Masiosare, domingo 12 de julio de 1998
diez años
después de la controvertida elección que lo llevó al poder y en la
recta final del 2000?
Su nombre pesa. La casi unánime condena pública no es suficiente, por
ejemplo, para que algunos entrevistados se decidan a hablar de
él. ¿Sigue aquí Salinas?
Sí, como argumento electoral (el PAN y el PRD reparten propaganda con
su imagen y la leyenda: ``Cuando votes, acuérdate de él''). Y como mil
máscaras en los cruceros de las ciudades. Sin duda como la figura de
un ex presidente más vapuleada de la historia.
O bien, como una ``vergüenza nacional''. O un ``tigre herido''. O
``nada más que un ex presidente''. Difieren los declarantes que
aceptaron responder las preguntas de Masiosare.
¿Sigue aquí Carlos Salinas? Muchos de quienes responden coinciden en
lo obvio: sí, en la política económica, en el proyecto de cinco
lustros que esta semana regaló al país el tercer recorte presupuestal
del año.
¿Y el regreso? Unos dicen que tiene
todo el derecho de volver a México. Otros que debe regresar para
saldar cuentas con la justicia. En todos persiste la duda: ¿cuál será
la influencia de Salinas en la hora crucial del fin de siglo, en el
2000 que concentra todas las baterías políticas del
país?
La salinastroika y el Dow Jones
Antes de que anunciara pizzerías, Mijail Gorbachov se declaraba vencido por la salinastroika. . Pero hoy es él quien ofrece las conferencias de 30 mil dólares ante empresarios o estudiantes del primer mundo. No Salinas.
Claro, el ex presidente no ha sido un desempleado de tiempo completo. A mediados de febrero de 1995, mientras la mayoría de los mexicanos lo responsabilizaban de la crisis económica, Salinas se incorporaba a la junta de directores de Dow Jones, la empresa editora de The Wall Street Journal. A México llegaba como una fotografía: bajo un grueso abrigo en las calles de Nueva York. Y feliz.
La nueva familia y la Internet
Apenas deja el poder, Salinas se divorcia para volver a casarse, ahora con su antigua colaboradora Ana Paula Gerard. En febrero de 1996 nace en Cuba su hija Ana Paula Margarita.
Antes, tras su efímera huelga de hambre en Monterrey, Salinas se entrevista con Robert Bartley, editor en jefe de The Wall Street Journal, quien luego ofrece detalles sobre la vida del ex presidente: ``Está disfrutando de la privacía'', maneja su propio automóvil, él mismo contesta el teléfono, aprende computación mientras escribe un libro, trata de usar la Internet para comunicarse con sus hijos que siguen en México.
Y más: posee documentos que lo exoneran de responsabilidad en la crisis financiera y puede volver al país en cualquier momento.
Una vida nueva.
Hace tres meses, en Irlanda, nació su quinto hijo. Le puso por nombre Jerónimo.
Triunfo después de la muerte
Los operadores de la política social de Salinas salen del gabinete -Carlos Rojas al PRI y Enrique del Val a ninguna parte-, tras perder todas las batallas con Luis Téllez y Santiago Levy.
Curiosamente, Rojas y Del Val pelean más recursos porque según sus cuentas hay más pobres de los que guardan las computadoras de Levy en la Secretaría de Hacienda.
Curiosamente, por esos días, Carlos Salinas publica un artículo en el que afirma, con base en datos de organismos internacionales, que durante su administración disminuyó la pobreza.
Salinas escoge al diario español El País (que se distribuye en México) para publicar su texto. La coartada es la globalización. Pero el tema es su triunfo después de la muerte: presumir un estudio de la OCDE donde Solidaridad aparece ``no sólo como un verdadero programa de combate a la pobreza, sino también como un programa de promoción de las iniciativas básicas de la comunidad''.
Salinas da, a través del extinto Solidaridad, lecciones a otros países: ``Corresponde a los países del sur introducir políticas que cumplan los propósitos de eficiencia, equidad y democracia''.
Salinas dejó el poder en medio de un tupido aguacero de elogios. Se fue en el centro de una tormenta de vituperios. Ahora receta desde Irlanda.
El innombrable
Los elogios que Zedillo tenía para su antecesor se acaban muy pronto. En 19 días. Con Salinas en campaña en pos de la presidencia de la Organización Mundial de Comercio, Zedillo decide, la noche del 19 de diciembre de 1994, modificar la política cambiaria.
El ``error de diciembre'' ha llegado. La ampliación del límite de la banda de fluctuación se convierte en una macrodevaluación, en la crisis económica más severa en décadas.
Con el país al borde del colapso y la crítica mundial encima, Zedillo intenta un tímido deslinde: se debió haber devaluado en el sexenio pasado.
En el pico de la crisis, Zedillo sugiere que el gobierno anterior dejó una economía ``extremadamente vulnerable''.
Las encuestas revelan que siete de cada diez mexicanos consideran que Salinas es el culpable de la crisis.
Zedillo critica sus hechos, pero no lo menciona por su nombre.
En agosto de 1996, el presidente Zedillo es entrevistado en televisión por Joaquín López Dóriga.
-¿Cuál es su relación con sus antecesores? Quedan cuatro ex presidentesÉ
Zedillo menciona a Miguel de la Madrid, a José López Portillo y a Luis Echeverría. ``Y ya'', corta.
Morir de pie
``Prefiero morir de pie, pero con la verdad, el honor y la dignidad, a vivir de rodillas con la calumnia encima'', dramatiza un Salinas con chamarra de borrega y botellitas de agua, desde una modesta casa de la colonia San Bernabé, en Monterrey.
Es el primero de marzo de 1995. Salinas se declara en huelga de hambre en demanda de que el gobierno cese la campaña ``de acusaciones e infamias'' contra su familia.
