Aflora pugna de dos grupos de la jerarquía católica ante la visita papal
José Antonio Román Ť La cuarta visita del papa Juan Pablo II a tierras mexicanas, programada para enero próximo, ya genera nuevas pugnas y diferencias entre dos grupos de obispos en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM). Ambos pretenden que el pontífice romano visite, durante sus escasos tres días de estancia, diócesis diferentes a la de la ciudad de México. Sin embargo, en el fondo de la disputa está el poder y la definición del nuevo perfil de la jerarquía católica en el país, luego de los cambios constitucionales.
Por un lado, Onésimo Cepeda, con la simpatía de los cardenales Norberto Rivera y Juan Sandoval -más cercanos al Vaticano- busca a toda costa que Juan Pablo II bendiga e inaugure la catedral de la diócesis de Ecatepec; por el otro, José Guadalupe Martín Rábago, vicepresidente del Episcopado y representante de la jerarquía mexicana ante el Consejo Episcopal Latinoamericano -con el apoyo discreto del Consejo Permanente de la CEM- presiona para que la visita fuera de la ciudad de México sea a la diócesis de León.
Ellos son algunos de los principales representantes de los grupos que conviven en el Episcopado, y que a finales de octubre de 1997 se disputaron la presidencia del máximo órgano colegiado de los obispos mexicanos. Entonces el cardenal Rivera era sólo arzobispo primado de México y perdió la elección por apenas cinco votos.
El obispo ganador, Luis Morales Reyes, no ofreció al arzobispo Rivera -al haber quedado detrás de él en la votación-, la vicepresidencia de la CEM, contrario a lo que ha ocurrido en otras elecciones episcopales, lo cual generó un mayor distanciamiento entre los grupos.
Por otra parte, debe recordarse que ambos cardenales, tanto Sandoval como Rivera, se han declarado reiteradamente en contra del obispo Samuel Ruiz y de su tarea mediadora en el conflicto de Chiapas, aunque éste tiene el pleno reconocimiento y el apoyo de muchos de los obispos queestán al frente de la presidencia del Episcopado y que en la pasada Semana Santa impulsaron el envío de un grupo de misioneros a la diócesis de San Cristóbal de las Casas y decidieron fortalecer y restructurar la comisión episcopal para la paz y la reconciliación en Chiapas.
Así, en una aparente neutralidad, el nuncio apostólico Justo Mullor ha reiterado que la visita sólo se circunscribirá a la ciudad de México, tal como lo decidió en diciembre pasado el Sínodo de Obispos de América, para que el Papa entregue en la Basílica de Guadalupe el documento final elaborado durante esa reunión.
Hasta ahora, el nuncio Mullor ha evitado dar su apoyo a alguna de las dos posturas, con el fin de no enfrentarse con ninguno de los dos grupos.