Zedillo: el doble lenguaje es de quienes alientan la injerencia externa
Rosa Elvira Vargas, enviada, Simojovel, Chis,., 1o. de julio Ť En un mensaje transmitido íntegramente por radio y televisión a todo el país, el presidente Ernesto Zedillo puntualizó que el Ejército permanecerá en Chiapas para evitar enfrentamientos entre comunidades; dijo que el gobierno no tolerará grupos paramilitares, ``de cualquier signo''. Responsabilizó al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de contribuir con sus acciones a la crisis financiera de 1994 y, una vez más, aludió a la presencia de religiosos en el conflicto de esta entidad. En su solución, indicó, no se aceptarán ``protagonismos, liderazgos mesiánicos ni apostolados de la hipocresía''.
Ceder, para que todos ganen
Ahí mismo, el mandatario insistió en dar una salida política al problema, en la cual, conminó, ``una y otra parte deben ceder para que todos ganen''. Deben dejarse atrás las posiciones que plantean el todo o nada, pues quienes lo hacen, concluyó, acaban quedándose con el nada.
El gobierno, aseguró el jefe del Ejecutivo federal, hará lo necesario para impedir que los radicales y los intolerantes de cualquier lado impongan su afán de violencia. No permitirá tampoco que las minorías ``intransigentes y extremistas'' se impongan a la voluntad de conciliación y de paz, así como que se impongan cacicazgos de viejo cuño, ni aquellos que dicen querer resolver las injusticias, ``pero rechazan la ley y la democracia''.
Los hechos muestran, afirmó, que el gobierno ha puesto toda su voluntad para resolver políticamente el conflicto, por el diálogo y la negociación y con ánimo sincero, pero, ``desafortunadamente, no ha encontrado reciprocidad''. No ha sido el gobierno, planteó Zedillo, el que ``por diversos pretextos no cumple los acuerdos de San Miguel'' ni el que se ha levantado unilateralmente de la mesa de negociación.
Los hechos que con objetividad han visto los mexicanos, dijo enseguida, son los realizados por aquellos que han desatendido la demanda general de dejar la amenaza de las armas y convertirse en fuerza política dentro de la ley.
Advirtió entonces que el gobierno no puede permanecer pasivo cuando se atropellan los derechos de quienes se oponen a los que amenazan con la violencia para imponer su dominio entre las comunidades. Precisó así, que su administración atenderá toda demanda contra cualquier grupo, de cualquier ideología, que atente contra mexicanos, ``simplemente porque no piensan como ellos''.
Luego de defender la acción del Ejército en Chiapas y rechazar la postura de quienes piden su retiro unilateral, porque al plantearlo, agregó, no piensan ``en la gran mayoría de los indígenas chiapanecos que han sufrido la amenaza de la violencia o viven asechados por ella'', el Presidente señaló que el doble lenguaje lo tienen aquellos que ``se dijeron mediadores y faltaron en esa tarea por anteponer su parcialidad y sus intereses de grupo''.
Trajo de nuevo en su discurso a los extranjeros, y dijo que quienes utilizan un doble lenguaje, hablan de legalidad y respeto a la Constitución pero al mismo tiempo promueven activa y constantemente la participación de extranjeros en el conflicto chiapaneco, lo que contradice no sólo el mandato constitucional sino el sentimiento sobre ese punto de la gran mayoría de los mexicanos.
``Porque conocemos las consecuencias que trae consigo la intervención de extranjeros en los asuntos políticos del país, el gobierno seguirá rechazando con los medios que le da la ley, la injerencia de extranjeros en los asuntos que sólo nos compete a los mexicanos resolver'', indicó.
Entonces, marcó: el gobierno ha sido y seguirá siendo congruente en su voluntad de diálogo, pero no a costa de la legalidad ni de la integridad del territorio ni de la soberanía nacional.
Gira la de este día por el norte de Chiapas, con la peculiaridad de que el discurso central del Presidente acerca de la crisis chiapaneca pudo verse y escucharse a través de la radio y la televisión en directo, donde los enfrentamientos entre bases del EZLN y grupos identificados como paramilitares, son constantes.
También estuvo en Tila, donde un fuerte aguacero obligó a realizar más rápido los actos programados con productores agrícolas y para poner en servicio un hospital integral. En ambos municipios el discurso presidencial fue, como siempre, para instar a la paz, a la unidad y la concordia, como únicos elementos, destacó, para lograr el desarrollo y la superación de los rezagos ancestrales de la población.
La zona norte ha sido teatro de operaciones de dos de los grupos paramilitares más conocidos: Paz y Justicia y Los Chinchulines, y es también la que concentra a casi la mitad del total de desplazados de guerra que hay en el estado y que se estiman entre siete y ocho mil, según cálculos de los organismos humanitarios. Incluso, apenas a veinte kilómetros de aquí está el municipio El Bosque, escenario del más reciente desalojo del concejo autónomo San Juan de la Libertad --en la nomenclatura zapatista--, con un saldo de ocho muertos, una veintena de desaparecidos y dos mil desplazados de sus poblados.