El día anterior, Raúl Salinas, su hermano mayor y compañero de andanzas políticas, es detenido y encarcelado en Almoloya de Juárez. La PGR lo acusa de ser el autor intelectual del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu.
Antes de viajar a Monterrey, Salinas toma el teléfono y llama a los noticiarios de radio y televisión. ``Estoy plenamente convencido de la inocencia de mi hermano'', dice.
También niega cualquier responsabilidad en la crisis y anuncia que dará a conocer a la opinión pública un informe sobre el estado en que dejó la economía nacional.
Arturo Warman va a Los Pinos y le ofrece al presidente Zedillo ser el mediador. Viaja a Monterrey.
El drama dura 50 horas.
Después, ya no hay sosiego, ni lugar, para Salinas. La presidencia de la OMC se aleja definitivamente.
Salinas sale del país, con rumbo a Nueva York. La Casa Blanca dice desconocer su paradero. Desde su oficina privada se sienten precisados a decir: ``No fue obligado a salir de México''.
Siguen meses de rumores y pistas que lo ubican en diversos lugares de Estados Unidos, Canadá, Cuba.
Tiempo después se confirma que ha comprado una casa en un barrio de Dublín, Irlanda del Norte.
Enemigos comunes
En su libro México: La frontera del caos, Andrés Oppenheimer reveló que Salinas y Zedillo se reunieron en la casa de Arsenio Farell, para pactar un armisticio.
Según el periodista argentino, su información fue confirmada tácitamente y aderezada con la versión presidencial de que Salinas fue advertido de que se actuaría contra su hermano Raúl, ante las evidencias existentes.
``Mis enemigos son tus enemigos; después te atacarán a ti'', le habría dicho Salinas a Zedillo.
Con el tiempo, las cuentas de Raúl Salinas engordan a los ojos de millones de mexicanos vapuleados por la crisis.
Demandas a granel
El 6 de abril de 1995, diputados chiapanecos promueven un juicio político contra el ex presidente.
Siete meses después, un centenar de diputados federales solicita a la Comisión de Honor y Justicia del PRI que inicie el proceso para la expulsión de los hermanos Salinas. Sólo Raúl es echado.
En la 17 Asamblea Nacional del PRI la demanda de expulsión se generaliza. ``La mayoría del priísmo, sino es que la totalidad, estamos pugnando por la expulsión de Salinas y por el enjuiciamiento de su persona'', declaran diputados. Los paran.
Durante año y medio, diputados, senadores y dirigentes de todos los partidos demandan que Salinas declare sobre el asesinato de Colosio.
Finalmente, en noviembre de 1996, Salinas rinde declaración a su modo: en las oficinas del consulado de México en Dublín, Irlanda del Norte, ante autoridades de Relaciones Exteriores y el fiscal especial del caso, y en calidad de ``testigo''. Durante más de 12 horas, el ex mandatario responde más de 300 preguntas.
Otras demandas se acumulan.
Una por presuntas irregularidades en la privatización de Telmex y otras muchas, incontables, derivadas de la reprivatización bancaria.
Un año después de haber dejado la Presidencia, Salinas aparece como parte inculpada en ocho distintas demandas de juicio político -tres de perredistas, dos firmadas por ciudadanos, dos por el diputado Luis Sánchez de Aguilar y una por Gervasio Osuna Contreras.
El enemigo dentro
Verano electoral de 1997. El bravucón dirigente del PRI, Humberto Roque Villanueva, siente que su partido carga como una pesada losa al ex presidente. Y se lanza contra él: ``La visión de Estado de Carlos Salinas tuvo mayores afinidades con el PAN que con el PRI''.
En el Distrito Federal, un Alfredo del Mazo que camina hacia la segunda derrota en su carrera política -la primera fue con Salinas por la candidatura presidencial-, no pierde la oportunidad de saldar viejas cuentas: declara que Salinas cometió abusos importantes ``que nos han ocasionado y nos representan precisamente grandes perjuicios''.
Ya desde septiembre de 1995, el ex presidente Luis Echeverría demandaba el regreso de Salinas ``para que aclare la crisis económica y el asesinato de Luis Donaldo Colosio''. Pero en el 97, a la lista de detractores se suma el ex presidente José López Portillo, quien culpa a Salinas de propiciar que el PRI esté en riesgo de perder el poder.
Con todo, los priístas no lo expulsan de su partido, pese a que el magistrado Carlos Vázquez Rangel, miembro de la Comisión de Honor y Justicia del PRI, redacta un dictamen de expulsión, fundado en argumentos como el de Vicente Fuentes Díaz, también integrante de esa comisión: ``Nos engañó a todos, fue más perverso que Victoriano Huerta y más mañoso y mentiroso que Santa Ana''.
Botones de muestra apenas.
Porque la andanada de sus propios correligionarios ha sido quizá mayor y más ruda que la de sus opositores políticos.
Con excepciones, claro. Como Leonardo Rodríguez Alcaine, para quien todos los que critican al ex presidente son ``traidores''.
Hace unos meses, el líder obrero apareció en las páginas de sociales, vestido de frac, en la boda de una hija de Adriana Salinas de Gortari.
Los argumentos del villano favorito
En diciembre de 1995, cansado de ``filtraciones y rumores'', Salinas envía una carta a medios mexicanos en la que declara estar dispuesto a venir a México ``para cualquier aclaración, incluso de carácter legal''.
Salinas argumenta largamente:
``Se me imputa responsabilidad en todo aspecto que hoy significa problema...
``Como se suele escribir hoy en México, hacerme el `villano favorito' no tiene sólo un sentido anecdótico, qué va: tiene como propósito político convertirme en el foco de ataque de todas las facciones y grupos con algún agravio o interés.
``(Hice) reformas para romper el control de los grupos políticos enquistados en el Estado...
