La Jornada 6 de julio de 1998

NO PASARON

Reuters, Afp y Dpa, Portadown, 5 de julio Ť Soldados británicos impidieron hoy que unos 6 mil miembros de la cofradía protestante de la Orden de Orange penetraran en zonas católicas de esta ciudad y la vecina localidad de Drumcree durante su tradicional desfile anual.

Esta noche, horas después de concluido el desfile, se registraron actos de vandalismo en Belfast y otras ciudades, donde jóvenes incendiaron automóviles y barricadas de llantas y lanzaron cocteles molotov contra construcciones. Durante el desfile se registraron incidentes menores.

Desde hace dos días, fuerzas de seguridad británicas levantaron barricadas empleando contenedores, planchas de metal y concreto, así como alambre de púas, y cavaron zanjas para impedir que el desfile de la Orden de Orange pudiera pasar por zonas católicas. Testigos señalaron que fueron erigidos verdaderos fuertes en torno a los barrios católicos a lo largo de los tres kilómetros del recorrido del desfile entre ambas ciudades norirlandesas.

En años anteriores, el desfile tradicional de los orangistas terminó en violentos enfrentamientos con los católicos, quienes consideran la marcha como una provocación, pues ésta conmemora la victoria del rey protestante Guillermo de Orange sobre la población católica irlandesa en el siglo XVII.

El pasado fin de semana la Comisión de Desfiles de Irlanda del Norte prohibió a los orangistas recorrer barrios católicos entre Drumcree y Portadown, pero la Orden, que cuenta con más de 800 mil afiliados en toda Irlanda del Norte, aseguró que desafiaría a la comisión y haría su recorrido tradicional como todos los años.

Testigos dijeron que miembros de la Orden de Orange, ataviados con bombines y bandas anaranjadas, se detuvieron unos minutos frente a las barricadas que los separaban de las zonas católicas antes de dar marcha atrás y proseguir tranquilamente hasta Portadown.

Algunos orangistas lograron que la policía los dejara pasar por los barrios católicos luego de que la policía les advirtió que serían arrestados si provocaban a los católicos o si comenzaban algún desorden. A diferencia de años anteriores, en que los orangistas tocaron tambores durante su recorrido, esta vez la marcha se efectuó en silencio.

En otros retenes, los orangistas permanecieron durante horas frente a las barricadas, afirmando que sólo se irían cuando pudieran cumplir con el recorrido tradicional del desfile.

Dos mil soldados y policías británicos fueron desplegados a todo lo largo de la ruta recorrida por la Orden de Orange armados con escudos y cascos para impedir enfrentamientos entre católicos y protestantes. Algunos líderes orangistas intentaron entregar mensajes de protesta dirigidos a las autoridades británicas, pero ninguno de los agentes quiso aceptarlos.

Los soldados y policías vigilaron también que la población católica se mantuviera alejada del desfile durante el cual sólo se registraron esporádicas explosiones de petardos. Por la noche el grupo paramilitar protestante de la Fuerza de Voluntarios Leales (FVL) hizo llamadas telefónicas de amenaza a la redacción de un periódico de Belfast. Los supuestos voceros del grupo dijeron que si algún orangista resultaba herido por las fuerzas británicas el FVL lo consideraría ``una declaración de guerra''.

La relativa tranquilidad en la que se llevó a cabo el desfile de la Orden de Orange hizo que el primer ministro británico Tony Blair señalara que durante la jornada hubo ``signos de que ambas partes están pensando en el futuro y sobre cómo pueden ser resueltos los problemas''.

Pero durante las últimas horas del domingo la policía de Belfast disparó en al menos dos ocasiones balas de goma contra grupos de jóvenes que incendiaron una decena de automóviles y bloqueron varias calles con llantas que quemaron. Incidentes similares se repitieron casi simultáneamente en varias localidades, entre ellas Ballymena, Millisle, Lisburn, Carrickfergus y Antrim, todas ellas consideradas bastiones protestantes.

En Newry, ciudad de mayoría católica, la policía arrestó a ocho persona que intentaban prenderle fuego a al edificio de una organización protestante.

Desde el jueves y hasta el sábado pasado, a lo que siguió la quema de varios edificios de la Orden de Orange. Las autoridades atribuyeron la quema de templos católicos a miembros del FVL quienes, dijeron, actuaron en represalia por la orden de que el desfile de los orangistas recorriera las zonas católcias.

Tanto la Orden de Orange como la FVL, se oponen a los acuerdos de paz firmados el pasado 10 de abril por los gobiernos de Gran Bretaña e Irlanda en los que se prevé la creación de nuevas instituciones para poner fin al gobierno central británico sobre el Ulster, así como la eventual reunificación de la provincia con el territorio irlandés en caso de que la mayoría de la población se pronuncie a favor de esta medida en un referéndum.

El pasado fin de semana se eligió la Asamblea para Irlanda del Norte, principal organismo planteado en los acuerdos. La mayoría de los 108 escaños quedó ocupada por partidos que apoyaron desde un principio los acuerdos de paz.