La Jornada 6 de julio de 1998

Dio Banco Unión $26 mil millones en financiamientos blandos impagables

Antonio Castellanos Ť El Banco Unión, cuyas operaciones investiga el Poder Legislativo, otorgó créditos preferenciales por más de 26 mil millones de pesos; todos cayeron en cartera vencida y fueron apoyados por el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).

Junto con Banca Cremi, concentró 51.35 por ciento de empréstitos impagables, cuyos bancos emisores fueron intervenidos. Los más recientes informes incluyen financiamientos cruzados concedidos por Banpaís a empresarios y banqueros, entre ellos Carlos Cabal Peniche, accionista mayoritario del Grupo Financiero Unión-Cremi. También están Isidoro Rodríguez Ruiz, Jorge Lankenau, Pablo Funtanet Mange y decenas de empresas.

El expediente de Banco Unión fue retomado, luego de descubrirse los pagos por honorarios sin comprobar por 3 millones 216 mil pesos, hechos al secretario particular de Eduardo Fernández, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, y al contralor de la misma, Luis Felipe González Villarreal y Mario Andrés Hernández Reyes, respectivamente.

Estas compensaciones por ``interventorías'' fueron cubiertas entre noviembre de 1995 y octubre de 1996, sólo 14 meses después de que el Grupo Financiero Unión-Cremi, la Arrendadora Financiera Pragma y Afianzadora Mexicana, de Carlos Cabal Peniche, fueran intervenidos gerencialmente por la Secretaría de Hacienda el 5 de septiembre de 1994, según informe del entonces titular de la dependencia, Pedro Aspe.

El descubrimiento de estos ilícitos ocurrió tres meses antes de que estallara la crisis en diciembre de ese año, cuando ya se tenía conocimiento de las operaciones irregulares de Banco Unión, por créditos otorgados a diversas empresas sin el capital necesario para afrontar el pago. El monto de aquellas se calculó entonces en mil 500 millones de dólares, unos 12 mil 750 millones de pesos.

Desde entonces se libró orden de aprehensión contra Carlos Cabal Peniche, como presidente del consejo de administración del Banco Unión, y ahora aparece como receptor de un crédito por 60 millones de pesos otorgado por Banpaís. Forma parte de una larga lista de créditos preferenciales que están en cartera vencida.

En esta investigación están los autopréstamos de Banpaís al Grupo Financiero Asemex Banpaís, y los canalizados a Jorge Lankenau Rocha, Pablo Funtanet Mange e Isidoro Rodríguez Ruiz, por más de 21, 31 y 44 millones de pesos.

Un informe oficial dice que a partir del 26 de enero de 1995 el Fobaproa otorgó un crédito simple a Banco Unión por un monto de 7 mil millones de pesos. Con fecha 16 de febrero de ese mismo año, las dos instituciones celebraron un contrato de apertura de un crédito simple por 9 mil 200 millones de pesos.

Entonces Banco Unión otorgó en garantía del cumplimiento de pago de las cantidades ejercidas el 100 por ciento de los títulos representativos del capital social del banco. Con cargo a dicha línea se cubrió el crédito simple, y el 19 de abril celebraron un convenio mediante el cual la institución reconoce un adeudo por 4 mil 456 millones de pesos del crédito dispuesto y no capitalizado por el Fobaproa.


Antonio Vázquez Ť El Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) no debe convertirse en botín electoral o político de nadie. En todo caso hay que revisar cuidadosamente qué no funcionó y si ``hay algo podrido'' deberá ser separado, y explicar al público y a los legisladores que si este fondo no es aprobado como deuda pública ``todos perderemos, incluso aquellos que creen que pueden ganar'', advirtió el director de asuntos sociales y políticos del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Federico Müggenburg.

El funcionario hizo un llamado a los legisladores encargados de analizar y supervisar los resultados del Fobaproa a ser más cuidadosos con las decisiones que tomen sobre el tema, pues en él se juegan más que los intereses partidistas. ``Si no actuamos con cuidado, podemos meter al país en un grave problema'', advirtió.

Müggenburg admitió que el Fobaproa se ha politizado. Sin embargo, descartó que pudiera erigirse en un obstáculo para la transición del año 2000. En todo caso a lo que hay que temerle, dijo, es a la partidización que ha alcanzado el tema.

``Hay quienes sin entender de lo que se trata creen que saldrán vencedores o que llevarán agua a sus molinos electorales. Aquí no se trata de ver quién gana más o menos votos no aprobando la iniciativa de convertirlo en deuda pública. En todo caso hay que ver el riesgo en el que se coloca al país si enviamos una mala señal al mundo'', insistió.

Este directivo del CCE que casi no concede entrevistas a la prensa, sostuvo que en el asunto del Fobaproa no se trata de omitir o tapar a nadie. Mucho menos de no señalar a aquellos que se beneficiaron con el fondo. ``Lamentablemente a este tema le han colgado cosas corruptas, y creo que la responsabilidad de los legisladores es precisamente separar al instrumento de lo corrupto. Hay que separar lo podrido de lo que funciona'', comentó.

Interrogado sobre los costos reales de atrasar el paquete financiero por cuestiones meramente partidistas o electorales, el funcionario del CCE aseguró categórico: ``Aquí no ganaría nadie, perderemos todos, aun los que creen que pueden ganar. Lo que ocurre es que el tema no ha sido bien entendido, porque a lo mejor no han sabido explicárselos. El fondo tiene por objeto garantizar y asegurar a los ahorradores que no perderán sus ahorros e inversiones en caso de quiebra de una institución bancaria''.