``Son los grupos e intereses que se opusieron a una solución negociada del conflicto de Chiapas... Son los que quisieron imponer a su candidato, para asumir el relevo tras la muerte trágica y dolorosa de Luis Donaldo Colosio...
``Al entregar la Presidencia, dejé problemas, sí; pero no heredé una crisis.
``Es indispensable una vez más insistir que para mí es inaceptable el engaño de mi hermano Raúl... Yo no tuve conocimiento de esas actividades.
``Nada de lo que ha sucedido este año en México es ajeno a la lucha tremenda por el poder. Lo que se ha estado dirimiendo es qué proyecto de Nación prevalecerá''.
En la misma carta ubica a sus enemigos: el ex presidente Luis Echeverría y algunos de sus ex colaboradores. Según Salinas, en marzo de 1994, Echeverría acudió a Los Pinos ``para proponer a `su' candidato. Su propuesta evidentemente no era en favor del Dr. Ernesto Zedillo''.
El regreso
En su edición de junio, la revista Nexos divulga expedientes del mítico archivo de la Dirección Federal de Seguridad. La filtración es atribuida al ex presidente. Algunos la leen como parte de su ``campaña de reaparición''.
Por las mismas fechas, en diversas columnas de prensa se afirma que Salinas sostuvo una reunión con un pequeño grupo de intelectuales mexicanos en un poblado cercano a Barcelona, poco después de la Semana Mayor.
Los interlocutores de Salinas observaron que está en plena forma, que cada vez es menos cuidadoso al criticar a Ernesto Zedillo y que ha dado cuenta de críticas a José Córdoba, a quien ya considera un traidor.
Por eso en Los Pinos han tomado providencias para un eventual regreso de Carlos Salinas. Tenían un plan listo cuando se deterioró la precaria salud de Raúl Salinas Lozano, el jefe del clan. Llegaron a pedir una ceremonia ``discreta''.
¿Regresará el ex presidente Salinas?
Por lo pronto, sigue preparando un libro en el que, se dice, hará ``revelaciones'' sobre el asesinato de Luis Donaldo Colosio, el conflicto chiapaneco, el encarcelamiento de su hermano y la crisis económica. Todo, con la mira puesta en la sucesión presidencial del 2000. (Arturo Cano y Alberto Aguirre).
Adolfo Aguilar Zinser.
En 1988 era profesor en la Universidad Georgetown. En el trecho final del sexenio salinista fue vocero de la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas. Después, como diputado, promovió la Comisión Conasupo. En 1995, Salinas lo incluyó en la lista de sus principales enemigos. Senador por el Partido Verde.
Genaro Alamilla Arteaga.
En 88 era un activísimo declarante eclesiástico. Hoy declara un poco menos. Obispo emérito de Papantla.
Miguel Alonso Raya.
En 1988 era dirigente magisterial. Hoy es diputado federal por el PRD.
Alberto Anaya.
Compañero de banca de CSG en la Facultad de Economía. En 1988 apoyó la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas. Luego se acercó de nuevo a Salinas. Es senador por el Partido del Trabajo.
Eduardo Andrade.
Senador del PRI, recientemente galardonado con la Gran Cruz al Mérito Legislativo.
Cristóbal Arias.
En la elección de 1988 ganó una senaduría por Michoacán. Luego fue candidato a la gubernatura. Hoy es de nuevo senador perredista.
Luis Felipe Bravo Mena.
Fue asesor político de Manuel J. Clouthier en su campaña presidencial. Hoy es senador por el PAN.
Edgar Cortés.
Sacerdote jesuita, director del Centro Miguel Agustín Pro.
Dante Delgado.
Con la llegada al poder de Carlos Salinas, se convirtió en gobernador de Veracruz, luego de que su jefe, Fernando Gutiérrez Barrios, fue llamado a la Secretaría de Gobernación. Hace poco dejó la cárcel y hoy dirige un nuevo partido político.
Juan de Dios Castro Lozano.
Era y sigue siendo uno de los más destacados juristas del PAN. Senador.
Vicente Fox.
Hace diez años se puso unas orejas de burro para ridiculizar a Salinas en la tribuna de la Cámara de Diputados. En 1991 no pudo llegar a la gubernatura de Guanajuato, muchos dicen que porque el ex presidente lo vetó. Hoy, más que gobernador es (pre) candidato presidencial.
Vicente Fuentes Díaz.
Fue presidente de la Comisión de Honor y Justicia del PRI, encargada de dictaminar sobre la expulsión de Salinas de ese partido.
Ricardo García Cervantes.
Senador del PAN.
Leonel Godoy.
En 88 era asesor jurídico del FDN. Fue fiscal especial para el caso Ovando y Gil y hoy subsecretario jurídico del gobierno del DF.
Tonatiuh Guillén.
Investigador del Colegio de la Frontera Norte, especializado en ciencia política y administración pública. Actualmente analiza los efectos de las políticas salinistas.
Joaquín Hernández Correa.
Hijo de Joaquín Hernández Galicia, La Quina, una de las primeras ``víctimas'' políticas del salinismo. Mientras su padre vive en el exilio morelense Hernández Correa es diputado federal y candidato del PRD a la gubernatura de Tamaulipas.
Gabriel Jiménez Remus.
Dirigente histórico del PAN en Jalisco. Jefe de la bancada panista en el Senado.
Xicoténcatl Leyva Mortera.
Fue el primer gobernador destituido en el sexenio de Salinas. Hace dos años se retiró del ejercicio de la abogacía. Sigue viviendo en Tijuana, Baja California.
Gilberto López y Rivas.
Antropólogo. Actualmente diputado federal del PRD e integrante de la Cocopa.
Carlos Medina Plascencia.
Un acuerdo poselectoral lo hizo gobernador de Guanajuato en pleno salinismo. Hoy es coordinador de la fracción del PAN en la Cámara de Diputados.
Carlos Mendoza.
