaron al tomar riesgos sin medir las consecuencias; entre ellos están los accionistas bancarios.

Como ocurrió en Chile, donde el gobierno compró las carteras, y en España y Estados Unidos, aunque con mecanismos más indirectos, el costo de la crisis se convirtió en deuda del banco central, recordó García-Cantera. Los pasivos de Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) llevan la garantía implícita del Estado y de no transformarse en deuda pública habrá problemas para manejar la política monetaria; además, el país no podría funcionar sin un sistema financiero sólido, añadió.

Respecto a la nacionalización de la banca, Leme, afirmó que sería contraproducente y que las medidas que ha aplicado el gobierno mexicano son correctas. Nacionalizar implicaría un riesgo más alto, aumentaría los costos y complicaría el manejo del sistema bancario, mientras que el público ``sufriría'' con esta medida porque el servicio sería peor, agregó.

Para el presidente de la Canacintra, ``no es justo cargar sobre los hombros de los que menos tienen facturas de banqueros defraudadores, y menos permitir que el Estado vuelva a tener en sus manos el control de la banca''.

En tanto, Baliño, del FMI, rechazó que su institución imponga modelos correctivos a los países miembros. Son los gobiernos los que presentan programas y el fondo solamente aprueba los mecanismos de apoyo, aseguró.

No es posible que los gobiernos se mantengan al margen y dejen que el sistema se arregle solo. Si hay indiferencia, en breve los problemas se agravan y las consecuencias son mayores para todos los sectores de la economía, concluyó.