La Jornada 13 de julio de 1998

Atropellan a festejantes en París; 60 heridos

Afp, París, 13 de julio Ť Al menos sesenta personas resultaron heridas esta madrugada, diez de ellas de gravedad, cuando celebraban el triunfo de Francia en el Mundial de Futbol en los Campos Elíseos de esta capital, informó el Departamento de Bomberos.

Según la policía, a las tres de la madrugada local un Golf negro matriculado en la región parisiense embistió a poca velocidad a la multitud que festejaba en la citada plaza, se volcó y patinó unos cien metros a lo largo de la calle, arrollando a las personas a su paso. Testigos dijeron que una mujer conducía el auto.

Fuentes de los socorristas dijeron que las víctimas, que en su mayoría sufrían fracturas y contusiones múltiples, fueron transportadas a hospitales de París y de las afueras de la ciudad. Pero al cierre de esta edición, algunas decenas de heridos eran atendidas en la calle debido a que se agotaron las ambulancias y los espacios en las salas de urgencias.

Fuentes hospitalarias dijeron que corre peligro la vida de al menos diez de los heridos. Voceros del Departamento de Bomberos, de la Cruz Roja y de los servicios de protección civil que se encontraban en los Campos Elíseos coincidieron en señalar que el último saldo, de 60 heridos, podía empeorar, pues debido al caos aún reinante en el lugar del accidente, era posible que aún hubiera heridos por localizar.

Voceros de las autoridades locales dijeron que horas después de la colisión aún había gente corriendo en todas direcciones, y agregaron que hubo algunos enfrentamientos entre la policía y jovenes que seguían festejando y trataban de entran en los Campos Elíseos.

Voceros policiales señalaron que en estos enfrentamientos hubo varios efectivos heridos con botellas lanzadas por jóvenes ebrios que no entendían el porqué del acordonamiento de la zona.

Testigos señalaron, sin embargo, que después del accidente la multitud presente en la zona formó espontáneamente un cordón de seguridad con la policía para aislar a los heridos del bullicio de cientos de miles de personas que continuaban la celebración. Eventualmente, la policía logró cerrar el acceso a los Campos Elíseos al acordonar todas las vías de acceso en torno a la plaza.

``La fiesta se ha echado a perder'', comentaban algunos miembros de la multitud cuando abandonaban los alrededores de los Campos Elíseos, en lo que, según algunos observadores, parecía una marcha silenciosa.


Marlene Santos A., enviada, París, 12 de julio Ť El Mundial de Francia 98 fue clausurado con un espectáculo de luz que pocos observaron desde las gradas del estadio Saint-Denis.

Apenas vieron perderse las figuras de los jugadores campeones en los túneles rumbo al vestidor, los aficionados franceses se lanzaron a las calles con desesperación para iniciar un festejo apoteósico.

Todavía deambulaba por la cancha David Trezeguet con su sombrero albiceleste de arlequín, orgulloso de su origen argentino, todavía bailoteaban por ahí Thuram y Blanc, cuando la celebración ya era multitudinaria en las principales plazas del país.

Francia entera se entregó al futbol; millones de galos festejaron la conquista de la Copa del Mundo.

En París, la avenida Campos Elíseos fue el centro de concentración de miles de personas que vitorearon la hazaña de su selección, que venció a la máxima potencia futbolística del plantea con un marcador sorpresivo y aplastante, que llenó de orgullo a su afición.

La televisión rápidamente informó sobre un raiting de audiencia récord, que había superado a los cotejos Francia-Italia y Francia-Croacia, donde destacó la naciente afición de miles de mujeres.

Mientras, desde las explanadas donde fueron instaladas pantallas gigantes, partieron ríos de aficionados vestidos en azul, blanco y rojo, con la bandera en la mano y cantando La Marsellesa, hacia el centro de la ciudad, donde los automovilistas de nuevo hicieron sonar sus bocinas.

La verbena popular se inició muy temprano en el mismo sitio; los Campos Elíseos fueron tomados por miles de aficionados que con desesperación buscaban un boleto de ingreso al estadio. Los comercios decoraron sus locales con la bandera francesa, mientras algunos más añadieron la verdeamarelha.

Por la mañana, la ciudad tuvo un movimiento moderado. Las calles parisinas comenzaron a poblarse de aficionados ya entrada la tarde.

En la explanada que circunda al estadio Saint-Denis, otra multitud festejó desde el atardecer: los brasileños, con sus ritmos y bailes de samba y con sus bellas mujeres. Pero, por lo visto, hoy los franceses no estaban dispuestos a dejarse vencer en ningún terreno, y ahí estuvo una decena de espigadas jóvenes vestidas de rojo, con generosos escotes, tocados en la cabeza con plumas rojas, crinolina, medias de red y tacones altos, con un letrero que decía: Moulin Rouge.

La televisión local inició en vivo la cuenta regresiva, tras la salida del equipo francés de sus instalaciones de Clairefontaine, donde la población local los despidió agitando banderas, con vivas, mantas y gritos de apoyo.

En el estadio, la fiesta fue toda de color azul; desde la manta que cubrió el césped para que el modisto Yves Saint Laurent presentara una grandiosa exhibición, hasta el espectáculo de luz y fuegos artificiales.