Dirigió muchos documentales antisalinistas durante el salinismo. Sigue al frente del Canal 6 de Julio.
César Nava.
Líder juvenil del PAN.
Ernesto Navarro.
Empresario nayarita. Líder de la fracción perredista en el Senado.
Raúl Padilla López.
En 1988 era rector de la Universidad de Guadalajara. Hoy es diputado local por el PRD en Jalisco.
Armando Quintero.
Dirigente del PRD en el Distrito Federal. En 1988 era líder del sindicalismo universitario.
Dana Rotberg.
Directora y productora de cine.
Jesusa Rodríguez.
Actriz y doble de Salinas.
Agustín Rodríguez.
Dirigente del sindicato de trabajadores de la UNAM e integrante de la dirección de la Unión Nacional de Trabajadores.
Antonio Roqueñí.
Hace diez años era asesor jurídico de la arquidiócesis de México y hombre de confianza de Ernesto Corripio Ahumada. Hoy es asesor del Tribunal Eclesiástico Interdiocesano.
Ernesto Ruffo.
Primer gobernador de oposición en la historia, tras su triunfo en las elecciones de 1989 en Baja California. En 1994 tuvo diferencias con Salinas debido a las investigaciones sobre el asesinato de Colosio. Asesora a empresarios extranjeros que desean invertir en México.
Fidel Samaniego.
En el sexenio de Salinas fue uno de los principales cronistas de la Presidencia. Columnista del diario La Crónica.
Ramón Sosamontes.
En 88 colaboraba con Heberto Castillo. Ex diputado federal y coautor de una demanda penal contra José Córdoba Montoya. Delegado en Venustiano Carranza.
Cecilia Soto.
En el ocaso del salinismo fue candidata a la Presidencia de la República por el Partido del Trabajo. Quiso regresar a la política nacional el año pasado, pero el PRD le negó una candidatura a diputada. Es articulista y declarante habitual.
Manuel Talamás Camandari.
Obispo emérito de Ciudad Juárez, Chihuahua. Entusiasta promotor de las modificaciones al artículo 130 constitucional.
General Alvaro Vallarta Ceseña.
Ex diputado federal y actual senador del PRI.
Presidente de la Comisión de Defensa en el Senado.
Mauricio Valdés Rodríguez.
En el sexenio de Salinas fue artífice de la recuperación electoral del PRI en el estado de México y por él fue designado embajador de México en Dinamarca. Ex senador y una de las más recientes bajas del PRI.
Juan Velázquez.
Penalista en el 88 y ahora. Se define como
``amigo personal'' de Salinas.
Jesús Zambrano.
En 1988 era miembro del comité nacional
del Partido Mexicano Socialista. Hoy es delegado
de la Gustavo A. Madero.
Juan.
13 años. Desde hace dos, todos los días se instala en Reforma e Insurgentes para, mediante una máscara del ex presidente, llevar 60 pesos a su casa. En 1988 tenía cuatro años. Su hermana, que hoy tiene esa edad, es quien se monta en su espalda, con una gastada y sucia máscara de Carlos Salinas.
La figura de un ex presidente muy discutido, con un proyecto económico que ya recibió la condena generalizada de la opinión pública.
Alberto Anaya.
Como es la tradición en México, los ex presidentes carecen de peso polítoco. Es una regla que permanece vigente en el sistema.
Todos los ex presidentes carecen de relevancia.
Eduardo Andrade.
Cumplió su papel, merece mi respeto.
Dante Delgado
Es un tigre herido que observa a distancia, agazapado con sus fauces afiladas y sus sentidos alerta a lo que ocurre, seguramente tiene fija a su presa y no le quita la vista: es México. También de esa presa depende su proyecto, que es tomar venganza del presidente Ernesto Zedillo.
Adolfo Aguilar Zinser.
Ante el propio régimen y la nación, quedó como un presidente nocivo, negativo, y sus propios compañeros lo ven como el villano de la película. Nadie se ha atrevido a hacer siquiera una defensa tímida de su persona... Ni siquiera de sus beneficiarios, que fueron muchos.
Cristóbal Arias.
Una vergüenza nacional; alguien que nos quema por todo el mundo, que deshonró a México y a los mexicanos.
Vicente Fox.
Un símbolo del presidencialismo extremo. El fracaso de un proyecto económico que prometió convertir al país en una potencia que trascendiera sus limitaciones tercermundistas.
Tonatiuh Guillén.
El pasado lo dejamos atrás, ya lo sepultamos. Creemos que no tiene caso hablar de Carlos Salinas en ningún sentido. Acordarse de él, es acordarse de sinsabores, ingratitudes y problemas muy amargos que no vale la pena mencionar. El pasado hay que enterrarlo, es una puerta que se cerró. Tener rencores y odios es perder el tiempo. Y hablo en nombre de mi padre también.
Joaquín Hernández Correa.
Los priístas deberían expresar esa opinión. Desde mi punto de vista, es sólo un ex presidente.
Carlos Medina Plascencia.
Es un fanstama, que desearía que no se materializara.
César Nava.
Una de las mayores ofensas que pudimos haber tenido. Un proyecto neopriísta que ha mostrado su fracaso, a partir de conocerse el fondo de sus propósitos.
Mauricio Valdés Rodríguez.
El fantasma vivo de la ignominia ya añeja, siempre reiterada, del despojo, del cinismo, del crimen. También el títere con cabeza del odio y del desprecio de muchos de nosotros que no creemos aún en la posibilidad de ver a un político de su envergadura confrontar su responsabilidad frente al país, al cual robó la Presidencia para dejarlo hecho pedazos.
Dana Rotberg.
Justa o injustamente unifica a una gran parte de los mexicanos en su contra, incluso con un consenso mucho mayor al que alcanzó cuando era presidente.
Cecilia Soto.
