La Jornada 6 de julio de 1998

Washington quiere expulsar, no regular a los migrantes: obispos

José Antonio Román Ť La falta de voluntad política del gobierno de Estados Unidos ha provocado que el fenómeno migratorio permanezca como un problema ``irresoluble'' y ``uno de los más conflictivos'' de las relaciones diplomáticas con México, coincidieron los obispos de las ocho diócesis que conforman la región pastoral del noroeste del Episcopado Mexicano.

En un documento de 22 cuartillas en el cual los prelados hacen una reflexión colectiva sobre las causas y repercusiones de la migración mexicana hacia el vecino país del norte, se afirma que el verdadero objetivo de Estados Unidos es ``expulsar'' a los migrantes más que regularizar su situación, pues el presupuesto para esa tarea sólo aumentó cuatro millones de dólares, contra 200 millones que se destinaron a la persecución, a través de la Patrulla Fronteriza, en el último ejercicio fiscal.

Sin embargo, los obispos de las diócesis de Linares, Monterrey, Nuevo Laredo, Matamoros, Ciudad Victoria, Tampico, Ciudad Valles y Saltillo consideran también que ni las amenazas, los bajos salarios, los muros, las condiciones insalubres de trabajo y los modernos equipos de detección y armamento para detener a los migrantes tendrán éxito, pues los migrantes actúan por una enorme necesidad de mejorar sus condiciones de vida personal y familiar, y no a una moda o deseo controlado.

``La campaña política orientada a hostigar a los migrantes sólo sirve para hacer aún más difícil una relación armónica entre México y Estados Unidos'', afirma el documento episcopal, dado a conocer por la Comisión de Pastoral de Movilidad Humana de la CEM.

Aunque la jerarquía católica de estas diócesis norteñas denuncia en este documento la violación de derechos humanos de miles de personas que cruzan la frontera hacia Estados Unidos, también hace una severa crítica a los hechos que ocurren en la frontera de México y Guatemala, donde los trabajadores migratorios centroamericanos son extorsionados, vejados, secuestrados y violados, muchas veces por las autoridades mexicanas o grupos de delincuentes en contubernio con ellas.

Incluso mencionan que el fortalecimiento de las operaciones para detener y expulsar a estos migrantes centroamericanos se debe a un compromiso del gobierno mexicano con el de Estados Unidos por los préstamos internacionales concedidos a México.

Esta situación no sólo se da en la frontera sur, sino también antes de cruzar a Estados Unidos. Según un estudio del Colegio de la Frontera Norte, de un total de 7 mil 851 entrevistados, 27 por ciento afirmó que habían sido extorsionados por las autoridades policiacas de Nuevo León y Tamaulipas.

Por otra parte, los obispos de la región noreste cuestionaron las acusaciones de diversos medios estadunidenses acerca de que la migración es un peligro. El documento episcopal afirma, con base en investigaciones de instituciones de educación superior, que sólo 23.5 por ciento de los migrantes son indocumentados y sólo diez por ciento ingresa clandestinamente por la frontera sur. El resto lo hace por aeropuertos internacionales con visa de turista.