La Jornada 8 de julio de 1998

Moreno Uriegas: desprestigió más al partido el crimen de Ruiz Massieu

Elena Gallegos Ť En México se incurre cada vez más en lo que antes tanto ``le criticábamos a los gringos'': hay una tendencia a pervertir la imagen de la política ante el público. Hoy la sociedad percibe que, por principio, ``en los partidos todos somos corruptos, nadie es confiable y, lo que es peor, todos escondemos algo vergonzoso, y de manera desafortunada, se comienza a hurgar en las vidas privadas de los políticos''.

Es la voz de María de los Angeles Moreno, su visión desencantada de cómo manejaron los medios de comunicación los sucesos que en los últimos años la involucraron a ella y a su partido en algo más que controversias electorales.

La senadora Moreno es una de las pocas mujeres que en México han ocupado, en lo que se considera el primer círculo del poder, las más distintas posiciones: dirigente del PRI, lideresa de la mayoría priísta en la Cámara de Diputados, secretaria y subsecretaria de Estado, entre otras. Hace 28 años comenzó su carrera tanto en el Revolucionario Institucional como en la administración pública. Hoy define las diferencias entre el PRI de principios de los años setenta y el de finales de siglo.

``En los setenta el partido tenía prácticamente todas las posiciones de gobierno; sus triunfos no se cuestionaban; alcanzaba porcentajes de votación muy superiores a 50; no había discusión sobre la hoy tan usada gobernabilidad y aún no se planteaba esta idea de la ciudadanización. Era, en fin, una organización muy sólida para la gestión social y para la actividad electoral.

``Casi tres décadas después nos encontramos con que hemos sufrido pérdidas frente al PAN y al PRD y la dura competencia electoral nos obliga a hacer continuas revisiones y a considerar que no basta con ser un partido con sectores y organizaciones fuertes, sino que debe serlo de individuos.

``A esto debe sumarse el que, en general, los partidos en el mundo han perdido la confianza de la sociedad. En este sentido, mi partido se enfrenta al reto de recuperar esa confianza y convertirla en votación mayoritaria.''

--Pero en México hubo razones muy objetivas para que el PRI la perdiera.

--Bueno, sí. Se perdió en amplitud y fuerza la gestión social. Eso tiene que ver con un modelo económico que hoy permea a nivel mundial y que en países en desarrollo como el nuestro, sobre todo con crisis recurrentes, golpea mucho a los sectores mayoritarios de la población.

``Otra de las razones de ello, por cierto muy desafortunada, es el escándalo. La política metida por diferentes cauces en el escándalo personal o partidario. Este ha sido uno de los factores más dañinos porque la gente tiende a pensar que la política es sucia, que en los partidos todos somos corruptos, transas, y que nos dedicamos solamente a satisfacer nuestras ambiciones de poder.''

A la senadora le tocó muy de cerca, como lideresa de la Cámara y como secretaria general del PRI, el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu y ella, entre otros, se convirtió en blanco de las acusaciones del hermano, el entonces subprocurador Mario Ruiz Massieu, hoy prófugo de la justicia mexicana.

--¿Esto cómo le afectó a usted y al PRI?

--Tiene que ver con lo que estábamos platicando: la información vuelta escándalo. Ese asunto fue para mi partido terriblemente enojoso. Agreguemos el antecedente de que también nos afectó enormemente la muerte de un querido amigo nuestro, Luis Donaldo Colosio.

--¿Por eso todo lo que se dijera de ustedes era creíble?

--Sí, pero ¿por qué? Nuestro mejor candidato, nuestra mejor opción en mucho tiempo era Luis Donaldo Colosio, un priísta de cepa, con carisma, representatividad, relaciones. Un hombre joven, simpático, ¡y nos lo matan! Curiosamente empieza a correr el rumor de que fuimos los propios priístas quienes lo asesinamos: ¡un desastre!

``Nadie lo demostró pero ahí quedó la mancha. Alguien decía `calumnia, que algo queda'. Si se hubiera señalado `pudo haber sido un priísta', a lo mejor, pero no: se generalizó. Si a eso le añadimos un conjunto de cosas, yo no digo que totalmente falsas pero sí tan exageradas que llevaron a la simplificación de afirmar que una sola persona provocó el empobrecimiento o la desgracia del país, banalización que a la gente le caló (no lo dice, pero se entiende que habla de Carlos Salinas de Gortari) .

``Entonces se aseguraba: `¡Aaah! Lo que nos pasa es porque son corruptos, ladrones, asesinos, porque no se ponen de acuerdo'. Y algunas de esas afirmaciones nos pegaron particularmente con Mario Ruiz Massieu.''