El promotor de la peor crisis económica. Representa también la concentración de la amargura que tiene el pueblo, pero habrá que esperar para que se haga justicia. No podemos dejar que la ira caiga sobre alguien que ya terminó, hay que esperar.
Manuel Talamás Camandari.
Un personaje muy controvertido, no solamente por sus acciones, sino también por su familia y, concretamente, por su hermano. Y además, dentro del gran contexto de la publicidad que se ha manejado en contra, ya no sabemos hasta qué punto sea cierta una cosa y qué no. Esa publicidad impacta en forma negativa, más allá de que sea culpable o inocente.
El Ejército, en aspectos de juzgar a políticos, no lo hace. No es parte de las funciones de la institución. Cumple sus órdenes, están los canales adecuados y se obedece a mecanismos.
General Alvaro Vallarta Ceseña.
Nada, un ratero.
Juan.
Representa el último esfuerzo del sistema político autoritario que está en agonía. Es su mejor símbolo.
Luis Felipe Bravo Mena.
Representa la historia negra de un sistema político que ya no resistía la dinámica de partido de Estado, y que hizo crisis desde el año de 87.
Armando Quintero.
La sociedad lo ve como el villano favorito, como el personaje que concentra todo el descontento popular por los errores y abusos que cometieron varios.
Fidel Samaniego.
Lo que en su momento representaron Echeverría, López Portillo y Miguel de la Madrid. Lo que representan 30 años de crisis recurrentes.
Juan de Dios Castro.
Es el símbolo más depurado de la corrupción que reina en nuestro país.
Jesusa Rodríguez.
Es el abanderado en el exilio del grupo neoliberal que nos gobierna.
Carlos Mendoza.
Representa el haber provocado nuevamente el resurgimiento de los grupos de oposición. Estamos en la consecuencia lógica del agotamiento del sistema. Con Salinas hizo crisis el viejo sistema del régimen que hoy se está viviendo.
Ernesto Ruffo.
Lo que yo opine no tiene la menor importancia. Lo valioso es el juicio que pueda tener sobre él y su trabajo todo el pueblo de México.
Xicoténcatl Leyva.
Una mentada.
Vicenter Fox.
Es innegable que hay una serie de obras materiales y aportes al proceso de desarrollo del país. Aportó los aspectos positivos de la apertura, el TLC, la creación de infraestructura, como fue el desarrollo carretero...
Eduardo Andrade.
Esta evaluación la debe hacer la población en general. El no haber podido lograr una transición, que se pudo haber hecho desde tiempo atrás y que él tuvo la oportunidad de hacerla. El modelo y la implementación de ese modelo neoliberal, que es lo que nos tiene inmersos en estos gobiernos.
Carlos Medina Plascencia.
El proceso de restructuración de la economía en sus dos vertientes: las privatizaciones de sectores estratégicos y una verdadera apertura comercial, dentro del marco de la globalización, particularmente con la firma del TLC.
Alberto Anaya.
No tengo esa capacidad de discusión o de juzgar a un ex presidente de la República. Será el pueblo de México y la historia, ya cuando lo vean en su proyección apropiada, los que juzguen.
General Alvaro Vallarta Ceseña.
Un juicio justo, porque no se trata de linchar a nadie, y un lugar en la historia, objetivo, con todo lo negativo que le dejó al país.
César Nava.
Francamente no he pensado que en la labor de Carlos Salinas haya algo que pueda considerarse como una aportación en favor del país.
Vicente Fuentes Díaz.
Hay una enorme parte de la sociedad agraviada con el desarrollo de un gobierno no electo y ese agravio no se cura todavía.
Ernesto Navarro.
El país no le debe nada. Le debe de cobrar. Allí están las enormes cuentas de su hermano, y las que se presume tiene el resto de la familia. Eso amerita que se hiciera algún balance de corte moral, ético, y que devolvieran al país lo que le quitaron.
Mauricio Valdés Rodríguez.
Abrió esquemas en lo político cuando se rompió la hegemonía del PRI, la alternancia fue un hecho. Además, se restituyeron derechos humanos al modificar los artículos 130, 82 y 3o. de la Constitución. Pero dicen los salmos que el bien mal hecho es peor que lo crudo y rudo.
Luis Felipe Bravo Mena.
No creo que el pueblo de México le deba algo. El país no puede ni se siente que le tenga que deber algún reconocimiento. No veo los saldos positivos.
Cristóbal Arias.
Más que nada el desastre nacional de imponer a sangre y fuego el modelo económico.
Gilberto López y Rivas.
Se requiere más lejanía para contestar, pero en principio una parte importante de las últimas crisis se debe al modelo y la forma como lo impuso, apenas con el consenso de una pequeña élite mexicana y una importante élite internacional. A rajatabla.
Cecilia Soto.
La profunda crisis en la que estamos.
Leonel Godoy.
Hay otros temas tan importantes en el país que francamente no creo que sea relevante el discutir esto.
Gabriel Jiménez Remus.
¿Deberle, como si fuera un gran dios? Creo que no. Pienso más bien que sus aportaciones están por analizarse y debe hacerse desapasionadamente.
Fidel Samaniego.
México no le debe nada. La columna de activos palidece ante los pasivos que deja.
Ricardo García Cervantes.
La consolidación de la red de narcotráfico y lavado de dinero, y la vergüenza de volverle a abrir las puertas al Vaticano. Y el tiro de gracia a Mesoamérica con las reformas al 27 constitucional.
Jesusa Rodríguez.
El haber contribuido a la enorme crisis que estamos padeciendo en todos los órdenes.
Antonio Roqueñí.
El desengaño, el habernos dado cuentas de vidrio por oro. Y que puso a México ante el espejo de sus propias miserias y nos destapó nuestras debilidades.
Adolfo Aguilar Zinser.
