Ningún interés político en que se apruebe votar en el extranjero: IFE
José Gil Olmos /II y última Ť El interés de los partidos políticos para que se permita el voto de los mexicanos en el extranjero es manifiesto aunque cauteloso, sobre todo porque se prevé que los comicios presidenciales del 2000 se decidirán por márgenes estrechos. Así, para las tres principales fuerzas del país --PRI, PAN y PRD-- es fundamental el dictamen técnico que habrá de presentar el Instituto Federal Electoral (IFE) en noviembre, porque a partir de entonces se abocarían a conquistar, por primera vez en la historia de México, un gran público electoral fuera del país.
Encargado de la comisión de coordinación y apoyo del IFE para el grupo de especialistas encargados de elaborar el dictamen sobre la posibilidad del voto de los mexicanos fuera del país, el consejero Emilio Zebadúa señala que aún hay tiempo para que el Congreso de la Unión pueda elaborar las reformas legislativas y se permita este sufragio allende las fronteras.
Pero también ataja las sospechas de que en el instituto habría ``intereses políticos'' para impulsar este proyecto antes de los comicios del 2000.
``No se persigue ningún fin partidista, no hay ningún sustento sobre intereses políticos. El instituto sólo está cumpliendo con un mandato legal establecido en el artículo octavo del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) y con la Constitución. Al IFE le corresponde instalar una comisión de técnicos que realizarán los estudios pertinentes y, con pleno ejercicio de su autonomía intelectual, presentar los elementos objetivos sobre las condiciones y posibilidades del voto de los mexicanos en el extranjero'', sostiene.
Las reformas fueron aprobadas en 1996
Zebadúa recuerda que fueron los legisladores de los partidos políticos quienes aprobaron, en 1996, las reformas electorales que permiten el voto de los connacionales fuera del país. ``Es cierto que detonamos este mandato, pero fue el legislador quien modificó el Cofipe. Nosotros no nos pronunciamos a favor o en contra, sólo cumplimos con la ley. Además, los representantes de los partidos vieron con buenos ojos la constitución del grupo de especialistas e incluso se incorporaron a los trabajos''.
El consejero electoral considera que el tiempo político para efectuar los cambios legales es corto pero suficiente, y a partir de la entrega del dictamen de los 13 especialistas --el 14 de noviembre de este año--, sería el Congreso de la Unión el responsable de dar el paso final a los reformas constitucionales y a la elaboración de un capítulo nuevo del Cofipe (el libro IX), dedicado esencialmente al voto de los mexicanos en el extranjero.
El IFE tiene en octubre de 1999 la fecha para empezar a organizar las próximas elecciones federales y, según Zebadúa, permitir el voto de los mexicanos fuera del territorio nacional no sólo es importante para el instituto sino también para el país, porque se cumple con la ley y con el compromiso democrático que se exige en la actualidad.
Ante la expectativa de que este voto será importante para las elecciones presidenciales del año 2000, el consejero Zebadúa aclara que no hay ningún antecedente que pueda mostrar un comportamiento homogéneo del electorado fuera del país.
No se violará la soberanía, sostiene el PRD
Como parte de un equipo del Partido de la Revolución Democrática dedicado especialmente a estudiar y proponer alternativas para alcanzar el voto en las elecciones presidenciales fuera de las fronteras, el diputado Lázaro Cárdenas Batel advierte que más allá del temor de algunos partidos de no captar el sufragio de millones de mexicanos en el extranjero para los comicios del 2000, también se ha comenzado a argumentar que se podría vulnerar la soberanía nacional.
Luego de rechazar esta idea --a la que califica como un ``pretexto''-- el legislador advierte que el problema técnico es difícil de resolver pero salvable, sobre todo la falta de una reglamentación.
Por su parte, Cuauhtémoc Cárdenas Batel, responsable de la Fundación para la Democracia, señala que el pretexto de la soberanía no es válido porque en otros países ya se permite este voto. En todo caso, señala, quienes se oponen al proyecto lo único que demuestran es un ``desprecio'' por el mexicano en el exterior, al que no le dan crédito de madurez para elegir mediante el sufragio.
