Habrá desaceleración económica, pero no afectará el empleo: IP
Antonio Vázquez y Laura Gómez Ť El tercer recorte al presupuesto fue una medida preventiva y oportuna tomada por el gobierno federal para preservar finanzas públicas sanas y compensar la pérdida de ingresos derivada de la caída en los precios internacionales del petróleo, consideraron representantes del sector privado. ``Aunque por ahora nos hicieron caso, exigiremos que para 1999 no se eleven los precios de bienes y servicios ni se aumenten los impuestos, porque esto afectaría a México en su nivel de competitividad y productividad'', afirmaron.
Antes que aceptar más aumentos en impuestos y tarifas, el sector privado propuso reducir gastos superfluos, reorientar la política de subsidios, avanzar en los procesos de privatización del sector eléctrico y energético, ajustar el aparato burocrático, y establecer una plataforma interna que nos haga menos vulnerables a futuras crisis financieras internacionales.
La cúpula empresarial reconoció que es posible que con este nuevo ajuste se observe un menor ritmo de crecimiento económico hacia el segundo semestre del año. Sin embargo, aun con estas nuevas circunstancias prevé un crecimiento anual por encima de 4 por ciento. Frente a un entorno internacional adverso, señaló, pocas economías pueden darse el lujo de crecer a ese ritmo. Lo importante ahora es impulsar una estrategia que permita desarrollar un crecimiento económico sostenido en el mediano y largo plazos.
Descartó que esta medida vaya a provocar mayor desempleo, y añadió que, en el peor de los escenarios, la economía nacional generará entre 600 y 700 mil empleos y no el millón proyectado.
Los dirigentes del sector privado señalaron que aún cuando las medidas anunciadas son dolorosas, son preferibles a incrementar la emisión de moneda o elevar el endeudamiento. Los ajustes, manifestaron, evitarán que se relaje la disciplina presupuestal, ayudarán a mantener la meta de alcanzar un déficit fiscal de 1.25 por ciento del producto interno bruto (PIB) y se enviarán señales positivas a los mercados y a las comunidades económicas nacional e internacional.
Al no incurrir en un déficit mayor al originalmente planeado, se elimina un factor que podría haber resultado en aumentos a tasas de interés y la deuda gubernamental. Al mismo tiempo mantendrá disponible el ahorro en el sistema bancario para el financiamiento del gasto privado.
Eduardo Bours, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), rechazó que este nuevo ajuste calculado en 6 mil 500 millones de pesos coloque a México en una crisis económica o sexenal. La decisión del gobierno es una respuesta oportuna ante los focos amarillos de la economía que detectó el sector privado. Ahora, dijo, ``urge acelerar las reformas estructurales que hemos propuesto, avanzar en la privatización de infraestructura y del sector energético, así como una reforma fiscal que sea promotora más que recaudadora y amplíe la base de contribuyentes''.