Escándalo en la Cámara por compras suntuarias de la Secodam
Mireya Cuéllar Ť Ceniceros ``con ondas'' de 650 pesos -casi un salario mínimo mensual-, óleos de 10 mil pesos, macetones de 12 mil 500, un candelabro de 27 mil 850 pesos, un tapete para mesa de 26 mil... son parte de los artículos decorativos que la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam) compró el 16 de marzo de 1998 cuando, en pleno ajuste presupuestal por la caída de los precios del petróleo, se gastó 333 mil pesos en la galería Cullen de Lomas de Chapultepec.
Copias de las facturas correspondientes fueron repartidas ayer en la Cámara de Diputados por legisladores escandalizados que calificaron de ``suntuosos'' los gastos de la Secodam -la mayoría de los artículos son de importación y entraron al país por la aduana de Nuevo Laredo-, en tanto que en un comunicado la dependencia señaló que sus compras se ``ajustan a la normatividad vigente'' y son para ``servicios esenciales'' por tratarse de ``artículos necesarios para los comedores institucionales''.
Las facturas, foliadas de la 627 a la 639, de los ``platos'' de mil pesos y bodegones de 10 mil ``los grandes'' y 5 mil 350 ``los chicos'', las macetas de porcelana, las vajillas de 10 mil pesos para 12 personas, el costo del retapizado de un sofá -14 mil pesos- y hasta una ``cajita'' de 400 pesos, revelan el buen gusto del departamento de adquisiciones de la Secodam.
Según el oficial mayor de la dependencia, Alejandro Peniche Alvarez, estos ``artículos'' son para el disfrute de las mil 700 personas que utilizan ``los comedores institucionales''. En un comunicado emitido anoche, el funcionario -que está dispuesto a proporcionar cualquier aclaración a los diputados federales- informó que esas compras ``se ajustan a la normatividad vigente y de ellas ha tenido pleno conocimiento la Secretaría de Hacienda y Crédito Público''.
Una de las facturas que el establecimiento de Lomas de Chapultepec
extendió a la Secodam.