Letra S, 2 de julio de 1998
Radiografía de una infección reincidente
Manuel Figueroa
Historia
En 1882 Roberto Koch, científico alemán, descubre el bacilo que causa la tuberculosis. La enfermedad ocasionó 20 por ciento de las muertes en Inglatera y Gales en 1650, con un periodo de declive cerca del siguiente siglo y un subsecuente repunte a principios de 1800. La disminución de nuevos casos de tuberculosis que se registró a mediados de nuestro siglo, se debió en parte a la acelerada introducción de una terapia efectiva. Entre 1960 y 1970, la incidencia del padecimiento registró una baja anual de 5 a 10 por ciento en muchos de los países desarrollados, y la tasa de curación fue aproximadamente de 100 por ciento. Sin embargo, hoy los patrones han cambiado. La incidencia aumenta entre 10 y 20 por cada 100 mil habitantes para países desarrollados, pero alcanza hasta 85 por 100 mil en algunos países de América Latina.
¿Qué es la tuberculosis?
Es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria, Micobacterium tuberculosis, que generalmente infecta los pulmones. Se caracteriza por la formación de tubérculos en distintos órganos: pulmones, vértebras, piel, riñones, meninges e intestinos. La tuberculosis pulmonar es la más frecuente (80 por ciento de los casos) y presenta una evolución variable según el estado de resistencia del individuo.
Numeralia nacional
Tasa de incidencia: 19.2 por cada 100 mil habs.
Lugar que ocupa de mortalidad general: 17
Porcentaje de pacientes que abandonan el tratamiento: 76
Porcentaje de enfermos que se cura con tratamiento adecuado: 17
Casos que registran los seis estados de la frontera: 12 mil
Factores que contribuyen a la aparición de la tuberculosis: Pobreza, desnutrición, alcoholismo y migración
¿Cómo se detecta?
Se hace una prueba simple en la piel. Si el resultado de esa prueba es positivo, quiere decir que la persona está infectada con el bacilo. Es necesario hacer otras pruebas para comprobar si una persona está con la enfermedad activa o no. Toda persona con el bacilo puede transmitirlo a otra vía aérea.
Síntomas
Entre los síntomas de la tuberculosis se pueden mencionar la fiebre, sudoración nocturna, fatiga, pérdida de peso, tos persistente y (a veces) esputos con sangre.
Recuento de los daños
Las principales causa de muertes debido a enfermedades infecciosas correspondieron a infecciones respiratorias (3.7 millones), tuberculosis (2.9 millones), diarrea (2.5 millones), VIH/sida (2.3 millones) y malaria (entre 1.5 y 2.7 millones).
Las guerras son responsables de un 4 por ciento de la muertes en mujeres entre 15 a 44 años; tanto el sida como las enfermedades cardíacas representan un 3 por ciento. La tuberculosis es responsable del 9 por ciento de las muertes en las mujeres de ese mismo grupo de edad.
Numeralia mundial
Personas que están infectadas en el mundo: Una de cada tres
Número de personas que se contagian por segundo: 2
A cuántas personas por año puede contagiar un paciente no atendido: Entre 10 y 12
Número de personas que mueren al año a causa de la tuberculosis: Entre 2 y 3 millones
Mujeres que han muerto a causa de esta enfermedad: 1 millón
Número estimado de personas que morirán para el 2020: 70 millones
Breve historia de la tuberculosis
La tuberculosis ha estado presente en la humanidad desde épocas antiguas. Fragmentos de la columna vertebral en momias egipcias del año 2400 AC, muestran señales patológicas muy claras de deterioro por tuberculosis.
El término tisis, o consunción, aparece por primera vez en la literatura griega. Hacia el año 450 AC, Hipócrates señala a la tisis como la enfermedad más diseminada de la época y precisa que ésta casi siempre es mortal. Las descripciones clínicas y anatómicas de la enfermedad aparecen en el siglo XVII de nuestra era. En su Opera Medica de 1679, Sylvius identifica a los tubérculos como signos característicos de cambios en los pulmones y otras áreas del cuerpo de los pacientes tísicos. También señala como se transforman paulatinamente en abscesos y cavidades. Las referencias más tempranas al carácter infeccioso de la enfermedad se remontan a la literatura médica italiana de ese mismo siglo: ``No debe ponerse en peligro la salud humana con los objetos pertenecientes a un tísico que fallece. Los nombres de quienes mueren de ese mal deben reportarse a las autoridades para que éstas tomen las medidas de desinfección necesarias'' (Edicto de la República de Lucca, 1699).
En 1720, el médico inglés Benjamin Marten señala en su libro Teoría de la Consunción: ``Bien puede ser que una persona sana contraiga la infección de la tisis recostándose a lado de un enfermo, comiendo y bebiendo con él con mucha frecuencia, o conversando con él tan de cerca que se llegue a aspirar el aliento que emiten sus pulmones. Me imagino, sin embargo, que una conversación
ocasional rara vez es suficiente para contraer la enfermedad''. Al escribir esto a principios del siglo XVIII, el doctor Marten muestra ya una gran intuición epidemiológica.
El primer paso para la cura de la tuberculosis fue la aparición del sanatorio. En Silesia, Hermann Brehmer, un estudiante de botánica que padecía ese mal, recibió de su médico el consejo de buscar un clima más sano. Viajó a los Montes Himalaya donde prosiguió sus estudios y trató de liberarse de la enfermedad. Regresó curado a su pueblo y comenzó a estudiar medicina. En 1854 presentó su tesis de doctorado con un título prometedor, La tuberculosis es una enfermedad curable. El mismo año, construyó un lugar donde, en medio de árboles y buena alimentación, los pacientes se exponían continuamente en balcones al aire fresco. Esta idea fue el origen del desarrollo subsecuente de los sanatorios, un arma poderosa en la batalla contra la tuberculosis.
Los progresos se sucedieron rápidamente. En 1865, el médico militar Jean-Antoine Villemin, demostró él solo que la tisis podía transmitirse de los humanos al ganado, y del ganado a los conejos. Con esta comprobación revolucionaria, postuló a un microorganismo específico como causante de la enfermedad, derrumbando así una creencia de siglos, según la cual la tuberculosis surgía espontáneamente del interior de cada organismo afectado.
Finalmente, en 1882, Robert Koch descubrió una técnica de coloración que le permitió ver al Micobaterium tuberculosis. Lo que entusiasmó al mundo no fue tanto la brillantez científica de Koch, como la certeza que anunciaba: desde ese momento, podía ya comenzar la batalla contra el enemigo más mortífero de la humanidad.
Tomado de NJMS National Tuberculosis Center, 1996. http://www.umdnj.edu/ntbc/history.htm
``Me parece que paso la mitad de mi vida llegando a hoteles extraños. La puerta extraña se cierra sobre la pasajera extraña, y luego me deslizo entre las sábanas. Espero a que de los rincones surjan las sombras y tejan su lenta, lenta red sobre el Papel Tapiz más Horroroso... El hombre en el cuarto contiguo se queja igual que yo. Cuando despierto por la noche oigo cómo se voltea. Y luego tose. Después de un silencio yo también toso. Esto dura un largo tiempo. Hasta que siento que somos como dos gallos llamándose uno a otro en alboradas falsas. Desde granjas ocultas y remotas.''
Katherine Mansfield, Diario, citada por Susan Sontag en La enfermedad como metáfora.