Le deben los grandes capitales que se beneficiaron con su proyecto de desarrollo y del TLC. La parte negativa que representa es toda su política social porque continúan los niveles de pobreza.
Tonatiuh Guillén.
México no le debe nada a ningún individuo salvo a los grandes héroes, y él está muy lejos de ubicarse en ese panorama.
Xicoténcatl Leyva.
El TLC. Lo malo fue que nos hizo creer que era una labor muy sólida y que ya estábamos en los umbrales del primer mundo; todo fue un chasco.
Manuel Talamás Camandari.
Creemos que fue positivo modificar el artículo 130, pero habría que considerar por qué lo hizo. Hay quien piensa que lo hizo para tener una mejor imagen y reelegirse.
Genaro Alamilla.
Nada.
Juan.
Una celda en Almoloya.
Carlos Mendoza.
El haber sentido una ilusión de que íbamos a entrar al primer mundo. Hoy le debemos el desorden político que vivimos y, sobre todo, Chiapas.
Ernesto Ruffo.
Objetivamente, Salinas fue autor de importantes reformas en el ámbito económico, algunas de las cuales son rescatables. Pero Salinas debe con creces una explicación de lo que hizo, por lo cual el país no le debe nada.
Raúl Padilla López.
Las modificaciones a los artículos 27 y 130 de la Constitución y, desde luego, el proceso de privatización de los bancos, con sus saldos positivos o negativos.
Alberto Anaya.
Con respecto a qué. Declaraciones, información o alguna explicación sobre su gestión no tiene ni caso preguntarle. Ya son públicos sus errores. Más que hablar de qué le debe, me parece que no es sólo la responsabilidad de un hombre, sino de todo un sistema y un partido. Quien tiene que rendir cuentas no es sólo Salinas, sino también el PRI.
Carlos Medina Plascencia.
No me dejo llevar por un sentimiento o por la publicidad. Sobre los hechos, juzgo.
General Alvaro Vallarta Ceseña.
Hay que ver qué es lo positivo y reconocer que cada uno ha tenido una faceta negativa.
Eduardo Andrade.
Creo en el arrepentimiento y en la conversión de las personas, y si Salinas está consciente de lo que le hizo al país, le debe muchas horas de trabajo. El podría hacer algunos gestos para recuperar la credibilidad de la política.
César Nava.
Que pueda ser procesado y castigado de acuerdo a las leyes.
Miguel Alonso Raya.
Explicaciones sobre muchas cosas. Entre otras, la amplitud de facultades que le dio a sus parientes y algunos de sus colaboradores.
Mauricio Valdés Rodríguez.
Salinas le debe al pueblo su prudencia, su paciencia, su responsabilidad, el no haber reaccionado de forma airada a su llegada al poder, aún manchado de impunidad. Le debe haberse beneficiado, él y su familia, junto con un grupo de amigos poderosos, del poder público y que hasta la fecha haya impunidad.
Cristóbal Arias.
Todo. Debiera estar en la cárcel y todos sus bienes debieran de ser expropiados para beneficio del pueblo.
Gilberto López y Rivas.
Una inmensa frustración civil, un montón de muertos en la oposición, la sorpresa gloriosa del primero de enero y muchos más muertos después, hasta hoy. La criminal desvergüenza de un sistema financiero sustentado en la impunidad, la institucionalización del narcotráfico, la caída de la mediana y pequeña industria, una clase media pauperizada una vez más, el patético chiste de Solidaridad, su delfín asesinado y la instauración de la conciencia de que el país perdió toda referencia de un estado de derecho.
Dana Rotberg.
Haberlo hecho presidente.
Juan Velázquez
A México le debe todo, sobre todo una explicación puntual de varias cuestiones muy oscuras; por ejemplo, las decisiones que se tomaron con los tesobonos, y el debilitar la candidatura de Luis Donaldo Colosio
Cecilia Soto.
Qué no le debe. Todo, le debe todo.
Ramón Sosamontes.
Creo que debe - y no nada más él - varias explicaciones a la sociedad. Sin embargo, parece que cuando lo ha intentado hay una reacción general en los medios para señalar que prepara su regreso o que ataca de nuevo... En fin.
Fidel Samaniego.
Las explicaciones de cómo se enriquecieron él, su familia y allegados.
Juan de Dios Castro.
En la medida que la impunidad y la simulación dañaron a las instituciones, todo el esfuerzo para su restauración es con cargo a la gestión de Carlos Salinas.
Ricardo García Cervantes.
Le debe regresar todo lo que se llevó; tiene la honra de nuestro país y le debe regresar todo lo que le escatimó en materia de democracia.
Vicente Fox.
Una explicación y una montaña de responsabilidad.
Adolfo Aguilar Zinser.
Una explicación de las omisiones en que incurrió. Su deuda son los efectos de sus políticas que generaron esos 40 millones de pobres que tenemos.
Edgar Cortés.
Todo lo que se robó y la certeza para muchos mexicanos de que él no los engañó, sino que se dejan engañar fácilmente.
Jesusa Rodríguez.
Que no lo ha llamado todavía a cuentas.
Genaro Alamilla.
El haber sido uno de los presidentes con más poder en la historia contemporánea del país; la gloria de su momento como gobernante; el estar a un paso de dirigir la Organización Mundial de Comercio.
Tonatiuh Guillén.
Muchísimos millones de dólares y una reparación al honor de la patria, probablemente impagable para él.
Antonio Roqueñí.
Mucho dinero; si lo regresara y nos tocara algo a nosotros compraríamos casa y dejaríamos de rentar.
Juan.
Salinas no vio por México, vio por el poder y para el poder. Pretendió construir una nueva generación política para mantener el control del país por muchos años. Las consecuencias de esa perversa visión es lo que le debe Salinas a México: la falta de estabilidad política, de paz y la crisis económica que vivimos.
Ernesto Ruffo.
