La Jornada 6 de julio de 1998

Perdería EU un modus vivendi si se legalizaran las drogas: Gustavo de Greiff

David Aponte Ť El gobierno de Estados Unidos no acepta la legalización de la producción y el consumo de drogas porque una gran cantidad de personas y muchas agencias antinarcóticos estadunidenses y de otros países ``viven'' de la política de represión y de la corrupción, aseguró el embajador de Colombia en México, Gustavo de Greiff Restrepo.

Sin embargo, la Casa Blanca ha fracasado en su política represiva de combate al narcotráfico. El ejemplo más claro está en el enorme gasto de la sociedad estadunidense en consumo de estupefacientes. En 1993, los consumidores de ese país desembolsaron 49 mil millones de dólares y en la actualidad llegó a los 57 mil millones, argumentó.

``Por eso yo he venido predicando, contra viento y marea y haciéndome de toda clase de enemistades, que lo que se debe hacer es legalizar la producción y el consumo; simultáneamente, claro está, porque la legalización no es una invitación a consumir, sino que lo es a terminarles el negocio a los narcotraficantes, a terminar con la corrupción y controlar un problema de salud pública'', manifestó.

En entrevista, el ex fiscal antinarcóticos de Colombia consideró que la actual política de Estados Unidos en materia de lucha contra las drogas no ha dado resultados. Por el contrario, el gasto de los consumidores estadunidenses ha venido aumentado paulatinamente en los últimos cinco o seis años, hasta llegar a la cifra de 57 mil millones de dólares anuales.

La misma situación ocurre en el presupuesto estadunidense destinado a la guerra contra el tráfico ilícito de estupefacientes. En 1970 había una partida de 6 millones de dólares y hoy en día las agencias gastan 17 mil 900 millones de dólares. ``¿Hasta dónde va a llegar la locura? Hasta donde se reconozca que la represión no es la estrategia adecuada. Es un fracaso'', continuó.

De Greiff -a quien el gobierno de Washington canceló su visa de entrada a territorio estadunidense, bajo la sospecha no fundamentada de tener nexos con el tráfico de drogas- aseguró que las agencias encargadas de la lucha antinarcóticos, DEA, FBI y Servicio de Aduanas, están perdiendo tiempo y muchos esfuerzos, debido a la gran corrupción que generan las organizaciones criminales.

``Mientras haya esa cantidad de dinero en juego y esa corrupción, no se acabará con el narcotráfico. Y mire que un periodista colombiano dijo que sólo los idiotas piensan que un negocio que es bueno, porque es prohibido, se va a acabar prohibiéndolo'', agregó.

El diplomático opinó que los gobiernos de la región tienen la obligación de discutir una nueva estrategia para reducir el consumo de drogas, incluida la legalización de la producción y el comercio. En la reciente cumbre antinarcóticos celebrada en Naciones Unidas, los presidentes no tocaron el tema de la eventual legitimación de la venta de estupefacientes.

``Ni se discutió siquiera. Nadie se atreve a hablar de eso, porque Estados Unidos castiga al que hable de legalización y ahí está en quid del problema'', añadió.

-¿El presidente de Colombia, Ernesto Samper, estuvo ahí y no lo hizo?

-No lo hizo porque mi gobierno al fin y al cabo tiene relaciones con el país más poderoso del mundo y tiene que seguir por el camino que ese país indique. Pero un día se tendrán que convencer de que esa estrategia no es la buena.

Actualmente, algunos congresistas estadunidenses han soltado la propuesta de analizar la legalización. Esas pueden ser ``luces que aparecen en el túnel horrible de la lucha contra el narcotráfico'', prosiguió.

El embajador colombiano señaló que las autoridades de Washington mantienen una férrea oposición a la legalización de la producción y la venta de drogas, porque en el fondo una medida de esa naturaleza afectaría intereses económicos y políticos de esa nación.

``Creo que ese es uno de los problemas que tiene el estudio de la legalización: que infortunadamente mucha gente vive de que haya represión; los narcotraficantes en primer lugar, los corruptos en segundo y una cantidad de agencias gubernamentales de todos los países, que no existirían si esto fuera legal'', concluyó.