Confiesa que aún ahora abordar aquel asunto es ``una pesadilla''. Continúa: ``Usando una posición privilegiada como subprocurador general, cargo que se inventó, Mario no se dedicó a investigar sino a denunciar sin probar, a filtrar información; aprovechó la infraestructura de que disponía para acusar. El fue uno de los que dijo que el caso Colosio se atoró porque un grupo de priístas no permitía avances y que la dirigencia del partido se oponía a que se esclareciera el crimen de su hermano.

``¿De dónde sacaba eso? Pues de su cabeza. Hubo en él la intención de golpear al PRI por medio de la calumnia y el desprestigio.''

--En esos términos, ¿fue más costoso el segundo crimen?

--Sí, en el caso de Luis Donaldo se sembró por ahí la duda, pero en el de José Francisco la gente llegó a estar convencida de que era un asunto de componendas o de desacuerdos internos entre los priístas, porque de alguna manera ése fue el contenido del primer boletín que produjo Mario. ¿Por qué? Pues porque quiso, y era no sólo el investigador sino el hermano, cosa que de por sí chocaba contra cualquier ortodoxia.

--¿Iba contra la ley?

--¡Claro! Pero no sólo eso: nunca presentó las pruebas de las que habló. Eso sí, escribió libros.

--También a usted le tocó la solicitud de licencia de Manuel Muñoz Rocha, desaparecido desde entonces y a quien se mencionó como el vínculo entre Raúl Salinas de Gortari y quienes organizaron el asesinato del secretario general del PRI.

--Eso fue en la Cámara de Diputados.

--¿La forma en que se dio hizo creíble la tesis de Mario Ruiz Massieu de que todo el enredo se debía a un pleito entre priístas?

--Sí, hubo una falla de comunicación, pero por otro lado un exceso en producir escándalo, abonado por la información que manipulaban Mario y quienes lo acompañaban en esto. El se dedicó a decir que posiblemente era falsa la solicitud y que tenían ubicado a Muñoz Rocha. Le insisto: nunca probó nada; lo que sí hizo fue una campaña de medios muy bien orquestada.

A medida que la conversación ahondaba en el tema, el rostro de María de los Angeles Moreno, generalmente poco expresivo, se endureció. Por instantes, una mueca de enojo la delataba. Pero siendo como es, terminó conteniéndola.

--Y usted estaba en medio.

--Yo estoy absolutamente tranquila. En esas fecha se remachó tanto el asunto que uno ya no sabía si se estaba hablando del documento o del crimen mismo. Yo quiero recordarle que las solicitudes de licencia llegan por distintos medios a la Cámara de Diputados y que entonces (octubre de 1995) estábamos en receso. Por eso estaba operando la Comisión Permanente, que en ese periodo le tocaba presidir al Senado.

``La solicitud de licencia de Muñoz Rocha se turnó a la Permanente; el dictamen grafoscópico de la firma fue hecho por peritos de la PGR, quienes señalaron que era auténtica. En la sesión en la que se discutió muy agriamente y se aprobó había otras tres solicitudes. ¿Dónde estaba yo ese día? En mi oficina. Yo no formaba parte de la Comisión.

``El documento está todavía en los archivos de la Comisión Permanente. Han tenido acceso a él los que han querido revisarlo. Ha ido y venido a la PGR y ahí sigue.''

--Lo grave fue que la gente creyó las acusaciones contra los priístas.

--¡Sí, claro! Por eso le digo que uno de los factores más importantes fue cómo se manejó la información, cómo se distorsionó y en qué ánimo estaba la sociedad para creerlo. ¿Dónde estábamos entonces? Habían matado al cardenal Posadas; se dijo que fue el narcotráfico. Habían asesinado a nuestro candidato en forma por demás terrible; habían matado al secretario general del PRI.

``Todo sucedía en un clima enrarecido y de golpes que se asestaban a México desde el exterior. No lo puedo probar, pero desde esa época señalé que me parecía que fuerzas oscuras --el narcotráfico, por ejemplo-- estaban actuando para desestabilizarnos y que había intenciones de que el partido gobernante que durante décadas había mantenido la tranquilidad social fuera deslegitimado para provocar el desorden.

``Cuando hay descomposición porque irrumpen fuerzas como las del narco existe el interés de romper el eje del gobierno y lesionar al partido mayoritario que por muchos años sirvió de defensa de la soberanía, de factor de unidad y cohesión social. Ese partido se encontraba en la condición de tener que explicar que no había matado a su candidato a la Presidencia ni a su secretario general.''

