Ha actuado la jerarquía católica ``con prudencia'' ante declaraciones de Zedillo, señala Justo Mullor
José Antonio Román Ť La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha sido prudente con respecto a las polémicas y controvertidas declaraciones del presidente Ernesto Zedillo en Chiapas, pues los 20 siglos de experiencia de la Iglesia católica ``aconsejan que poner semillas de paz es siempre mejor que poner semillas de confrontación'', dijo el nuncio apostólico Justo Mullor.
Estimó que estas declaraciones del Ejecutivo, en las que utilizó términos como ``teólogos de la violencia'' y ``apóstoles de la hipocresía'', no han afectado las relaciones entre la Iglesia católica y el gobierno mexicano, incluso -dijo- la próxima visita del papa Juan Pablo II a nuestro país contribuirá a fortalecer los vínculos de respeto y entendimiento mutuo que ya existen.
Mullor García señaló que no vino a México a juzgar los mensajes presidenciales. ``Yo les puedo decir que vine a construir puentes, sigo construyéndolos y seguiré haciéndolo hasta el último día de mi estancia en este país''.
Entrevistado en la parroquia del centro de Xochimilco, a la que acudió hoy una parte de los religiosos asistentes al tercer Encuentro Internacional de Sacerdotes, el nuncio apuntó que aun en medio de las tormentas y diferencias que puedan suscitarse en cualquier ámbito, los hombres de buena voluntad siempre pueden entenderse y dialogar.
Más adelante, se le preguntó sobre el significado que tenía el obispo Samuel Ruiz García, luego de que abandonó la mediación en conflicto chiapaneco.
``Significa simplemente un obispo que tenía una función, digamos política y que ahora ya no la tiene; es un pastor que trata de ser solamente pastor''. respondió.
De acuerdo con el programa de actividades del encuentro sacerdotal, los asistentes fueron divididos en grupos, para visitar diversas zonas pastorales, tanto de la arquidiócesis primada de México, como de varias cercanas, como Ecatepec, Cuautitlán, Texcoco y Cuernavaca. En Xochimilco, Mullor acompañó al prefecto de la Pontificia Congregación para el Clero, cardenal Darío Castrillón, y a medio centenar de sacerdotes que concelebraron.
Por otra parte, el nuncio comentó que América puede ser el continente que evangelice al resto del mundo, pues la mitad de los católicos que viven en el mundo son latinoamericanos. Este es precisamente uno de los grandes temas que se analizan en este momento en el interior de la Iglesia, pero ``lo que hay que evitar es que nuestro continente llegue a extremos de secularización como los que existen en muchas partes de Europa''.
Reconoció que uno de los obstáculos para llevar a cabo la nueva evangelización a la que ha llamado el papa Juan Pablo II es que se está creando un mundo sobre bases absolutamente arreligiosas. Nuestros indígenas y nuestros antecesores tenían fundamentos religiosos, pero por vez primera el hombre moderno encuentra una sociedad totalmente fundamentada en lo económico, lo cual repercute en el pensamiento y actuación de los hombres. Por ejemplo, dijo, ``hoy se mide la felicidad por lo que se tiene y no por lo que se es''.
Entonces ``el gran desafío de todos los sacerdotes -desde el Papa hasta el último cristiano- es hacer del hombre económico un ser humano, un hombre que no mienta, que respete a los demás, que ame a la familia, que ponga a Dios en el centro de la historia, que no haga de su cuerpo un espacio de placer sino el sagrario de la vida. Todo esto se sintetiza en promover los diez mandamientos, para que el hombre sea más humano, y puedan superarse problemas como la corrupción y la pobreza''. Por la noche, a los sacerdotes asistentes al encuentro se les ofreció en el Palacio de las Bellas Artes un acto cultural con el ballet folclórico de Amalia Hernández, el cual fue organizado por el gobierno capitalino de Cuauhtémoc Cárdenas.