La Jornada 9 de julio de 1998

Se abordan puntos nodales, asegura el negociador

José Gil Olmos Ť Emilio Rabasa Gamboa, coordinador gubernamental para el diálogo en Chiapas, rechazó las críticas de miembros de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) de que el plan de distensión presentado por la Secretaría de Gobernación es un documento ``chato'' y ``frustrante'', que no aporta nuevas señales para reanudar las pláticas con el EZLN y distender la situación en aquella entidad.

``No es más de lo mismo'', sostuvo el funcionario, y señaló que la nueva estrategia oficial es por sí misma el primer paso de la voluntad política del gobierno para resolver pacíficamente el conflicto chiapaneco ``sin que haya vencedores ni vencidos''. Agregó que esta iniciativa significa también un impulso en el trabajo de coadyuvancia de la Cocopa para reactivar el proceso de negociación con los zapatistas.

Ayer por la mañana, Rabasa dio seis entrevistas radiofónicas para explicar los cinco ejes del programa de distensión para Chiapas, pero también para responder a las criticas de miembros de la Cocopa y legisladores, quienes aseveran que el gobierno federal no da señales que allanen el camino hacia el diálogo de paz.

``Me parece que es un juicio muy simple, muy llano, nada más decir que en la propuesta no hay un gesto unilateral'', dijo Rabasa tras reconocer que los legisladores tienen derecho de manifestarse, pero que la Cocopa, por ley, sólo es coadyuvante para el diálogo y, por ende, no puede pronunciarse a favor o en contra de la estrategia gubernamental de distensión.

En una de las entrevistas le fueron citadas las palabras del diputado del PRD y miembro de la Cocopa Gilberto López y Rivas, sobre la ``frustración'' producida por una reunión que había generado ``falsas expectativas'', pues el empeño del gobierno con su propuesta era ``decepcionante''.

Al respecto, Rabasa señaló que disentía ``totalmente de esa apreciación'', y sostuvo que no se puede aceptar que se hayan creado falsas expectativas con la estrategia de distensión, cuando el gobierno federal ha decidido ``atacar puntos nodales del conflicto'', como son la incorporación de los municipios autónomos, la solución de los problemas intracomunitarios, el desarme de grupos ilegalmente armados y la instrumentación de programas de atención social.

Agregó: ``Emitir juicios de valor así de genéricos, en términos de que se crearon falsas expectativas y que es una frustración, no contribuye a nada, no le dice nada al público y me parece que sale sobrando''.

En la mayor parte de las entrevistas destacó la idea de incorporar a la legalidad a los municipios autónomos creados por los simpatizantes del EZLN, tomando como instrumento jurídico y político la propuesta de remunicipalización en Chiapas hecha por el gobernador Roberto Albores Guillén.

Precisó que la remunicipalización no sería antes de las elecciones locales del 4 de octubre próximo, y que la creación de los nuevos ayuntamientos se haría sobre todo en aquellas zonas donde la división política es tan fuerte que la mitad de la población es simpatizante de una fuerza y la restante de otra.

En cuanto a la distensión militar, Rabasa insistió en que el Ejército Mexicano se mantiene en Chiapas porque, entre otras razones, el EZLN declaró la guerra el 1o. de enero de 1994. Dijo que una de las condiciones para la salida de las fuerzas castrenses es que los zapatistas hagan formal el retiro de su declaración de guerra contra el Ejército.

También reiteró que el gobierno federal no puede dar el primer paso en el proceso de distensión si el EZLN no da uno recíproco. ``Dar un paso de ciego, eso no es distender'', adujo Rabasa al retomar en varias ocasiones, como ejemplo, los conflictos en El Salvador y Guatemala, en los cuales, indicó, no se daban acciones unilaterales sino recíprocas de distensión.

En ese sentido, dijo que el silencio del EZLN a las propuestas gubernamentales por reactivar el diálogo no detendrá sus esfuerzos por disminuir el deterioro de las comunidades indígenas en la zona de conflicto.

Finalmente, señaló que no tiene información sobre la existencia de grupos paramilitares o ``grupos armados violentos'', como se les denomina en la nomenclatura oficial, afiliados al PRI, los cuales incluso percibirían un sueldo, pero que la solicitará.