La Jornada 3 de julio de 1998

SALON LOS ANGELES

Jaime Whaley Ť ``Maravilloso, maraviloso'', exclamó una asediada María Felix al término de una representación más de Aventurera, el jueves casi a la media noche en el Salón Los Angeles.

La diva sonorense por fin se apersonó en el histórico inmueble luego de dos cancelaciones por indisposiciones de salud, aseguró Carmen Salinas, quien produce y actúa en la obra que lleva poco más de 10 meses en cartelera. Radiante, con su espléndida cabellera suelta, La Doña felicitó a los actores antes de que un zipizape entre fotógrafos y personal de seguridad apresurara su salida rodeada, a su vez, de los mismos protagonistas del incidente.

``Fue un gran gusto, un gran placer y un honor grandísimo el que estuviera (María Félix) aquí'', dijo Edith González, al tiempo que repartía autógrafos . ``Me dijo que estaba preciosa y me repitió que me cuidara'', agregó la personificadora de Elena Tejeda, quien, no sin nervios, aceptó una invitación que le hizo la señora Félix para cenar ``muy pronto''.

La presencia de esta leyenda viviente del cine mexicano tomó por sorpresa a los asistentes al tradicional sitio de la colonia Guerrero. Lo mismo los de las mesas aledañas a la pista que los del sillerío posterior repartieron su atención entre la trama no perdieron detalle de su conducta. María, acompañada de Ernesto Alonso y a un lado Carlos Amador y su esposa Claudia Guzmán, ocupó la primera fila. A lo largo de las poco más de dos horas de la función bebió champaña francesa, dos copas, ``la segunda no se la acabó'', dijo un mesero.

Otra estrella , de menor refulgencia, que también era esperada, no se presentó: la española Marisa Paredes, que a decir de Carmen Salinas tuvo una cena con Gabriel García Márquez y se discuilpó por no asistir.

Por otra parte, Salinas señaló que está en proceso de grabación un disco con los temas de Aventurera y que llevará la obra al cine hasta que le saque jugo en el teatro. Informó, además, que está en tratos con María Rojo para llevar a la pantalla la obra Cada quien su vida.