Ignacio Pichardo Pagaza y María de los Angeles Moreno, en es entonces dirigente y secretaria general del PRI, fueron señalados como participantes en la conspiración priísta denunciada por Ruiz Massieu. En las últimas semanas de su mandato, Carlos Salinas de Gortari reunió a los tres.

--Fueron varios los encuentros. Yo sabía que Mario mentía y ocultaba información. No me quedaba claro por qué.

--¿Y el presidente Salinas?

--Al decidir que Mario investigara la muerte de José Francisco, él buscaba que la gente le creyera. El siempre nos dijo que por ser el hermano del muerto, Mario debía darle a la sociedad un grado mayor de confianza en cuanto a la investigación del crimen.

--¿Para que no se repitiera lo del caso Colosio, en cuyas investigaciones nadie creía?

--¡Exactamente! Ese fue otro factor clave: la incredulidad. Esta era muy lamentable porque la actuación institucional debe sustentarse en la confianza pública, y si se pierde ésta, se pierde efectividad. Ese era un gran problema para todos nosotros.

A unos días de concluir la administración de Salinas, el Patronato de la Mujer del Año decidió otorgar ese reconocimiento a María de los Angeles Moreno, cuya imagen pública se había deteriorado por las imputaciones de Ruiz Massieu. El acto se efectuó en Los Pinos y se interpretó como un desagravio para ella.

--Eso no tuvo nada que ver con lo otro. Yo quiero separarlo. El patronato es una asociación civil muy respetada y que se constituyó hace más de 30 años. Yo fui líder de la Cámara, gané el Senado en el Distrito Federal; eso fue lo que ellas quisieron premiar.

--En el contexto ¿a usted le favoreció?

--¡Nooo! Bueno, sí en cuanto a que hubo un grupo que quiso distinguirme, pero la duda ya había sido sembrada, por lo que me dedicaron agrios comentarios y caricaturas muy sarcásticas. En esa circunstancia tan adversa e injusta, muchos pensaron que la decisión era una forma de protegerme a mí y al grupo con el que supuestamente estaba aliada.

``Mario, en cambio, se había convertido en héroe porque aparentemente se estaba atreviendo a desafiar al gobierno y al PRI. La gente lo celebraba y no se analizaba que no había pruebas de lo que decía y que estaba ocasionando un daño moral terrible a las instituciones, al partido, pero sobre todo ¡al país!''

--¿Cómo andaba su ánimo?

--Yo no tenía nada que temer. Tantos golpes me hicieron lo que a los boxeadores: me crecí al castigo y en lugar de amilanarme o deprimirme me fui para arriba. Decidí pelear y argumentar. Mucha gente me reclamó: `¿Por qué no te defiendes?', y yo les contestaba: sí lo hago, en la tribuna, dando entrevistas; lo que pasa es que no se reproduce mi versión. Porque ese fue otro de los factores: todo lo que Mario decía alcanzaba grandes titulares en los medios, y lo que yo señalaba no se publicaba o se distorsionaba.

--¿A qué se lo atribuye?

--A una actitud general antigubernamental y anti PRI. Otra vez se había sembrado la duda de si eran los conflictos interpriístas los que habían llevado a los asesinatos y esta repetición ponía al partido contra la pared. Se olvidaban de un golpe, porque a veces tenemos flaca memoria, todos los años del PRI hegemónico, victorioso, de avanzada, constructor de instituciones, gestor social.

--¿Cree que al llegar un panista a la Procuraduría General de la República hubo un uso partidario de las investigaciones?

--Creo que hubo, por decir lo menos, actuaciones poco sustentadas. No lo puedo demostrar --cavila--, pero me parece que sí se dio una cierta orientación partidaria que no fue adecuada.

--¿Cuál fue la lección que aprendieron los priístas de todo eso?

--Primero, que hay cosas contra las que uno no puede luchar; segundo, que no hemos aprendido a conciliar la libertad de expresión con la responsabilidad de comunicar; tercero, que todos, no sólo los priístas, debemos saber manejarnos con respeto y claridad en este nuevo contexto de sistema de partidos.

--¿Cuál sería el balance?

--¿Para el PRI? El balance es positivo si hacemos un análisis objetivo, ecuánime, crítico, y si pesamos los logros de décadas, pero si nos dejamos arrinconar en los últimos seis u ocho años, pues sí tenemos que reconocer que se registran bajas muy pronunciadas en la producción, crisis financieras recurrentes.

Insiste en la defensa: ``¿Por qué buscar nada más en los últimos años? ¿Por que no nos dejamos de cuentos y generalizaciones? ¿Por qué decir que todos somos corruptos? ¿Por qué satanizar al conjunto y señalar que todos somos asesinos? ¡Eso no es cierto! Yo soy tan mexicana y tan honesta como cualquiera''.