La gran nobleza del pueblo mexicano, que en lugar de enjuiciarlo estamos en cómo solucionar el caos que dejó.
Agustín Rodríguez.
No tiene ninguna. Eso es definitivo.
Eduardo Andrade.
Mientras sea el dueño de Telmex, mientras siga percibiendo millones de pesos por ese monopolio y otras empresas suyas pero con prestanombres, sigue teniendo una influencia capital en lo que ocurre en el país. Hasta en el gobierno.
Jesusa Rodríguez.
En diez años podría hacerse una evaluación más completa, menos apasionada.
Alberto Anaya.
En el actual gobierno sí, hay muchas personas que están muy ligadas a él. En la sociedad no creo. Hasta el propio PRI se ha encargado de satanizar a su ex presidente.
Carlos Medina Plascencia.
No creo que haya influencias. Ningún ex presidente tiene influencia. El general Lázaro Cárdenas terminó con esas posiciones de ex presidentes, con toda claridad.
General Alvaro Vallarta Ceseña.
El probablemente no influya de manera directa, pero allí están los suyos, desde José Córdoba -quien guarda relación con el presidente Zedillo- hasta el gobernador del Banco de México y muchos más.
Mauricio Valdés Rodríguez.
En el gobierno mexicano no.
Vicente Fuentes Díaz.
No hay una ruptura con la forma en que se ha conducido al país con respecto a todo el proyecto neoliberal, así que sí la hay.
Gilberto López y Rivas.
La ignoro. Los recovecos de la podredumbre de influencias y conveniencias que se manotean en el PRI rebasan por mucho mi imaginación.
Dana Rotberg.
En materia económica su modelo sigue vigente, y en materia política está completamente derrotado. El costo de la gran tramoya que construyó es el ostracismo y repudio que padece.
Armando Quintero.
La huella de Carlos Salinas y el peso de sus orejas se sigue sintiendo. Se consolidaron grupos económicos con mucha fuerza política que siguen marcando el sentido de las grandes definiciones en el actual gobierno.
Jesús Zambrano.
En la gestión de Carlos Salinas se fortaleció una oligarquía política y económica que está actuando, que es influyente y, sobre todo, peligrosa.
Ricardo García Cervantes.
La desconozco.
Juan Velázquez.
Ese no se ocupa de nosotros, ni se acuerda, ¿cómo va a influenciarnos?
Juan.
A Zedillo le dijo: ``Tus enemigos serán mis enemigos'', y se lo sigue recordando. Mantiene una permanente amenaza hacia el Presidente y espera que termine su mandato para lanzar una ofensiva contra él.
Ramón Sosamontes.
No creo que encabece una corriente en su partido, pero es un punto de referencia constante para este gobierno.
Cecilia Soto.
Creo que a veces se exagera mucho con la idea del gran ser que está al acecho y que va a venir a cambiar las cosas.
Fidel Samaniego.
El gobierno de Zedillo fue electo por dedazo. Ahora trata de no dañar a Salinas en el caso de que se le comprueben manejos inadecuados. Quizá por eso no se han esclarecido los magnicidios ni el asesinato de Posadas Ocampo.
Manuel Talamás.
Toda. Creó dos tipos de funcionarios: los accionistas que siguen ahí y los gerentes que eran algunos secretarios de Estado, uno en particular llegó a ser el Presidente por mera casualidad.
Adolfo Aguilar Zinser.
Es su antecedente inmediato. Para la sociedad representa una gran rabia de la memoria popular.
Antonio Roqueñí.
Es poca la influencia que tiene en el gobierno de Zedillo. Esa relación ya entró en conflicto, ahora hay una revancha entre ambos. Es desafortunado que Zedillo haya tenido que crearse un espacio muy pírrico en términos políticos a costa de Carlos Salinas, pero tampoco veo decisión del Presidente para cumplir con sus obligaciones. En la sociedad ya no tiene influencia Salinas, sin embargo, me parece que todavía conserva lealtades y sus aliados, como los de otros grupos políticos del pasado, pretenderán participar en la sucesión presidencial.
Vicente Fox.
Es la inspiración del gobierno de Zedillo.
Carlos Mendoza.
En el plano económico, toda. Zedillo insiste en seguir con la misma política que con el Fobaproa ha demostrado que es un fracaso.
Agustín Rodríguez.
Es claro que el grupo en el gobierno federal es consecuencia del gobierno de Salinas y hace un gran esfuerzo para mantener la continuidad de ese grupo en el poder, pero no le salen las cosas. Para ellos no existe el largo plazo, sino la inmediatez para sobrevivir, y esa es la Presidencia de la República.
Ernesto Ruffo.
Hay que aprender del caso chileno: queremos una historia en la que no haya héroes ni villanos, y que él encuentre el lugar que, para bien o para mal, ocupó en este país durante su sexenio.
César Nava.
Por motivos políticos es probable que no sea posible, pero si hubiera motivos jurídicos, la PGR tiene la palabra.
Alberto Anaya.
Debe regresar para rendir cuentas.
Edgar Cortés.
Está en libertad de decidirlo él.
Carlos Medina Plascencia.
No soy nadie para decirlo. Hay que ser respetuoso de las decisiones personales y legales que se hagan.
General Alvaro Vallarta Ceseña.
Es un ciudadano mexicano, goza de sus derechos políticos y puede entrar y salir del país libremente como cualquiera. Si incluso los extanjeros, con las limitaciones que impone el artículo 11, lo hacen, él por qué no.
Eduardo Andrade.
(Si regresara) vendría a elevar los niveles de rencor, a catalizar grupos de presión y a contribuir a una desestabilización. Se enrarecería mucho más el ambiente político y su presencia no contribuiría al avance de la transición.
Miguel Alonso Raya.
Debe regresar lo que tiene guardado en sus alforjas. De lo demás que se encargue la justicia inmanente, porque la terrena ha logrado evadirla.