Se afirma también que entre Simojovel y Tila no hay plena libertad de tránsito, ya que es conocido que el grupo Paz y Justicia controla los retenes en los cruceros estratégicos y donde se registran frecuentes asaltos en los caminos.
Aquí, en Simojovel, el Presidente volvió a llamar al EZLN por su nombre para espetarle que el gobierno no tiene un doble lenguaje y que se mantiene la voluntad de negociar y solucionar los problemas por la vía política, sin violencia, a favor de las comunidades indígenas.
Hizo un recuento de lo que, desde su perspectiva, ha sido la actuación tanto de su administración como del grupo rebelde en estos casi cuatro años. Recordó que antes de tomar posesión del cargo, estableció contacto directo con la dirigencia del EZLN para iniciar negociaciones hacia la solución del conflicto. Ello, indicó, es prueba de que la tolerancia y la paciencia han estado desde entonces del lado del gobierno, ``aun en momentos de gran prueba''.
Luego introdujo un elemento novedoso en sus consideraciones hacia el grupo armado, al mencionar que sus acciones violatorias de la Constitución a fines de 1994, ``contribuyeron a precipitar la crisis financiera del país, que impuso un severo costo político y humano a la gran mayoría de los mexicanos''. Dos meses después, agregó, en febrero de 1995, el gobierno dio prioridad a evitar la violencia y el enfrentamiento y actuó con prudencia, aun a costa de la eficiencia en la ejecución de órdenes judiciales.
Habló luego de la Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas, que establece que las autoridades judiciales mantendrán suspendidos los procedimientos iniciados contra quienes le declararon la guerra al Estado mexicano, siempre y cuando continúen las negociaciones para suscribir el Acuerdo de Concordia y Pacificación al que se refiere el precepto.
Dijo que aunque esta última condición no ha sido cumplida ``por quienes sostienen la amenaza de la violencia'', el gobierno ``ha mantenido en la práctica el principio que la inspira'', como expresión de voluntad para la pacificación. Incluso, mencionó que esa ``actitud abierta y tolerante'' de su administración ha permitido que connotados dirigentes del EZLN que estuvieron arrestados y sujetos a proceso judicial, hoy estén en plena libertad ``y llevando a cabo, sin ninguna cortapisa, un intenso proselitismo a favor del grupo armado''.
Salvaguardar la Constitución
Pasó entonces a los acuerdos de San Miguel --preparatorios de las conversaciones de San Andrés Larráinzar-- y en los cuales, aseguró, el gobierno aceptó a ciertos intermediarios, ``aun a sabiendas de la parcialidad de los mismos. Esa buena fe, como se ha visto después, fue defraudada''.
Al referirse a los acuerdos de San Andrés y a su firma por parte del gobierno, Zedillo indicó que existe disposición para cumplirlos, pero eso sí, aclaró, salvaguardando la Constitución, la integridad del territorio nacional, la unidad de los mexicanos y la soberanía de la nación.
Antes de partir a Tila, el Presidente saludó a habitantes de esta población que le demandaron obras públicas y apoyo para la producción. Un representante del municipio El Bosque le externó su disposición al diálogo y a que se logre la reconciliación.
Recibió como regalo una figura de ámbar con forma de elefante, pues le aseguraron que eso da buena suerte, y de inmediato, el Presidente pidió: ``que suba el petróleo, que suba el petróleo''.
Asimismo, respondió preguntas para el enviado de Televisa, y aseguró que el proceso de remunicipalización emprendido por el gobierno local ha sido bien recibido, pero debe tenerse mucho cuidado con las comunidades para ``no ir a cometer nuevos atropellos ni generar nuevos conflictos''.
Ya en Tila, reunido con productores agropecuarios, se refirió a los apoyos para incrementar la productividad de las parcelas y de nuevo pidió erradicar el sistema de roza-tumba-quema para preparar las tierras. También alertó contra quienes hacen promesas falsas, como aquella de que algún día ``la violencia y la discordia pueden germinar en café y en maíz para todos''.
En Chiapas, abundó, sólo puede haber lugar para la unidad, el diálogo y el trabajo; para la tolerancia, el apego a las leyes y la democracia. Pidió imaginar y trabajar por un futuro con milpas bien nutridas, con cafetos robustos, con mesas bien abastecidas. La violencia, destacó, nunca puede retoñar en progreso.
Por último, inauguró un hospital del ISSSTE en Tuxtla Gutiérrez, y ahí aseguró que los servicios sociales que se están ampliando en Chiapas son para todos los miembros de las comunidades.