Para ambos, es claro que la apuesta del PRD es trabajar sobre esa población de mexicanos que radican de manera permanente o transitoria, y lograr su voto en los comicios presidenciales del 2000.
``Tendríamos un rédito favorable, pero no lo hacemos sólo por eso sino para que se respete este derecho constitucional'', señala Lázaro Cárdenas, quien presentó en el Congreso de la Unión una iniciativa de ley para modificar el artículo octavo transitorio del Cofipe y quitar los candados o requisitos que maneja la Secretaría de Gobernación con la emisión de la Cédula de Identidad Ciudadana y el Registro Nacional de Ciudadanos, a fin de permitir el voto de los connacionales en el extranjero.
Los dos perredistas confían en un trabajo serio y objetivo de la comisión de especialistas del IFE, pero advierten que donde se pueden manejar ``trabas artificiales'' es en el debate legislativo. Incluso señalan que el PRI podría tratar de ``acotar'' este derecho proponiendo medidas restrictivas, como usar únicamente la credencial emitida por el IFE para sufragar fuera del país.
Esto, precisa Cuauhtémoc Cárdenas, sería peligroso porque se violaría la Constitución y, de entrada, cuestionaría la legitimidad del proceso al impedir el derecho de todo mexicano de elegir a sus gobernantes mediante el voto.
Además, señala que no sería justo para esta numerosa población de mexicanos impedirles su voto, sobre todo cuando ellos son una de las fuentes principales de ingreso de dólares a la economía nacional.
No hay temor: PRI
El diputado Enrique Ibarra, representante del Partido Revolucionario Institucional en el Consejo General del IFE, destaca que para el tricolor este es uno de los temas de mayor relevancia rumbo a las elecciones del año 2000, junto con el perfeccionamiento del Servicio Profesional Electoral, cuyos integrantes serán los encargados de organizar los comicios.
``No hay temor de que voten en contra del PRI'', aclaró, al tiempo de destacar que la premisa que debe cuidarse es que esta nueva práctica no vulnere la credibilidad en el sistema electoral, que con tantos esfuerzos de ha construido.
Señala que de aprobarse esta nueva forma de votar, el Revolucionario Institucional tendría que revisar sus estrategias de campaña y de adhesión fuera del territorio nacional. Pero insiste en que dentro de los retos que se tendrían que afrontar está el de la certeza.
``Es un tema con un alto grado de complejidad que tiene que ver cómo se va a registrar a esa población, los lugares donde se tendrían que registrar, la forma de acreditarse, los mecanismos de vigilancia para la inscripción fuera del territorio nacional, la emisión del voto, las aportaciones desde el extranjero para las campañas, el desarrollo mismo de éstas, la comisión de los delitos electorales y la resolución de las controversias'', citó el diputado priísta.
Para Ibarra, no sería válido argumentar en contra de esta iniciativa la vulneración de la soberanía nacional porque, recuerda, desde las reformas electorales del 96 el PRI apoyó, como lo hace ahora, el derecho de los mexicanos a votar más allá de las fronteras.
El sufragio crítico podría favorecer a la oposición
Mientras los partidos políticos, incluido el PAN, esperan la elaboración del estudio técnico de los especialistas designados por el IFE para dar su última palabra en el Congreso de la Unión, los estudiosos del tema observan con gran interés la posibilidad de que la medida se pueda realizar para las elecciones del año 2000.
Principalmente porque existe la hipótesis de que los mexicanos en el extranjero, al no estar sujetos a los controles corporativos del Estado mexicano --incluido el manejo de los medios de comunicación--, quieren una conducta ciudadana más crítica e independiente y se pueden inclinar por los partidos de oposición.
El profesor de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), Arturo Santamaría Gómez, señala en un estudio que además este sería el primer ejercicio político electoral ``transestatal'' del siglo XXI, y así ``el voto mexicano en el extranjero sería la primera confirmación constitucional de la redifinición de la soberanía nacional mexicana; es decir, se constataría jurídicamente que la nacionalidad mexicana existe más allá de sus límites legales como Estado-nación''.