Mauricio Valdés.
No quiero meterme en esa pregunta. Lo interesante es saber qué opina el pueblo porque si yo digo algo puede pensarse que tengo un prejuicio o un interés político, pero yo no le guardo rencores a nadie.
Xicoténcatl Leyva.
Claro que debe regresar, para ser juzgado por los tribunales por todos los crímenes que ha cometido contra México.
Gilberto López y Rivas.
Derechito al bote.
Dana Rotberg.
Valdría la pena que regrese siempre y cuando se le abra juicio político. Si no es así, que siga viviendo en las sombras largas.
Armando Quintero.
¿Por qué no? Si es su país.
Juan Velázquez.
Es una figura que no puede ser discreta, es muy visible tanto por razones de símbolo negativo como por intentos de recuperación de espacios políticos. Lo recomendable es que no vuelva a la política nacional.
Tonatiuh Guillén.
Sí, que regrese, y que las autoridades lo interroguen y, pues si sale algo, que le apliquen la ley como al que se roba la leche.
Genaro Alamilla.
No, que no regrese, ya robó mucho y por él estamos así.
Juan.
Por supuesto que debe regresar y enfrentar la justicia, la del pueblo y la que marca la ley.
Ramón Sosamontes.
Para lo que está viviendo el país creo que es irrelevante el regreso. Y en todo caso, es una decisión de él. No sé si lo esté pensando realmente.
Fidel Samaniego.
Lo deben traer para que responda a los reclamos de los mexicanos.
Leonel Godoy.
La Constitución establece una serie de garantías que no hacen distingo de los mexicanos. Si regresa o no está fuera de discusión.
Juan de Dios Castro.
Su capacidad de maniobra se siente, aunque esté en cualquier parte. Debería regresar para enfrentar un juicio apegado a derecho.
Ricardo García Cervantes.
Debe regresar lo que se llevó. ¿Físicamente? Pues, el 99.9% de los mexicanos considera que sigue teniendo un lugar reservado en Almoloya.
Jesús Zambrano.
Debe regresar algun día. Por lo pronto que se quede leyendo a Joyce.
Cecilia Soto.
Definitivamente es muy desagradable que regrese, pero debería estar junto a Raúl en Almoloya. Quién sabe si se soporten juntos, pero tal vez debieran estarlo, o por lo menos en celdas contiguas.
Jesusa Rodríguez.
Moralmente no debería regresar a México, pero carece de moral.
Antonio Roqueñí.
Debe regresar a enfrentar los cuestionamientos y las denuncias para que se haga justicia. Si la justicia decide en su contra, que se le asigne el castigo que merece.
Vicente Fox.
Claro que debe regresar, para rendir cuentas y asumir responsabilidades.
Adolfo Aguilar Zinser.
Por supuesto que debe regresar, pero a las calles, donde está la gente, porque creo que la gente se haría justicia; no hablo de un linchamiento, sino que la gente lo pondría en su lugar.
Carlos Mendoza.
Ni lo mande Dios, sólo que fuera para que lo enjuiciaran.
Agustín Rodríguez.
Su presencia física en el país no es un factor que perturbe la vida nacional; desde el extranjero puede hacerlo sin problema.
Gabriel Jiménez Remus.
Espero que un día no muy lejano regrese. Aunque le pronostico algunos años más en Irlanda. Si regresa provocará una agitación política pero lo hará sólo si le conviene a él y a su grupo político.
Ernesto Ruffo.
De venir, su vida correría mucho riesgo. La ira, la amargura y la catástrofe económica que creó podría generar que alguien piense: ``¡Ah, por tu culpa, y pum, pum, pum!''.
Manuel Talamás Candari.
Es lo de menos. Salinas debe aclarar cosas pendientes, incluyendo lo relativo a su hermano. Se insiste mucho en exculpar al ex presidente diciendo que tenía un hermano incómodo, pero para que éste exista tiene que haber un hermano cómplice. Debe regresar por lo menos para aclarar esto.
Raúl Padilla López.
Se disculparon de muchas maneras: ``No soy la persona indicada''; ``mejor hablemos del futuro''; ``no, hijo, de eso no''; ``ustedes entenderán que ahora no conviene''.
Las siguientes son algunas de las personas que prefirieron no opinar sobre qué siaagnifica Salinas hoy.
Fernando Solana Morales, senador y ex canciller.
Pablo Hiriart, director del diario La Crónica.
Manuel Bartlett, gobernador de Puebla y ex secretario de Gobernación.
Patricio Chirinos, gobernador de Veracruz.
Pedro Aspe, ex secretario de Hacienda y director de Pulsar.
Sergio García Ramírez, abogado y vocero de la Corriente Renovadora del PRI.
Rodolfo Echeverría.
Juan Sánchez Navarro, ideólogo empresarial.
David Ibarra, ex secretario de Hacienda.
Agustín Basave, ex presidente de la Fundación Colosio.
David Fernández. Ex director del Centro Miguel Agustín Pro.
Arturo Whalley, dirigente del Partido Democracia Social.
Manuel Camacho Solís, ex regente y dirigente del Partido Centro Democrático.
Enrique del Val, ex subsecretario de la Sedesol.
Ramón Aguirre Velázquez, ex regente.
Marcia Cano, esposa de Manuel Muñoz Rocha.
Francisco Barrio Terrazas, gobernador de Chihuahua.
Jesús Murillo Karam, gobernador de Hidalgo.
No tuvieron tiempo
La apretada agenda de otros no les permitió atender el cuestionario. En ese caso estuvieron:
Carlos Castillo Peraza, ex líder nacional del PAN.
Y los gobernadores:
Otto Granados Roldán (Aguascalientes), (estado de México), Rogelio Montemayor (Coahuila) y Roberto Madrazo Pintado (Tabasco).